Damasco, un pueblo hambriento por la guerra y las sanciones se prepara para elegir presidente

Las elecciones serían el 26 de mayo. Pese a que aún no ha presentado oficialmente su candidatura, se da por descontada la victoria del líder saliente, Assad. El Alto Tribunal reconoce hasta el momento dos impugnaciones, y excluye a las figuras de la oposición que residen en el extranjero. Fuente de AsiaNews: es una votación que no caldea los ánimos; se espera que se logre un acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales.

Damasco (AsiaNews) - Las elecciones prometen un "final anunciado" y por el momento “no caldean los ánimos de la población siria”, que está más preocupada que nunca por “sobrevivir”, frente a la "carencia crónica de combustible, electricidad y en muchas ocasiones, incluso de pan".

Una fuente de AsiaNews en Damasco -tras el anonimato, por razones de seguridad- describe así la situación de la nación que deberá acudir a las urnas el próximo 26 de mayo para votar en las elecciones presidenciales. Para la mayoría, la votación promete confirmar al actual líder Bashar al-Assad -que triunfó en las elecciones de 2014, durante la fase más sangrienta del conflicto y fue capaz de mantener las riendas del poder.

El actual jefe de Estado está al mando de un país devastado por una década de guerra y sanciones y lo más probable es que no se tope con una oposición seria. Aún así, es evidente el descontento en algunos sectores de la población, asolados por una gravísima crisis económica, social y sanitaria. Bashar Assad ocupa la presidencia desde hace más de 20 años -asumió tras la muerte de su padre, Hafez- y aún no ha oficializado su candidatura, pero se da por descontado que lo hará. La Alta Corte Constitucional informó al Parlamento sobre la impugnación de dos candidatos: se trata de un ex parlamentario y un político que había intentado presentarse para los comicios del 2014, pero cuya candidatura fue rechazada. Quedan excluidos de las candidaturas los opositores que vivan en el exilio, y para candidatearse es un requisito residir en el país hace por lo menos 10 años. Las personas habilitadas deberán presentar su candidatura antes del 28 de abril y deberán contar con el apoyo de cuando menos 35 de los 250 diputados del Parlamento.

La votación se llevará a cabo en las regiones -bajo el control del gobierno de Damasco- que representan alrededor de dos tercios del total. Los sirios que viven en el extranjero podrán votar el 20 de mayo, acudiendo a las sedes de las embajadas, en el país donde residen. En 2014, en plena guerra y con la intervención rusa a la vuelta de la esquina, Assad había triunfado con el 92% de los votos, pero su poder parecía condenado a desmoronarse. Las tropas del Kremlin (junto con Irán, aliado de Damasco) evitaron la derrota en el plano militar. Sin embargo, lo que queda hoy es un país marcado por la violencia, las sanciones y un embargo económico y comercial que amenaza con hundir a toda la población, asolada además por la pandemia de Covid-19.

En las últimas elecciones legislativas -en julio del año pasado-, el partido gobernante Ba’ath y las formaciones aliadas (bajo el paraguas de la coalición "Unidad Nacional") consiguieron una mayoría en el Parlamento, conquistando 177 escaños sobre un total de 250. Para los grupos de la oposición refugiados en el extranjero, la votación fue una farsa. Estados Unidos también calificó los comicios como “no-libres” y se refirió a la votación como un “circo” de la democracia.

La fuente de AsiaNews confirma la presentación de dos aspirantes a candidatos, pero observa que "no son muy conocidos y no parecen capaces de desafiar" el liderazgo de Assad. La votación "no tiene mucha importancia; de hecho, no se habla mucho de ella en la vida cotidiana". Y esto es, en parte, porque más que las elecciones presidenciales, lo que cuenta son "los futuros acuerdos internacionales y la posibilidad de un amplio acuerdo que ponga fin al sufrimiento". "La gente sólo quiere que se llegue a un compromiso entre los partidos, para que se pueda poner fin a las sanciones”, dice. En cuanto al frente interno y a los nombres de los candidatos a la presidencia, destaca que esto "tiene poca importancia: el deseo de la mayoría de la gente es ir más allá de los nombres y perfilar un nuevo futuro".

En este panorama incierto, concluye la fuente, "el posible acuerdo entre Irán y las potencias internacionales sobre la cuestión nuclear -algo que todos esperamos- adquiere enorme importancia. “Esto podría tener un impacto positivo en Siria, que hasta ahora está pagando las consecuencias”, advierte. Incluso entre los cristianos hay poco interés por la votación, porque lo que subyace es un clima de desconfianza y falto de esperanza respecto al futuro. Realmente esperamos un acuerdo internacional para poner fin a este conflicto".