Doha abolió el sistema de la ‘kafala’ para los trabajadores migrantes
Se cancela el sistema de patrocinio, que ataba al trabajador a su empleador. Además, se introduce un salario mínimo de aproximadamente 275 dólares. Para los críticos, el monto sigue siendo demasiado bajo. Ministro de Qatar: se está creando un mercado laboral “moderno y dinámico”, en el contexto del plan Visión 2030.
Doha (AsiaNews/Agencias) - Luego del anuncio efectuado en octubre del año pasado, hace pocos días Qatar abolió oficialmente el sistema “kafala”, que regía para los trabajadores migrantes. Quienes migren al país por motivos económicos ahora podrán cambiar de empleo sin la necesidad de contar con la autorización escrita de su empleador. A esto se suma la introducción de un salario mínimo, fijado en mil riyals cataríes (aprox. 275 dólares), garantizado en todos los casos. Para los críticos, el monto del salario mínimo sigue siendo demasiado bajo y debiera incrementarse.
El empresario ahora también tendrá que destinar un importe para cubrir los gastos de alojamiento y comida, en caso de no brindar estos servicios a los trabajadores migrantes. Además, los últimos podrán presentar su renuncia con un preaviso por escrito: con un mes de antelación, si llevan trabajando menos de dos años con la misma persona. Si llevan trabajando más de dos años, el preaviso se extiende a dos meses.
El ministro de Desarrollo, Trabajo y Asuntos Sociales, Youssef Mohammad al-Othman Fakhroo, subraya en un comunicado que el emirato “se ha abocado a crear un mercado laboral moderno y dinámico”, en conformidad con el plan de desarrollo Qatar Vision 2030. Estas reformas, agrega, serán de beneficio para los trabajadores y empresarios y para toda la nación.
En Qatar, tal como sucede en muchas otras partes del Oriente Medio, el sistema de la kafala - o patrocinio - ha dejado a más de un millón de trabajadores extranjeros atrapados. Por años quedaron atados a su empleador, privados de los derechos más esenciales. Una situación que ha afectado, entre otros, a nepaleses, filipinos e indonesios, que trabajan en grandes empresas constructoras o como empleados domésticos de cataríes adinerados. Una vez contratados, se les retira el pasaporte y quedan privados de todos sus derechos fundamentales. Sin el permiso de su “patrón” no pueden desvincularse ni dejar el país, y tampoco pueden presentar una denuncia, en caso de sufrir abusos; de infringir el sistema, la pena es el arresto o la deportación.
Los activistas y las ONGs que defienden los derechos humanos han recibido la reforma con beneplácito, ya que reduce considerablemente las formas modernas de esclavitud en el mercado laboral. Esenciales para la economía de Qatar, los trabajadores migrantes suman cerca de dos millones y representan el 95% de la mano de obra. “Con estos cambios, Qatar se atiene a su compromiso, que representa un paso adelante en un marco de libertad, garantías y derechos”, subraya Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo.
Desde su asignación para la Copa Mundial de Fútbol 2022, Qatar quedó en la mira de gobiernos y organismos internacionales, por las violaciones de los derechos de los trabajadores y los abusos, reportados en las numerosas causas e investigaciones abiertas hasta el momento. Las críticas cobraron nueva fuerza en los últimos meses, luego de la difusión de la pandemia del nuevo coronavirus. Ésta dejó al desnudo las condiciones en las que suelen vivir y trabajar los operarios. La semana pasada, Human Rights Watch publicó un durísimo informe en el cual denuncia las violaciones en materia de compensaciones.
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