De Hiroshima a Fukushima. Japón y la pesadilla nuclear
En estos días se presentó el libro de Susanna Marino y Stefano Vecchia. "Las bombas atómicas lanzadas hace 75 años son un fantasma que resuena en la conciencia de los japoneses, pero también en la de toda la humanidad. La crisis de los reactores nucleares de Fukushima ha dejado al descubierto los límites de las capacidades tecnológicas y plantea interrogantes sobre el uso de la energía nuclear”.
Milán (AsiaNews) - Japón, la única nación que ha sufrido los efectos de un bombardeo atómico, ha desarrollado desde entonces una relación ambivalente con la energía nuclear. Por un lado, siente la necesidad de preservar la memoria histórica y por otro, la elección -sustentada en razones geopolíticas y económicas- de no renunciar a la energía atómica, con la dramática consecuencia del accidente de Fukushima. Este es el tema que se aborda en el libro "De Hiroshima a Fukushima". Japón y la Pesadilla Nuclear", Ediciones Stilnovo, Milán, 2020, 228 páginas.
Las dos partes del libro, cuyos autores son Susanna Marino, profesora de Lengua y Cultura Japonesas en la Universidad de Milán-Bicocca, y Stefano Vecchia, periodista y escritor especializado en Asia, están dedicadas al pasado y al presente de la energía nuclear en Japón: un pesado legado con el que habrá que medir todas las elecciones futuras en el país del Sol Naciente.
"El pasado es una historia inconclusa -subraya el profesor Marino-, en primer lugar para quienes lo vivieron en primera persona, y estuvieron física y emocionalmente involucrados en las explosiones del 6 y 9 de agosto de 1945, y compartieron la necesidad de no dejar caer en el olvido uno de los peores actos perpetrados por el ser humano contra otros seres humanos. En segundo lugar, porque representa una advertencia a las generaciones presentes y futuras, ya que las bombas atómicas lanzadas hace 75 años son un fantasma que se respira en primer lugar en la conciencia de los japoneses, pero también en la de toda la humanidad, ya sea en forma de conmemoración o remordimiento, de consternación u horror, de culpa y vergüenza"
El presente está inevitablemente atado a este pasado inconcluso y a la crisis del reactor nuclear de Fukushima. Pese a que ésta fue provocada por un acontecimiento natural inesperado y catastrófico como el tsunami del 11 de marzo de 2011, el país ha vuelto a caer en una pesadilla. Stefano Vecchia recuerda: "La imposibilidad de controlar los reactores averiados ha hecho resurgir el profundo temor a la contaminación (ancestral en sus diversas formas en Japón) y a la discriminación que a menudo la acompaña (en este caso, interna, para los habitantes de los alrededores de la central de Fukushima-1 e internacional, respecto al país). Esto ha replanteado el tema de la vergüenza, que se deriva de no haber podido prever el desastre y ser víctimas de ello. Puso en duda la confianza del país en sus instituciones y su capacidad tecnológica, y resaltó las graves limitaciones de ambas. Por último, relanzó un debate sobre la energía nuclear que parecía estar adormecido y que está estrechamente relacionado con las necesidades energéticas, pero también con el potencial uso militar de la vasta disponibilidad de material fisionable. Y esto, a su vez, no está separado de la situación estratégica regional y de la estrecha relación con el aliado estadounidense".
En los dos casos, pasado y presente, el ensayo pone de relieve el destino de los cientos de miles de japoneses contaminados (hibakusha, la gente de la bomba), así como el de los desplazados de las zonas sometidas a la lluvia radiactiva, y muestra la persistencia de zonas de marginación, de lados oscuros en la sociedad japonesa. Ambos muestran la lucha desigual que los movimientos ecologistas y pacifistas llevan adelante hasta hoy, en un país cuyo sistema prioriza la productividad, el conformismo y la paz social.
19/12/2022 11:46
07/08/2018 12:06