Dhaka, la difícil situación de los trabajadores repatriados por el covid
Más de 50.000 mujeres han regresado a Bangladesh debido a la pandemia. No encuentran trabajo y tienen deudas que no pueden pagar. Un testimonio: “En Arabia Saudita no me pagaban y era víctima de violencia”. Según estudios, ahora también deben enfrentar prejuicios en su propio país que dificultan la reinserción social.
Dhaka (AsiaNews) - Debido a la pandemia de covid-19, más de 500.000 bengalíes que habían emigrado al exterior en busca de trabajo han vuelto a su país. La mayoría proviene de los países del Golfo y más de 50.000 son mujeres. Y precisamente la condición de las mujeres repatriadas es lo que en este momento resulta más preocupante. El Bangladesh Institute of Labour Studies (BILS), un centro de investigación sobre temas laborales, realizó una encuesta sobre el fenómeno de las mujeres que regresaron desde 2020 hasta hoy, y muestra que el 60% de ellas está sin trabajo y vive con ansiedad esta situación de inactividad. El 55% de las mujeres fue repatriado por la fuerza por su empleador - dice el informe -. El 7% sufrió acoso sexual y el 38%, golpizas y agresiones físicas. El 87% de las trabajadoras migrantes no percibió ningún salario en último período.
“Casi el 70% de las entrevistadas no tiene una educación formal que les permita encontrar un trabajo adecuado en Bangladés - explicó Monirul Islam, uno de los responsables del instituto que realizó el estudio -. Sin embargo, algunas de ellas son muy jóvenes y tienen toda la vida por delante. Por eso en este momento es fundamental la reinserción social, para ayudarlos a reconstruir aquí su vida”. En este sentido, la investigación muestra que las actitudes discriminatorias hacia estas mujeres son una barrera que les impide volver a comenzar una vida en su tierra: "A menudo son marginadas por la sociedad, abandonadas por sus maridos o consideradas inadecuadas para un buen matrimonio", continúa el investigador -. Una de cada tres mujeres dijo que la gente de su entorno la percibía como una 'mujer sin carácter'".
Sufia Begum, una trabajadora migrante que volvió hace poco de Arabia Saudita y vive en Daca, le contó a AsiaNews que trabajaba como empleada doméstica. “Trabajaba más de 12 horas diarias pero nunca recibí un salario - afirmó -. Si protestaba, mi empleador me golpeaba y me acosaba sexualmente. Cuando comenzó el coronavirus, me envió de regreso a mi país con las manos vacías". Durante su estancia en Arabia Saudita, Sufia recibió numerosas amenazas de su ex empleador: "Me dijo que no me quejara por el trato que había recibido y que no lo denunciara". Para ir a trabajar a Arabia Saudita, Sufia había pedido un préstamo de 1.500 euros. Un dinero que ahora no puede devolver: “Vivo en condiciones inhumanas con mis dos hijos - dijo -. Y mi marido me amenazó con el divorcio por contraer esta deuda que ahora no puedo pagar”.
Sufia Begum es solo una de las mujeres que, en busca de mejorar su situación, han obtenido préstamos de bancos u otras organizaciones para viajar al exterior. La investigación del BILS muestra que cerca del 61% de las mujeres migrantes se encuentra en esta situación. Pero las deudas no son el único problema para las trabajadoras repatriadas: según la prensa local, miles de mujeres bengalíes que regresan se encuentran en riesgo de sufrir agresiones físicas y sexuales, así como pésimas condiciones laborales.
Más de 10 millones de ciudadanos bengalíes viven actualmente fuera del país y, con su trabajo, ayudan a mantener a sus familias que se han quedado en casa. La mayoría de ellos se encuentran en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán, Bahrein, Kuwait, Libia, Irak, Singapur y Malasia.
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