Diócesis de Wabag: «Así ayudamos a las víctimas de los corrimientos de tierra"

El testimonio de la comunidad católica local de la zona de la provincia de Enga afectada por el corrimiento de tierras de hace una semana. Puede que el número de muertos sea inferior a los 2.000 de los que se ha informado, pero sigue habiendo pueblos arrasados en un área de 200 kilómetros cuadrados y cientos de familias que lo han perdido todo en zonas de difícil acceso. «Damos las gracias en la oración a quienes están cerca de nosotros».

Wabag (AsiaNews) - Familias completamente arrastradas por las montañas. Y una grave situación de emergencia en una zona que sigue siendo de difícil acceso y en la que podrían producirse nuevos corrimientos de tierra. Casi una semana después del devastador corrimiento de tierras que asoló la zona de Mulitaka, en Papúa Nueva Guinea, el 24 de mayo, estas son las noticias que llegan de la diócesis católica local de Wabag, que se está movilizando para ayudar.

Es posible que la cifra de 2.000 víctimas difundida en los últimos días sea una sobreestimación: hay otros informes que hablan de varios centenares de muertos. Lo que es seguro, sin embargo, es que hay cientos de personas en las Tierras Altas que lo han perdido todo a causa de esta catástrofe. «Unas 3.950 personas residían en la zona afectada de Mulitaka, que forma parte de la parroquia de Kasap», escriben en una nota el obispo de Wabang, monseñor Arnold Orowae, y sus colaboradores, «Hemos llegado a la zona afectada por la catástrofe, que se encuentra a dos horas y media de la sede de la diócesis. La población total de la zona es de unas 3950 personas'. La diócesis informa en particular de la situación en que se encuentra el pueblo de Kaokalam, que - junto con el de Tulipana, al otro lado de la montaña - figura como el más afectado.

«Según los supervivientes de los aproximadamente 1.500 miembros de la comunidad de Kaokalam, 178 personas quedaron sepultadas vivas, mientras que 255 casas fueron arrasadas por el gigantesco corrimiento de tierras. Cinco familias fueron completamente aniquiladas por el desastre, mientras que de las otras 250 familias, algunos miembros huyeron y otros murieron. Hasta ahora, la población local sólo ha encontrado cuatro cadáveres y algunos restos de un hombre. Todo el clan Panges, perteneciente a la tribu Kipul, se ha visto afectado. Otras casas podrían seguir en peligro en caso de nuevos desprendimientos, porque las montañas cercanas también se han derrumbado ya.

Los supervivientes necesitan ayuda inmediata para cubrir sus necesidades básicas, como alimentos, ropa, atención médica, refugios provisionales, agua, mantas, esterillas y botiquines. Luego llegará el momento de reconstruir viviendas permanentes, aulas, centros de salud, instalaciones de agua, saneamiento, iglesias. «Como diócesis de Wabag», continúa una nota, «respondimos rápidamente llevando alimentos a los directamente afectados. También proporcionamos suministros médicos a los heridos leves, mientras que los heridos graves fueron trasladados a nuestros centros de salud y al hospital de Wabag. El corrimiento de tierras dejó escombros de hasta 8 metros de profundidad en un área de 200 kilómetros cuadrados, cortando el acceso a las carreteras y dificultando el socorro. Pero la gente de buena voluntad nos ayudó a llegar hasta allí con nuestros suministros de alimentos y medicinas».

«Muchas gracias por sus mensajes de condolencia, por solidarizarse con nosotros, por su preocupación y por sus oraciones y bendiciones. Cualquier ayuda es bienvenida».