Dhaka, ex islamista: 'Construyamos un mundo nuevo con amor, no con odio y violencia'
Las autoridades renuevan su compromiso de "desradicalizar" a los militantes fundamentalistas. Jóvenes reclutados en universidades y en la web. Huir y ocultarse: la militancia armada no es vida. Castigar pero también "rehabilitar" al que se ha equivocado. La colaboración de las familias.
Dhaka (AsiaNews) - “En otros tiempos, con la espada se podía conquistar un Estado. Ahora todo ha cambiado. Es la era de la ciencia y la educación. Es hora de construir un mundo nuevo con amor, no con odio y violencia”. Con estas palabras Shaon Muntaha Ibn Shawkat, ex militante islamista, invita a los guerrilleros fundamentalistas a seguir su ejemplo y volver a la vida normal.
Shaon es uno de los nueve milicianos que el 14 de enero abandonaron la lucha armada y se reunieron con sus familias. Ellos completaron un programa de "desradicalización" dirigido por el Batallón de Acción Rápida. Para alentar al mayor número posible de militantes a unirse a la iniciativa, el 18 de enero la unidad de élite antiterrorista del país creó una dirección de correo electrónico especial (rabintdir@gmail.com).
“Siempre he sido un excelente estudiante - le dice Shaon a AsiaNews - como mi esposa, que luego se convirtió en médica. Me acerqué al grupo islamista [proscrito] Hizb ut-Tahrir en mis años universitarios, atraído por su enseñanza de que el país debería regirse por la ley islámica. Me radicalicé en Internet y luego me uní a Ansar-al-Islam, otra formación islamista prohibida. Al principio era predicador y recluté a varios de mis amigos. Después comencé a adiestrar a los nuevos integrantes del grupo en la actividad armada ”.
Shaon afirma que nunca ha cometido actos de violencia. Siempre se sentía perseguido por la policía: por temor a ser arrestado ni siquiera iba a rezar a la mezquita o a visitar a sus familiares. “No tenía vida personal, familiar ni social. Vivía escondido con mi esposa y nuestros dos hijos sin ningún contacto con mi familia”.
El ex militante se dio cuenta entonces de que había tomado el camino equivocado. “Como ingeniero, podía tener un futuro brillante, al igual que mi esposa como médico. En esa vida de fugitivos no teníamos ni felicidad ni paz”. Shaon también involucró a su esposa Nusrat Ali Juhi en la militancia. Ella dice que en la clandestinidad no podía tener un trabajo a tiempo completo sino solo ocupaciones a tiempo parcial usando nombres falsos. Cuando tomaron la decisión de abandonar esa vida, la pareja se puso en contacto con sus familiares, quienes luego los ayudaron en el proceso de reintegración social.
Abida Jannat Asma tiene una historia similar a la de Shaon y Nusrat. Descubrió que su esposo era militante después del matrimonio. Los dos actuaron juntos para reclutar nuevos afiliados, pero Nusrat no estaba feliz con esa vida. “No podía ver a mi familia - dice la joven de 19 años - siempre me veía obligada a huir y cambiar de lugar. La vida de un fugitivo no es fácil, entonces llamé a algunos familiares, que pudieron ayudarme”.
Abida considera que es correcto castigar a los militantes armados, pero el gobierno tiene razón en tratar de rehabilitar a los que quieren volver a una vida normal. Por eso, ella invita a su marido y a todos los milicianos islamistas a renunciar a la violencia y seguir el programa de rehabilitación.
Otro ex militante que no quiso revelar su nombre tomó la misma decisión que Abida. El joven entró en contacto con el fundamentalismo en Facebook; fue detenido varias veces por su actividad proselitista y comprendió que estaba viviendo como un marginado, sin el apoyo de su familia y de la sociedad: "Para tener una vida pacífica y próspera - dice - abandoné la lucha armada y volví a la universidad".
15/01/2021 15:27
02/07/2018 14:51
18/05/2022 12:12