De Kenia a Myanmar, las víctimas del tráfico de vidas humanas y la esclavitud sexual
La mayoría de las personas atrapadas en este red son mujeres solteras menores de 30 años. Atraídas con la perspectiva de un empleo, terminan en la prostitución. La explotación también afecta a otros países de la zona, desde Tailandia hasta Vietnam. Un negocio millonario para los traficantes sin escrúpulos.
Rangún (AsiaNews) - Un tráfico de vidas humanas conecta a Kenia con Myanmar. Las principales afectadas son mujeres solteras menores de 30 años que, atraídas por la perspectiva de un empleo como empleadas domésticas, vendedoras o docentes, acaban en el mercado negro de la prostitución y la esclavitud sexual. El fenómeno quedó expuesto en toda su magnitud en las últimas semanas e implica a otros países del continente como Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Brunei, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Según el gobierno de Nairobi, se multiplican las llamadas desesperadas de socorro de parte de nigerianos -hombres, pero sobre todo mujeres- explotados en países del sudeste asiático. La situación es a tal punto dramática, que se han emitido mensajes de advertencia en los que se insta a los conciudadanos a no responder a las ofertas de trabajo a menos que haya confirmaciones reales y garantías antes de partir.
Kenia no tiene representación diplomática en Myanmar. Para regular las relaciones, se apoya en la embajada en Tailandia, que confirma el aumento de los casos de tráfico y esclavitud, sobre todo en el último año, tras la llegada de la junta militar birmana al poder, mediante el golpe de Estado de febrero de 2021. Las jóvenes que se ven obligadas a prostituirse proceden de familias de bajos ingresos y escasos recursos, que tienen que vender bienes y tierras para cubrir los gastos del viaje.
Fuentes institucionales informan de que el número de víctimas está aumentando, mientras que los traficantes y los intermediarios laborales de Nairobi y otras ciudades como Eldoret ganan millones explotando a los jóvenes kenianos que buscan trabajo en el extranjero. Sin que las víctimas lo sepan, los delincuentes consiguen y distribuyen visados de turista de 90 días para facilitar la entrada en el país. Luego cortan los lazos en el momento en que los inmigrantes que buscan empleo se dan cuenta de que han caído en una trampa. Una vez abandonados en Tailandia y Myanmar y sin billete de vuelta", explica la representación diplomática de Nairobi en Bangkok, "corresponde a la embajada y a las familias de origen intentar organizar su regreso a casa".
Al menos cinco mujeres fueron evacuadas recientemente de Myanmar tras pedir ayuda. Se espera que sean repatriadas a Kenia a través de Bangkok en breve, pero la atención se centra en las decenas de personas que siguen atrapadas en el tráfico y en otras que siguen siendo reclutadas en su país de origen con falsas oportunidades de trabajo. "Decenas de kenianos más llegaron al aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, y todos fueron trasladados a través de la frontera con Myanmar, siguiendo el mismo patrón que los grupos anteriores. “La embajada", concluye la nota, "ha recibido llamadas de socorro de unos 30 kenianos, pero sabemos que hay más de 50 en Myanmar y tres en Laos".
