Detrás del doble atentado en Damasco, un grupo yihadista sirio afiliado a al Qaeda

El movimiento extremista sunita Hayat Tahrir al-Sham reivindicó el atentado del 10 de marzo; las víctimas son cuando menos 40 y casi 120 los heridos. Azotaron a dos buses cargados de peregrinos chiitas iraquíes. El ataque es un “mensaje a Irán” por su apoyo a Assad. Nuevo round de coloquios en Astaná, con la mediación de Teherán, Moscú y Ankara.

Damasco (AsiaNews/Agencias) - Un grupo yihadista sirio, afiliado a al Qaeda, reivindicó la responsabilidad del doble atentado suicida que el 10 de marzo pasado azotó la capital, Damasco, matando a cuando menos 40 personas. El movimiento extremista sunita Hayat Tahrir al-Sham ha subrayado que el ataque es “un mensaje dirigido a Irán”, por el apoyo brindado por Teherán al presidente sirio Bashar al-Assad.

Según lo que refiere el Observatorio sirio por los derechos humanos, una ONG que tiene su base en Londres y cuenta con una densa red de informantes en el territorio, la mayor parte de las víctimas fueron peregrinos iraquíes. Para el grupo, simpatizante de la oposición, el número de muertos es de 74, pero aún no hay confirmaciones oficiales al respecto.

El gobierno iraquí agrega que los heridos son cuando menos 120.

El doble atentado fue llevado a cabo utilizando un artefacto detonado a distancia, y un kamikaze, que se inmoló al pasar el bus cargado de peregrinos. La doble explosión, un episodio raro en la capital siria, ocurrió en las inmediaciones del cementerio de Bab al-Saghir, que hospeda un mausoleo chiita.

Hayat Tahrir al-Sham [Organización para la liberación del Levante, ndr] es un nuevo grupo terrorista, formado por miembros salientes de Jabhat Fateh al-Sham (el ex Frente de al Nusra, rama de al Qaeda en Siria) y por otros cuatro grupos menores.

Desde el 30 de diciembre pasado, en Siria, una nación atormentada por seis años de una sangrienta guerra civil que ya ha causado más de 310.000 víctimas y millones de refugiados, rige una frágil tregua que ha sido promovida por Rusia, Turquía e Irán; sin embargo, aún permanecen focos de guerra y sigue habiendo ataques esporádicos, que continúan segando víctimas.

La mayor parte del territorio de Damasco está bajo el control del presidente Assad, si bien hay varios grupos rebeldes en algunos distritos ubicados en la periferia de la ciudad. En el mes de enero, un doble atentado suicida en el distrito de Kafri Sousa provocó al menos 10 víctimas. Las milicias yihadistas de Jabhat Fateh al-Sham estuvieron detrás de dicho ataque.

En tanto, en el frente diplomático, se están definiendo los últimos preparativos en vista del tercer encuentro de Astaná, programado para los próximos días, a pesar de las solicitudes de postergación presentadas por la oposición. “Esperamos la confirmación de algunas partes –subrayó Kairat Abdrakhmanov, ministro kazajo de Relaciones Exteriores– para este encuentro”.

Los rebeldes acusan a las fuerzas leales al gobierno y a las milicias sostenidas por Irán, aliadas de Assad, de estar bombardeando zonas que están en manos de la oposición en Damasco, Homs, Deaa e Idlib.

Desde que comenzó el año, Astaná ya ha hospedado dos encuentros de paz: uno, los días 23-24 de enero, y otro a mediados de febrero. El objetivo de Moscú, Teherán y Ankara es consolidar la tregua suscripta por el ejército regular en Alepo y la reconquista de la ex capital económica y comercial del país. El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura, resalta que esta cita debiera asentar las bases para un “mantenimiento del cese del fuego, la suscripción de medidas inmediatas para reconstruir la confianza y cuestiones prácticas referidas a la lucha contra el terrorismo”.