De lo nuclear iraní a la “paz de los valientes”, para el fin de las guerras en Medio oriente
Beirut (AsiaNews)- La opinión pública libanesa y árabe, que no cree demasiado en los milagros, recibió con una prudencia velada de desconfianza el acuerdo sobre lo nuclear iraní. Entonces, que el partido liberal nacional (Pnl) acusa a Hezbollah y Michel Aoun de concentrarse sobre el acuerdo sobre lo nuclear, para imponerlo como “un dato de hecho”. Otros ven en este acuerdo el nefasto presagio de ulteriores conflictos.
Sin embargo, en seno a la coalición del 8 de marzo se considera que este acuerdo pueda permitir el superar obstáculos que han impedido, por más de un año, elegir al nuevo presidente del Líbano. A este propósito, Nabih Berri habla de un “clima”. “Este acuerdo- subrayó el presidente del Parlamento libanés- podría contribuir en instaurar un clima que permitirá superar los obstáculos que se interpusieron hasta ahora para la elección del presidente de la República.
Por su parte, Muhammad Raad aseguró que ahora habrá un antes y un después del acuerdo sobre lo nuclear iraní. Cierto, de alguna parte hay una verdad evidente. Y, de hecho, el día antes del acuerdo, no había ningún acuerdo. Pero el jefe del bloque parlamentario, cercano a Hezbollah, podría acusar hacia este “clima” que el presidente Berry ve abrirse y que permitiría a las varias crisis regionales de la rivalidad entre Teherán y Riad de ceder progresivamente a la lógica del diálogo, en vez que responder a la lógica de la fuerza.
Y es al entero de este cuadro que, se descubrió, que John Kerry llevó adelante los negociados: un hombre que sabe muy bien que no hemos aprendido nada sobre la guerra, hasta cuando no hemos aprendido a odiarla a la guerra. Y la acogida favorable concedida por el Vaticano al acuerdo de Viena no hace más que confirmar una orientación que apoya sobre la experiencia personal de la guerra, vivida por el mismo John Kerry.
Bien entendido, como subrayó más de un observador para una restauración completa del clima regional falta aún la plena adhesión de Arabia saudita a esta lógica. Por ahora podemos atenernos a lo que hacen los EEUU y que Teherán pone en práctica. Las próximas semanas nos lo dirán.
Líbano, el conflicto más simple que hay que regular
Según una fuente diplomática occidental, de los varios conflictos regionales que inflaman al Medio oriente, de Yemen a Siria, pasando por Bahrain, Irak y Líbano, queda siempre este último aquello que- en apariencia- parece ser el más fácil para regular.
Para salir de este punto muerto actual, bastaría que el espíritu del compromiso que prevalió en diversos momentos de la vida pública libanesa y que ha llevado a Saëb Salam a formular el dicho: “ni vencedores ni vencidos” en 1958, sea invocado nuevamente. Obvio, para poderlo hacer Riad y la facción del 14 de marzo deben convenir que el acuerdo de Viena hizo crecer la estatura política de Teherán y de sus aliados que ellos deben ahora considerar. Por parte de ellos, Teherán y el 8 de marzo deben preservar los resultados del acuerdo de Viena, que prefiguran la desaparición de nuevas zonas de influencia en Medio oriente, a través de gestos de reconciliación y de moderación, sabiendo que ellos deberán continuar a batirse contra el enemigo implacable, el jihadismo sunnita, del cual una de las funciones geopolíticas principales es la de romper la continuidad geográfica entre Teherán, Damasco y Líbano.
En este juego de ajedrez, en el cual perder los peones no implica de hecho la imposibilidad de ganar el partido, los libaneses tiene todo el interés en mostrarse sabios y a servir a sus propios intereses. En el interior de las redacciones de los periódicos, ayer, no se hablaba de otra cosa que del préstamo de 414 millones de dólares acordado por el banco mundial a Líbano para construir, sobre el río Bisri, u dique que pueda suministrar agua al menos al 1,6 millones de ciudadanos y regar millones de hectáreas de campo. Un dique cuya financiación podría perderse, si no será aprobado con una votación en el Parlamento antes del lunes próximo, 20 de julio…
Por esto hay que subrayar que en la situación de punto muerto actual treminan por perder todos y que podremos defender mejor los “derechos” no sólo de los cristianos, sino de todos los libaneses, haciendo renace r las instituciones y eligiendo, tanto para comenzar a un nuevo jefe de Estado. Su presencia no sería vivida como una victoria de una facción sobre la otra, sino que se convertiría en expresión de una “paz de los valientes” concluida lejos de los sueños de dominio de los unos sobre los otros y de una paz regional que si no viene hoy no llegará jamás, sin vencedores ni vencidos.
Signos de regresión
Es necesario que los jóvenes del partido comunista libanés (Cpl) que distribuyen volantes donde alaban al federalismo entiendan que eso es un signo de regresión; y que cuántos defienden esta opción han olvidado la misión de la iglesia, que el más débil de los presidentes puede convertirse en fuerte gracias al apoyo masivo que sabremos darle; que en caso de impasse regional será el Estado quien se asumirá la defensa de las “minorías”, que un enemigo en la frontera no preocupa a un Israel cuya paz “está en peligro”.
El ejército vigila sobre la pausa debida a las fiestas (fin del Ramadan,ndr) que comienzan hoy. El directorio emitió un comunicado ayer en el cual anuncia las medidas de seguridad excepcionales, alrededor de los principales lugares de culto y de las mezquitas, de las grandes arterias, en los principales mercados y en los lugares turísticos más importantes. Los ejemplos de Arabia saudita y Kuwait están allá, para recordarnos que el enemigo está detrás de la puerta y aprovechará de la más pequeña brecha para introducirse al interior. La unión, sólo ella, tiene la fuerza. Alí también comprendida la locura homicida que se revela ya con una cotidianidad bajo nuestros ojos, como sucedió ayer en Saif donde murió un hombre, el rostro desfigurado por las puñaladas. Imagen de nuestra violencia interior. Reflejo de nuestro desequilibrio social e institucional.
LIBANO – IRAN
De lo nuclear iraní a la “paz de los valientes”, para el fin de las guerras en Medio oriente
de Fady Noun
La opinión pública libanesa y árabe recibió con prudencia y desconfianza el acuerdo. Según algunos podría ser el viático para la elección del presidente en Líbano. El rol de Riad y Teherán por la paz en la región. Temores de nuevas violencias durante los festejos por el fin del Ramadan.
Beirut (AsiaNews)- La opinión pública libanesa y árabe, que no cree demasiado en los milagros, recibió con una prudencia velada de desconfianza el acuerdo sobre lo nuclear iraní. Entonces, que el partido liberal nacional (Pnl) acusa a Hezbollah y Michel Aoun de concentrarse sobre el acuerdo sobre lo nuclear, para imponerlo como “un dato de hecho”. Otros ven en este acuerdo el nefasto presagio de ulteriores conflictos.
Sin embargo, en seno a la coalición del 8 de marzo se considera que este acuerdo pueda permitir el superar obstáculos que han impedido, por más de un año, elegir al nuevo presidente del Líbano. A este propósito, Nabih Berri habla de un “clima”. “Este acuerdo- subrayó el presidente del Parlamento libanés- podría contribuir en instaurar un clima que permitirá superar los obstáculos que se interpusieron hasta ahora para la elección del presidente de la República.
Por su parte, Muhammad Raad aseguró que ahora habrá un antes y un después del acuerdo sobre lo nuclear iraní. Cierto, de alguna parte hay una verdad evidente. Y, de hecho, el día antes del acuerdo, no había ningún acuerdo. Pero el jefe del bloque parlamentario, cercano a Hezbollah, podría acusar hacia este “clima” que el presidente Berry ve abrirse y que permitiría a las varias crisis regionales de la rivalidad entre Teherán y Riad de ceder progresivamente a la lógica del diálogo, en vez que responder a la lógica de la fuerza.
Y es al entero de este cuadro que, se descubrió, que John Kerry llevó adelante los negociados: un hombre que sabe muy bien que no hemos aprendido nada sobre la guerra, hasta cuando no hemos aprendido a odiarla a la guerra. Y la acogida favorable concedida por el Vaticano al acuerdo de Viena no hace más que confirmar una orientación que apoya sobre la experiencia personal de la guerra, vivida por el mismo John Kerry.
Bien entendido, como subrayó más de un observador para una restauración completa del clima regional falta aún la plena adhesión de Arabia saudita a esta lógica. Por ahora podemos atenernos a lo que hacen los EEUU y que Teherán pone en práctica. Las próximas semanas nos lo dirán.
Líbano, el conflicto más simple que hay que regular
Según una fuente diplomática occidental, de los varios conflictos regionales que inflaman al Medio oriente, de Yemen a Siria, pasando por Bahrain, Irak y Líbano, queda siempre este último aquello que- en apariencia- parece ser el más fácil para regular.
Para salir de este punto muerto actual, bastaría que el espíritu del compromiso que prevalió en diversos momentos de la vida pública libanesa y que ha llevado a Saëb Salam a formular el dicho: “ni vencedores ni vencidos” en 1958, sea invocado nuevamente. Obvio, para poderlo hacer Riad y la facción del 14 de marzo deben convenir que el acuerdo de Viena hizo crecer la estatura política de Teherán y de sus aliados que ellos deben ahora considerar. Por parte de ellos, Teherán y el 8 de marzo deben preservar los resultados del acuerdo de Viena, que prefiguran la desaparición de nuevas zonas de influencia en Medio oriente, a través de gestos de reconciliación y de moderación, sabiendo que ellos deberán continuar a batirse contra el enemigo implacable, el jihadismo sunnita, del cual una de las funciones geopolíticas principales es la de romper la continuidad geográfica entre Teherán, Damasco y Líbano.
En este juego de ajedrez, en el cual perder los peones no implica de hecho la imposibilidad de ganar el partido, los libaneses tiene todo el interés en mostrarse sabios y a servir a sus propios intereses. En el interior de las redacciones de los periódicos, ayer, no se hablaba de otra cosa que del préstamo de 414 millones de dólares acordado por el banco mundial a Líbano para construir, sobre el río Bisri, u dique que pueda suministrar agua al menos al 1,6 millones de ciudadanos y regar millones de hectáreas de campo. Un dique cuya financiación podría perderse, si no será aprobado con una votación en el Parlamento antes del lunes próximo, 20 de julio…
Por esto hay que subrayar que en la situación de punto muerto actual treminan por perder todos y que podremos defender mejor los “derechos” no sólo de los cristianos, sino de todos los libaneses, haciendo renace r las instituciones y eligiendo, tanto para comenzar a un nuevo jefe de Estado. Su presencia no sería vivida como una victoria de una facción sobre la otra, sino que se convertiría en expresión de una “paz de los valientes” concluida lejos de los sueños de dominio de los unos sobre los otros y de una paz regional que si no viene hoy no llegará jamás, sin vencedores ni vencidos.
Signos de regresión
Es necesario que los jóvenes del partido comunista libanés (Cpl) que distribuyen volantes donde alaban al federalismo entiendan que eso es un signo de regresión; y que cuántos defienden esta opción han olvidado la misión de la iglesia, que el más débil de los presidentes puede convertirse en fuerte gracias al apoyo masivo que sabremos darle; que en caso de impasse regional será el Estado quien se asumirá la defensa de las “minorías”, que un enemigo en la frontera no preocupa a un Israel cuya paz “está en peligro”.
El ejército vigila sobre la pausa debida a las fiestas (fin del Ramadan,ndr) que comienzan hoy. El directorio emitió un comunicado ayer en el cual anuncia las medidas de seguridad excepcionales, alrededor de los principales lugares de culto y de las mezquitas, de las grandes arterias, en los principales mercados y en los lugares turísticos más importantes. Los ejemplos de Arabia saudita y Kuwait están allá, para recordarnos que el enemigo está detrás de la puerta y aprovechará de la más pequeña brecha para introducirse al interior. La unión, sólo ella, tiene la fuerza. Alí también comprendida la locura homicida que se revela ya con una cotidianidad bajo nuestros ojos, como sucedió ayer en Saif donde murió un hombre, el rostro desfigurado por las puñaladas. Imagen de nuestra violencia interior. Reflejo de nuestro desequilibrio social e institucional.
LIBANO – IRAN
De lo nuclear iraní a la “paz de los valientes”, para el fin de las guerras en Medio oriente
de Fady Noun
La opinión pública libanesa y árabe recibió con prudencia y desconfianza el acuerdo. Según algunos podría ser el viático para la elección del presidente en Líbano. El rol de Riad y Teherán por la paz en la región. Temores de nuevas violencias durante los festejos por el fin del Ramadan.
Beirut (AsiaNews)- La opinión pública libanesa y árabe, que no cree demasiado en los milagros, recibió con una prudencia velada de desconfianza el acuerdo sobre lo nuclear iraní. Entonces, que el partido liberal nacional (Pnl) acusa a Hezbollah y Michel Aoun de concentrarse sobre el acuerdo sobre lo nuclear, para imponerlo como “un dato de hecho”. Otros ven en este acuerdo el nefasto presagio de ulteriores conflictos.
Sin embargo, en seno a la coalición del 8 de marzo se considera que este acuerdo pueda permitir el superar obstáculos que han impedido, por más de un año, elegir al nuevo presidente del Líbano. A este propósito, Nabih Berri habla de un “clima”. “Este acuerdo- subrayó el presidente del Parlamento libanés- podría contribuir en instaurar un clima que permitirá superar los obstáculos que se interpusieron hasta ahora para la elección del presidente de la República.
Por su parte, Muhammad Raad aseguró que ahora habrá un antes y un después del acuerdo sobre lo nuclear iraní. Cierto, de alguna parte hay una verdad evidente. Y, de hecho, el día antes del acuerdo, no había ningún acuerdo. Pero el jefe del bloque parlamentario, cercano a Hezbollah, podría acusar hacia este “clima” que el presidente Berry ve abrirse y que permitiría a las varias crisis regionales de la rivalidad entre Teherán y Riad de ceder progresivamente a la lógica del diálogo, en vez que responder a la lógica de la fuerza.
Y es al entero de este cuadro que, se descubrió, que John Kerry llevó adelante los negociados: un hombre que sabe muy bien que no hemos aprendido nada sobre la guerra, hasta cuando no hemos aprendido a odiarla a la guerra. Y la acogida favorable concedida por el Vaticano al acuerdo de Viena no hace más que confirmar una orientación que apoya sobre la experiencia personal de la guerra, vivida por el mismo John Kerry.
Bien entendido, como subrayó más de un observador para una restauración completa del clima regional falta aún la plena adhesión de Arabia saudita a esta lógica. Por ahora podemos atenernos a lo que hacen los EEUU y que Teherán pone en práctica. Las próximas semanas nos lo dirán.
Líbano, el conflicto más simple que hay que regular
Según una fuente diplomática occidental, de los varios conflictos regionales que inflaman al Medio oriente, de Yemen a Siria, pasando por Bahrain, Irak y Líbano, queda siempre este último aquello que- en apariencia- parece ser el más fácil para regular.
Para salir de este punto muerto actual, bastaría que el espíritu del compromiso que prevalió en diversos momentos de la vida pública libanesa y que ha llevado a Saëb Salam a formular el dicho: “ni vencedores ni vencidos” en 1958, sea invocado nuevamente. Obvio, para poderlo hacer Riad y la facción del 14 de marzo deben convenir que el acuerdo de Viena hizo crecer la estatura política de Teherán y de sus aliados que ellos deben ahora considerar. Por parte de ellos, Teherán y el 8 de marzo deben preservar los resultados del acuerdo de Viena, que prefiguran la desaparición de nuevas zonas de influencia en Medio oriente, a través de gestos de reconciliación y de moderación, sabiendo que ellos deberán continuar a batirse contra el enemigo implacable, el jihadismo sunnita, del cual una de las funciones geopolíticas principales es la de romper la continuidad geográfica entre Teherán, Damasco y Líbano.
En este juego de ajedrez, en el cual perder los peones no implica de hecho la imposibilidad de ganar el partido, los libaneses tiene todo el interés en mostrarse sabios y a servir a sus propios intereses. En el interior de las redacciones de los periódicos, ayer, no se hablaba de otra cosa que del préstamo de 414 millones de dólares acordado por el banco mundial a Líbano para construir, sobre el río Bisri, u dique que pueda suministrar agua al menos al 1,6 millones de ciudadanos y regar millones de hectáreas de campo. Un dique cuya financiación podría perderse, si no será aprobado con una votación en el Parlamento antes del lunes próximo, 20 de julio…
Por esto hay que subrayar que en la situación de punto muerto actual treminan por perder todos y que podremos defender mejor los “derechos” no sólo de los cristianos, sino de todos los libaneses, haciendo renace r las instituciones y eligiendo, tanto para comenzar a un nuevo jefe de Estado. Su presencia no sería vivida como una victoria de una facción sobre la otra, sino que se convertiría en expresión de una “paz de los valientes” concluida lejos de los sueños de dominio de los unos sobre los otros y de una paz regional que si no viene hoy no llegará jamás, sin vencedores ni vencidos.
Signos de regresión
Es necesario que los jóvenes del partido comunista libanés (Cpl) que distribuyen volantes donde alaban al federalismo entiendan que eso es un signo de regresión; y que cuántos defienden esta opción han olvidado la misión de la iglesia, que el más débil de los presidentes puede convertirse en fuerte gracias al apoyo masivo que sabremos darle; que en caso de impasse regional será el Estado quien se asumirá la defensa de las “minorías”, que un enemigo en la frontera no preocupa a un Israel cuya paz “está en peligro”.
El ejército vigila sobre la pausa debida a las fiestas (fin del Ramadan,ndr) que comienzan hoy. El directorio emitió un comunicado ayer en el cual anuncia las medidas de seguridad excepcionales, alrededor de los principales lugares de culto y de las mezquitas, de las grandes arterias, en los principales mercados y en los lugares turísticos más importantes. Los ejemplos de Arabia saudita y Kuwait están allá, para recordarnos que el enemigo está detrás de la puerta y aprovechará de la más pequeña brecha para introducirse al interior. La unión, sólo ella, tiene la fuerza. Alí también comprendida la locura homicida que se revela ya con una cotidianidad bajo nuestros ojos, como sucedió ayer en Saif donde murió un hombre, el rostro desfigurado por las puñaladas. Imagen de nuestra violencia interior. Reflejo de nuestro desequilibrio social e institucional.
17/12/2016 13:14