Demasiada sal y azúcar en las ofrendas: sufre la balanza de los monjes tailandeses
El 48% de los religiosos es obeso y el 42% sufre de hipertensión. El pedir la comida es una práctica disciplinar. Para ganarse méritos y honrar a los antepasados, los fieles a menudo les donan abundantes porciones, alimentos procesados y cigarrillos. Según la enseñanza de Buda, no es posible rechazarlos.
Bangkok (AsiaNews/Agencias). Curry pesanty, dulces azucarados, bebidas y snack salados: las limosnas de los fieles pueden minar la salud- y la línea- de los monjes budistas tailandeses. Los más frecuentes siempre más difundidos son los casos de diabetes, la hipertensión y dolores de rodillas definen la portada de la crisis sanitaria que afectó al clero budista del país. El pasado diciembre, funcionarios de Salud y de los entes religiosos tailandeses han publicado una “Carta sobre la salud de los monjes”. El documento ordena a los religiosos prestar atención al propio régimen alimenticio.
Cada día, el monje budista se dedica a pedir limosna. La recolección de comida y las ofrendas es una práctica disciplinar, ya sea para los monjes como para las monjas. Los religiosos parten cada día a las primeras horas del alba con sus tazones y recorren los pueblos y ciudades juntando las ofrendas de la jornada. Los tailandeses, que a través de la generosidad tratan de ganarse méritos y honrar a sus antepasados, a menudo les dan abundantes cantidades de comida.
“Si comen y están satisfechos, sentimos la confortación que aquella comida será transferido a nuestros seres queridos”, afirma Prachaksvich Lebnak, vicesecretario general de la Oficina nacional de seguridad sanitaria. “Algunas personas-prosigue- les dan a ellos hasta cigarrillos, como ofrenda simbólica a los antepasados que eran fanáticos fumadores”, Según el Asian Development Bank, los tailandeses presentan algunas de las más altas tasas de obesidad de Asia. Los miembros del clero están entre los más afectados: una investigación realizada en el año 2016 por los monjes de la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok revela que el 48% de los religiosos es obeso y el 46% sufre de hipertensión.
Los preceptos budistas prohiben a los monjes comer después del mediodía. Pero algunos jugos, indicados como pana en las escrituras religiosas, son admitidos después de mediodía. Este alimento los hace perfectos vehículos para una excesiva provisión de azúcar. Algo más que ayuda a aumentar el problema están las limosnas preconfeccionadas, que incluyen alimentos procesados y están fácilmente disponibles en los negocios tailandeses.
Si bien las nuevas líneas guías, que no son obligatorias, les piden a los monjes que se ocupen de su salud, pero rechazar las limosnas de los devotos es un argumento delicado. “Según la enseñanza del Señor Buda, debemos aceptar cualquier cosa que nos ofrezcan. No podemos negarnos, ni podemos rechazar” explica Phra Rajvoramuni, asistente abad del templo de Sungvej en Bangkok.
El monje, que colaboró en la redacción de la Carta, espera que la educación a la salud, el ejercicio físico y controles médicos den base a cambios positivos. “También los monjes deberían hacer algo, como caminar meditando, limpiar el templo a la mañana, barrer el suelo”, sugiere. Jongjit Angkatavanich, investigadora de la Universidad de Chulalongkorn que condujo el estudio en 2016, está confiada: “Veremos un cambio tangible en tres años”.
29/07/2019 12:18
19/11/2020 13:19