Discapacitados y transporte público, choque político en Seúl
Desde hace semanas algunos grupos protestan impidiendo el funcionamiento del metro para pedir obras que faciliten el acceso al transporte público. Polémica por las declaraciones del principal referente del partido conservador que los acusó de "jugar la carta de la minoría para tomar como rehenes a los ciudadanos". El comité de transición presidencial ha prometido obras.
Seúl (AsiaNews) - En los últimos días ha estallado una furiosa polémica sobre las declaraciones de Lee Jun-seok, principal referente del partido conservador. El líder del Partido del Poder Popular (PPP), de 36 años, provocó un escándalo nacional cuando atacó el viernes pasado a un grupo de activistas por los derechos de las personas con discapacidad con una serie de publicaciones en Facebook que provocaron indignidas reacciones. Un abogado entrevistado por el diario Korea Times, consideró que esto sería claramente un discurso de incitación al odio, algo particularmente problemático para el líder de un partido.
Desde finales de 2021 un grupo de activistas conocido como “Solidaridad contra la discriminación de los discapacitados” está llevado a cabo una campaña de protestas para llamar la atención de los ciudadanos sobre las dificultades a las que se enfrentan cada día en la movilidad urbana. El grupo ha organizado acciones disruptivas en el metro de Seúl, sobre todo impidiendo con sus sillas de ruedas que se cierren las puertas de los vagones y provocando retrasos en varios puntos de la red del metro.
Lee escribió en las redes sociales que estas protestas no se pueden justificar como batallas legítimas. “Le pido [al grupo] que deje de utilizar un método de protesta que toma a muchos ciudadanos como rehenes de manera arbitraria”, dijo. "Semejante irracionalidad requiere acción", continuó Lee, pidiendo a la policía y a las autoridades del metro de la capital que tomen medidas para detener estas manifestaciones
El lunes, en reacción a las palabras de Lee, algunos parlamentarios se presentaron en las manifestaciones del grupo para expresar su solidaridad. "El tipo de democracia que Corea necesita es una que demuestre que este tipo de puntos de vista son personales, concretamente de Lee Jun-seok, y no pueden ser la política oficial de un partido", dijo un legislador del Partido de la Justicia, una formación menor de la izquierda. Entre los presentes también se encontraba Kim Ye-ji, una diputada ciega del PPP que quiso solidarizarse con los activistas para pedir disculpas de parte de los conservadores. “Como política, me siento responsable de la falta de empatía y lenguaje apropiado que han mostrado mis colegas”, dijo Kim, y después agradeció a los activistas por su valentía en la lucha contra las discriminaciones.
El grupo activista reivindica el derecho de las personas discapacitadas a utilizar con autonomía el transporte público como cualquier otro ciudadano surcoreano. Su lucha comenzó en 2001, y si bien hoy el 94% de las estaciones del metro de Seúl están equipadas con ascensores adecuados para permitir el acceso a la plataforma, la promesa de que todas las estaciones tendrían un ascensor se hizo hace 20 años. Las reivindicaciones, sin embargo, no terminan allí, porque el grupo también pide que se adopte un transporte vial (autobuses y taxis) que permita un acceso más fácil a las personas con discapacidad motriz. Pero sobre todo el grupo pide al gobierno central que destine una parte del gasto público a proyectos de apoyo a la discapacidad, la mayoría de los cuales hoy recaen en las autoridades provinciales y municipales: “Sin presupuesto no hay políticas, esa es la verdad”, declaró el líder del grupo activista Park Kyung-seok.
El martes por la tarde se llegó a un acuerdo entre los activistas y el comité de transición presidencial, que se comprometió a tratar de responder a sus demandas a cambio de que suspendan las protestas. Sin embargo, quedan muchas sombras. Después de las críticas del fin de semana, Lee Jun-seok volvió a la carga el lunes acusando a los grupos activistas de abusar de su condición: "Jugar la carta de las minorías o los desfavorecidos ya no funciona", dijo.