Damasco (también) apuesta al turismo para relanzar su imagen internacional
Antes de la guerra, el sector garantizaba más del 14% del PIB y empleaba al 8,3% de la población. Para el 2022, dos operadores turísticos europeos prometen organizar viajes. El turismo religioso se está recuperando, con peregrinos (chiítas) procedentes de Irán, Irak y Pakistán. Estudioso cristiano: el turismo impulsará el repunte de la economía y las relaciones con el exterior.
Damasco (AsiaNews) - Los sirios tuvieron que sufrir un "injusto castigo colectivo" a causa de las sanciones internacionales y de la Ley César impuestas por los Estados Unidos, que son "las principales causas" de la "crisis, el hambre y la pobreza" sumadas a diez años de guerra. "Nos sentimos como exiliados", y "la reanudación del turismo" podría ser "una forma de reactivar la economía" y alimentar la "esperanza de un futuro mejor". Según Michel Azar, profesor universitario cristiano en Damasco y experto en economía y turismo, la reanudación de los viajes del extranjero y al interior podría ser un punto de inflexión luego de largos años de violencia, sufrimiento y conflicto, que han dejado a la nación aislada.
El sector del turismo, explica, ha sufrido daños muy graves. A ello se suman los obstáculos que han surgido como consecuencia de la guerra y la crisis económica. Ante todo, la dramática escasez en el sector energético, que dificulta el normal funcionamiento de un hotel. "La mayoría de los hoteles no pueden proporcionar calefacción o electricidad durante las 24 horas" y durante el día "son frecuentes las interrupciones". Especialmente en el campo, donde "solo hay una hora de electricidad cada tres días... peor que en la Edad de Piedra".
Antes de la guerra, la industria del turismo era una de las más florecientes, y aportaba hasta el 14% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, empleaba al 8,3% de la población económicamente activa. Sin embargo, a pesar de las enormes dificultades, en el último año ha crecido el número de extranjeros que visitan Siria. Es lo que informa el ministro de Turismo, Mohammed Rami Martini, que apuesta por la recuperación de los operadores turísticos europeos. Para fines de 2021, el número total de visitantes que ingresaron al país rondará los 488.000, lo que supone un aumento con respecto a años anteriores. Para el 2022, hay dos operadores europeos -uno con sede en el Reino Unido y otro en Alemania- que ya están promoviendo viajes organizados.
Al fin y al cabo, el país aún tiene mucho que ofrecer: desde un paseo por los mercados tradicionales de Damasco hasta la antigua ciudad de Palmira, en medio del desierto. O la cima del Krak de los Caballeros, vestigio de las Cruzadas y parte de una historia milenaria que durante demasiado tiempo ha quedado excluida de los circuitos internacionales, sobre todo por la pandemia de Covid-19, que ha ahogado los viajes en todo el mundo. Sin embargo, cada vez son más los viajeros que reanudan sus rutas hacia esta nación árabe, que sigue en guerra, sometida a sanciones y en la que continúa la represión de la disidencia interna, que llega a ser brutal. Una situación que ha empujado a más de un tercio de la población a exiliarse.
“Hace aproximadamente un mes visité Maaloula con mi familia", recuerda Michel Azar. “Estábamos sentados en un bar, cuando vimos llegar un autobús lleno de ciudadanos franceses que entraban en un convento de la zona". Los miraba "como si fueran extraterrestres", admite el académico. Hacía 10 años que no veía un grupo de turistas. Y para mis hijos, era la primera vez. Mi hija mayor estaba fascinada al oírles hablar en francés. Es un episodio que nos hace reflexionar sobre los sufrimientos que padece un país que "solía ser un popular destino turístico" que "ni siquiera nuestros hijos han tenido la oportunidad de conocer". Hasta ahora, ellos solo saben de historias de guerra, violencia, privaciones y crisis económica".
Luego supieron que el contingente formaba parte de una visita promovida por la organización benéfica cristiana francesa SOS Chrétiens d'Orient. El grupo había llegado a Siria "por trabajo y turismo" de carácter religioso. Según las agencias de viaje, "cada día ingresan a Siria muchos extranjeros, la mayoría de ellos ingenieros, periodistas y expertos, y vienen por motivos profesionales", concluye el erudito cristiano. Y un sector particular del turismo, el religioso, ya está creciendo, “con grupos de creyentes que vienen de Irán, Pakistán e Irán para visitar los santuarios chiítas".
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