Davao de Oro: el alud en un pueblo minero y los niños rescatados después de 60 horas
En la zona de Mindanao donde se produjo el deslizamiento de tierra que dejó al menos 15 muertos y más de 100 desaparecidos estaba prohibido construir debido a los aludes de 2007, pero la mina de oro es la fuente de trabajo de casi todos los habitantes y estos se negaron a aceptar que les asignaran una zona de reasentamiento más alejada.
Manila (AsiaNews/Agencias) - Dos niños -una de tres años y un bebé de dos meses- fueron rescatados por la Cruz Roja filipina tras permanecer casi 60 horas bajo el barro y los escombros de lo que era la aldea de Masara, en el sur de la isla de Mindanao. La pequeña población estaba formada por las casas de los trabajadores de la vecina mina de oro y la noche del 6 al 7 de febrero quedó sepultada por un deslizamiento de tierra. La recuperación de los dos pequeños fue aclamada como un "milagro", porque los rescatistas ya habían perdido toda esperanza de encontrar a alguien con vida. En este momento los equipos continúan excavando porque hay más de 100 personas desaparecidas bajo el alud de tierra provocado por las fuertes lluvias que causaron al menos 15 muertes confirmadas.
"Los habitantes de la aldea trabajan junto con los rescatistas utilizando palas y manos desnudas para buscar supervivientes", dijo Edward Macapili, funcionario del departamento de desastres de la provincia de Davao de Oro. “Haber encontrado a los dos niños - añadió - es un milagro, porque pensaban que a esa altura todas las personas desaparecidas estaban muertas. Esto da esperanza. La posibilidad de encontrar niños con vida suele ser menor que para los adultos", añadió.
El bebé no tenía heridas al igual que la niña, que se encontró con su padre antes de ser llevada al centro médico para una revisión. En este momento los equipos de rescate están utilizando perros detectores de drogas para localizar los cuerpos que han quedado sepultados bajo el barro y los escombros aunque han comenzando a utilizar maquinarias pesadas para retirar los escombros porque continúa lloviendo incesantemente, lo que dificulta las operaciones.
Desgraciadamente los deslizamientos de tierra no son nada nuevo en Filipinas y constituyen un peligro frecuente en la mayor parte del archipiélago debido al terreno montañoso, las fuertes lluvias que han aumentado en intensidad debido al cambio climático, el fenómeno atmosférico llamado El Niño, la deforestación generalizada para destinar tierras a la agricultura, la tala ilegal y sobre todo la minería. Como lo confirma la mina de oro cercana al lugar donde se produjo el deslizamiento de tierra, en Masara. Por otra parte, en esta zona está lloviendo intensamente desde hace semanas y eso ha provocado decenas de deslizamientos de tierra e inundaciones que han obligado a miles de personas a buscar refugio lejos de sus hogares. Además hay innumerables temblores debido a un fuerte enjambre sísmico que golpea Filipinas desde hace meses y que ha deteriorado las ya de por sí débiles estructuras de las construcciones.
Como consecuencia, cientos de familias de Masara y de otros cuatro pueblos vecinos se habían visto obligadas a evacuar sus hogares y refugiarse en centros de emergencia por temor a nuevos aludes. En efecto, como recordó Macapili, "la zona afectada por el deslizamiento había sido declarada 'zona de construcción prohibida' después de los deslizamientos de 2007 y 2008. Se pidió a la gente que abandonara ese lugar y se les asignó un área de reasentamiento, pero las personas volvieron”. La razón más evidente es la proximidad a la mina.
14/06/2017 15:11
03/05/2019 17:13