Davao llora al P. Picardal, el «teólogo ciclista», valiente voz por la paz

de Santosh Digal

Murió de un ataque al corazón a los 69 años. Desde los años en que Duterte era alcalde de la capital de Mindanao había luchado contra sus escuadrones de la muerte dedicados a la «lucha contra la droga». Misionero redentorista, hizo una gran contribución a las comunidades eclesiales de base.

Manila (AsiaNews) - La Iglesia y la sociedad filipina están de luto por la muerte del padre Amado Picardal, sacerdote redentorista, una voz importante en los movimientos por la paz y la justicia en Mindanao, que en los últimos años había criticado duramente al ex presidente Rodrigo Duterte por sus ejecuciones extrajudiciales en la guerra contra las drogas. El P. Picardal falleció el 29 de mayo a la edad de 69 años de un ataque al corazón. «El P. Edilberto Cepe, superior provincial de los Redentoristas, lo recuerda así: »El P. Picardal fue un misionero brillante y valiente, un apasionado defensor de la paz y la justicia social, y un teólogo que tocó y transformó la vida de muchos. Que la luz y la alegría que dejó a este mundo sigan irradiando a través de nosotros, haciéndonos faros de verdad y transformación social».

P. Picardal nació en Iligan City en 1954. Ya a principios de la década de 1970, como estudiante de filosofía en la Universidad de San Carlos de Cebú, participó en el activismo estudiantil que -bajo la ley marcial de Ferdinand Marcos- le llevó a pasar siete meses en prisión, donde también fue torturado. Tras completar sus estudios universitarios, pasó seis meses entre los pobres de un barrio marginal de Cebú, donde recibió formación como organizador comunitario. Ingresó en los Redentoristas y fue ordenado sacerdote en 1981. En su ministerio, ayudó a formar y fortalecer comunidades eclesiales de base en varias parroquias y diócesis de Mindanao, la región del sur de Filipinas asolada por profundos conflictos que se cobraron miles de vidas. En la misión de San Fernando, en Bukidnon, a finales de la década de 1980, ayudó a organizar y movilizar a las comunidades contra las empresas madereras, consiguiendo que el gobierno pusiera fin a estas actividades explotadoras.

Tras profundizar sus estudios teológicos en Berkeley y en la Pontificia Universidad Gregoriana, fue profesor y decano de estudios académicos en el Teologado San Alfonso, la escuela teológica redentorista de Davao, desde mayo de 1995 hasta marzo de 2011. Junto a la docencia, siempre ha continuado con sus actividades pastorales. Rostro de Pax Christi en Filipinas, ha estado muy implicado en el diálogo cristiano-musulmán y en la defensa de la paz, y fue miembro del consejo de liderazgo de la Coalición contra las Ejecuciones Sumarias, donde supervisó y se pronunció contra los escuadrones de la muerte de Davao, que muchos creían inspirados y apoyados por el entonces alcalde Rodrigo Duterte.

Muchos le conocían como el cura ciclista de Filipinas: en 2000, atravesó el país en bicicleta desde Davao hasta Ilocos Norte por la paz, recorriendo 2.083 kilómetros. Fue sólo la primera de muchas iniciativas de este tipo: cada año, organizaba un paseo comunitario en bicicleta en Davao durante la Semana de la Paz de Mindanao. En el verano de 2006, recorrió Mindanao en bicicleta por la vida y la paz durante tres semanas, acompañado en parte del camino por algunos sacerdotes y un obispo. Y de nuevo en 2008, completó una gira aún mayor por Filipinas en bicicleta, recorriendo más de 5.000 kilómetros en 56 días. Escribía poesía, pero también le gustaba la música: compuso algunas canciones para la liturgia y para seminarios de evangelización. Había escalado el monte Apo siete veces. También practicaba submarinismo de vez en cuando.

Quería proponer una teología desde abajo, enculturada y contextual, no solo discursiva sino también narrativa y poética. De junio de 2011 a diciembre de 2017, había trabajado a tiempo completo como Secretario Ejecutivo del Comité Episcopal de Comunidades Eclesiales de Base (BEC) de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas (CBCP). Será recordado por su contribución a la sociedad como pacificador, activista social y misionero.