Dacca, pareja islámico-cristiana: “La convivencia es posible”

de Sumon Corraya

Ashim Gomes, cristiano, y Munira Islam, musulmana, están casados hace 11 años. Tienen una hija de ocho años de edad, y han decidido bautizarla. La pareja ha dado testimonio de las alegrías y dolores propios en un encuentro pastoral organizado por la arquidiócesis. Los mayores desacuerdos surgen cuando ambos tratan de convencer al otro de que su religión es la mejor.

Dacca (AsiaNews) – La arquidiócesis de Dacca organizó un encuentro pastoral en el cual las parejas compartieron sus experiencias de vida matrimonial. La pastoral de desarrolló del 22 al 24 de septiembre en la sede del arzobispado y participaron 259 personas entre las cuales hubo católicos, sacerdotes y religiosas. Entre los testimonios hubo uno de una pareja mixta, formada por Ashim Gomes, cristiano, y Munira Islam, musulmana. Ellos se casaron hace 11 años y tienen una hija de ocho, a la quien han decidido bautizar. Dicen a AsiaNews: “Es verdaderamente un gran desafío ser una pareja mixta. Nos amamos mucho, pero a veces en casa hay discusiones sobre nuestras religiones. Ambos tratamos de convencer al otro de que la religión propia es la mejor”.

Mons. Shorot Francis Gomes, obispo auxiliar de la diócesis de Dacca, afirma: “Nosotros nunca alentamos los matrimonios mixtos, pero éstos existen. Hemos pedido a Ashim y Munira que compartan las dificultades de su unión, las alegrías y los dolores. De este modo, las personas pueden conocer más plenamente la realidad de un matrimonio mixto, y aconsejar a sus hijos para que evalúen bien antes de la boda”

Los cónyuges están casados civilmente por un tribunal del gobierno, y luego recibieron la bendición de la Iglesia como pareja mixta. Los padres de ambos les aconsejaron durante largo tiempo que rompieran el vínculo, pero finalmente se dieron por rendidos ante el amor que ambos se tienen.

Ashim, que trabaja en la industria cinematográfica y frecuenta la parroquia de Tuital, cuenta: “Al principio, mi suegro no quería aceptar nuestra relación. Ahora los padres de mi mujer me quieren mucho, y nos ofrecen la carne para la ceremonia del Eid-al-Adha [“fiesta del sacrificio a Dios”, con la cual se concluye la peregrinación a la Meca, ndr]. Además, nuestras familias mantienen buenos vínculos”.

A pesar de que Munira vive en una familia católica, ella continúa practicando su fe. “Fue mi suegra quien me alentó a seguir manteniendo viva mi religión”, dice.

La mujer respeta la fe de su marido, y lo acompaña, junto a la hija de ambos, a todas las celebraciones religiosas. Comparte con alegría los momentos de oración de la Navidad, de la Pascua y de las otras fiestas cristianas. Y es también una cocinera experta en dulces navideños, pero admite que no puede ser un referente para la hija. “Cuando ella me pide que le aclare cosas sobre el catecismo –refiere- yo no soy capaz de responderle. Le digo que le pregunte a su padre o a la abuela”.

Si bien la pareja está unida por un profundo amor, ambos cónyuges cuentan que a veces surgen desacuerdos en torno a cuál religión es la mejor. Por eso han pedido a las personas presentes que recen por su familia.

Durante el seminario, otras parejas hablaron sobre su vida matrimonial. Leo y Albina, católicos, dijeron: “La vida en familia se vuelve alegre con el rezo del Rosario, cuando se comparte la comida, con el amor por los ancianos y los pobres. Nosotros nos perdonamos el uno al otro, y por eso somos una pareja más feliz”.