Diplomacia y seguridad en la primera visita del sultán de Omán a Teherán

En los últimos días, Mascate propició el intercambio de prisioneros entre Irán y Bélgica, reactivando su papel de mediador en la región y con Occidente. Durante los dos días se firmaron cuatro memorándum de entendimiento entre las partes. El sultán se reunió con el presidente Raisi y con el líder supremo Jamenei, que recordó la división del importante estrecho de Ormuz.

Teherán (AsiaNews) - La diplomacia regional, las cuestiones de seguridad y los nuevos proyectos de asociación en el sector privado fueron los temas centrales de la primera visita del sultán de Omán a Teherán, dos días después del intercambio de prisioneros entre Irán y Bélgica que tuvo lugar gracias a la mediación de Mascate. Desde hace algún tiempo, el sultanato desempeña el papel de intermediario entre la República Islámica y las cancillerías occidentales, que siguieron la visita de dos días de Haitham bin Tariq al-Said a la capital iraní, donde se reunió con el presidente Ebrahim Raisi y el líder supremo Ali Jamenei. Las respectivas delegaciones firmaron cuatro memorándum de entendimiento destinados a ampliar la cooperación económica y energética entre las partes.

La expansión de las relaciones bilaterales en todos los campos “beneficiará a ambas partes", afirmó Jamenei. De ahí la invitación a "estrechar" los lazos entre Irán y Omán, cuya importancia es estratégica, entre otras cosas porque, como señaló, "los dos países comparten la importantísima vía fluvial que separa el estrecho de Ormuz", uno de los principales centros del comercio internacional.

En la nota conjunta que se publicó al final de la visita, la primera del sultán en Teherán y que concluyó hace unas horas, las dos partes destacaron el papel del "sector privado" en la expansión de la "cooperación económica" y el apoyo al crecimiento del "comercio bilateral". No faltaron los debates sobre los principales asuntos "políticos, culturales y de seguridad" con el objetivo de "consolidar los cimientos de la paz y la estabilidad" en la región. Por su parte, el sultanato ha desempeñado un papel destacado en los últimos años en materia de mediación y confrontación, empezando por Yemen.

Además, Omán ha mediado en la liberación e intercambio de varios extranjeros o expatriados con doble nacionalidad. La más reciente tuvo lugar este fin de semana, cuando Teherán liberó a un colaborador humanitario belga detenido en 2022 y condenado a 40 años de cárcel y 74 latigazos por espionaje, a cambio de un diplomático iraní condenado a 20 años en Bruselas por un intento fallido de atentado. Sin embargo, otras decenas de personas esperan su liberación en las cárceles de la República Islámica, la mayoría de ellas por cargos de espionaje y delitos relacionados con la seguridad, aunque los críticos acusan a Teherán de utilizar a los presos para obtener concesiones.

Entre otros temas se trató la cuestión nuclear iraní junto a los diálogos estancados desde hace tiempo para reactivar el acuerdo firmado en 2015 (JCPOA) con los países del 5+1 y que Trump repudió, así como los esfuerzos para lograr una mayor distensión entre Teherán y Egipto. Se trataron muchos temas, pero quedaron en un segundo plano las acusaciones de las ONG internacionales acerca de las violaciones de los derechos humanos y las armas y drones que Irán suministra a Rusia en el marco de la guerra iniciada contra Ucrania.