Delhi quiere prohibir el alquiler de vientres
El gobierno ha presentado un proyecto de ley que impone nuevas reglas. Sólo las parejas indias casadas desde hace al menos cinco años podrán recurrir a la fecundación asistida, y las madres que den su útero en préstamo deben ser parientes de los progenitores. Quedan excluidos solteros, extranjeros y homosexuales.
Nueva Delhi (AsiaNews) – Ya no será posible explotar el cuerpo de la mujer para fines comerciales. Fue lo que decidió ayer el gobierno de la India, al presentar públicamente un nuevo proyecto de ley que regula la práctica de la maternidad subrogada. Según la normativa, que aún debe ser discutida en el Parlamento, sólo las parejas estériles indias podrás recurrir a la maternidad subrogada, y el embarazo será llevado a término por un familiar cercano de los cónyuges. En un intento por poner fin a una práctica que ha convertido a la India en la capital mundial del alquiler de vientres, el gobierno ha excluido por completo a los solteros, homosexuales y extranjeros. El Dr. Pascoal Carvalho, médico católico y miembro de la Pontificia academia para la vida, dice a AsiaNews: “Esta ley es un paso adelante en la dirección de los valores tradicionales de la familia. La subrogración es una manipulación de embriones”.
En los últimos años, la India se ha convertido en una meta privilegiada para el turismo médico, en particular para los tratamientos in vitro o maternidad subrogada. El sector de la fecundación asistida factura anualmente cerca de 5 millardos de dólares [4,4 millardos de euros] y en el país hay más de 500 clínicas. Parejas con problemas de fertilidad, sobre todo padres extranjeros provenientes de países ricos, encuentran en el país madres subrogadas, en su mayor parte pertenecientes a clases pobres, que “alquilan” su útero a cambio de dinero y que frecuentemente son víctimas de explotación.
El mercantilismo aplicado al cuerpo femenino ha generado un mercado floreciente, el cual se ha acentuado, sobre todo, por los costos “moderados” de los embarazos, en comparación con los países occidentales: de 18.000 a 30.000 dólares (un tercio del precio pagado en los Estados Unidos), de los cuales cerca de 8.000 quedan en manos de la mujer que lleva en su vientre los embriones donados por la pareja.
Las autoridades indias han decidido combatir la industria de la subrogación comercial, estableciendo que la práctica del alquiler de útero deberá ser una suerte de “subrogación altruista”. Al presentar ayer el Surrogacy (Regulation) Bill 2016, el ministro de Relaciones Exteriores Sushma Swaraj definió cuáles son las nuevas condiciones: las parejas deben estar casadas hace más de cinco años; la donante del útero deberá ser un pariente de la pareja y no percibirá compensación alguna por su acto de altruismo; las clínicas que operan en el sector serán registradas.
Además, quien contravenga la nueva ley, explotando de manera ilegal a las madres o manipulando los embriones, será penado con hasta 10 años de prisión y con multas que llegan al millón de rupias (más de 13.000 euros). El Dr. Carvalho concluye: “La subrogación es una amenaza al valor intrínseco de la dignidad humana”.
05/11/2016 10:35