Delhi revoca también la licencia de Save the Children para recibir fondos del extranjero
El permiso (conocido como FCRA) es imprescindible para operar en el país y apoyar a los grupos de población más desfavorecidos, pero en los últimos años se ha retirado a decenas de ONG. Ya el año pasado, la organización humanitaria estuvo en la mira del gobierno por una campaña de recaudación de fondos contra la desnutrición. La hermana Dorothy Fernandes, que trabaja en los suburbios: "Uno se pregunta quién cuidará ahora de los niños".
Nueva Delhi (AsiaNews) - Después de Greenpeace, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, el Ministerio del Interior también ha retirado la licencia que permite a la ONG Save the Children recibir fondos del extranjero en virtud de la Foreign Contribution Regulation Act (FCRA).
La rama india de la organización humanitaria fundada en el Reino Unido en 1919 se conoce como Bal Raksha Bharat y trabaja en al menos 16 estados de la Unión India desde 2008, ocupándose de la salud y la educación de niños de zonas desfavorecidas. Ya el año pasado había estado en la mira del Gobierno a raíz de una campaña de recaudación de fondos en favor de la desnutrición: el Ministerio de Desarrollo de la Mujer y el Niño había cuestionado a la ONG alegando que, a través de sus programas, Delhi ya abordaba "de frente" el problema de la desnutrición.
La licencia FCRA es esencial para recibir fondos del extranjero y en los últimos años se han revocado las renovaciones a decenas de ONG. Esta mañana, Save the Children ya no figuraba en la lista de organizaciones con una FCRA válida. Se trata de una lista que se actualiza periódicamente en la página web del Ministerio del Interior.
"La hermana Dorothy Fernandes, una activista social que trabaja desde 1997 con las comunidades de la periferia de la ciudad de Patna, en el estado nororiental de Bihar, ha declarado a AsiaNews: "Es una medida realmente mala y ahora se plantea la cuestión de quién se hará cargo de esos niños que necesitan ayuda y apoyo. ¿Por qué el gobierno, que se da cuenta de que se necesitan diferentes grupos para ayudar a los marginados de los suburbios, les quita el apoyo que salvaguardaría su dignidad?", prosigue la religiosa. "Las normas indias deberían ayudar a corregir las violaciones, pero estas políticas agresivas no benefician a nadie, deberíamos ser facilitadores, no obstruccionistas".