Daca: la mayoría de los muertos en las protestas son niños y jóvenes

de Sumon Corraya

Se trata de una cifra parcial calculada sólo sobre las muertes confirmadas hasta ahora, mientras continúan las investigaciones para establecer un recuento definitivo. Los disturbios de las últimas semanas se han extendido también a las zonas periféricas de la capital. Ayer, los cristianos se reunieron en oración por las víctimas.

Daca (AsiaNews) - El 75% de los muertos en los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en Bangladés eran niños o adolescentes. La cifra se desprende de la información proporcionada por los hospitales y los familiares de las víctimas: en total murieron 210 personas, entre ellas 113 menores y jóvenes, aunque sólo se dispone de información detallada sobre la edad, la ocupación y la causa de la muerte de 150 personas, la mayoría de las cuales fallecieron tras recibir heridas de bala.

El ministro del Interior de Bangladés, Asaduzzaman Khan, confirmó un balance de 147 muertos, pero varias campañas nacionales e internacionales afirman que la cifra final podría ser mucho mayor, de hasta más de 500. El recuento se dificultó por varias razones y también por el hecho de que algunos cadáveres fueron sacados de los hospitales por sus familiares antes de las autopsias.

Los periódicos locales contaron las historias de algunos de los menores implicados en los disturbios, que estallaron a causa de la readmisión de cuotas en el empleo público para los descendientes de los que lucharon en la guerra de liberación, pero que pronto se convirtieron en protestas antigubernamentales.

Ifat, de 16 años, fue asesinado en Jatrabari, una zona de Daca, el 20 de julio. Estaba ayudando a un herido en la calle cuando le dispararon. Su madre, Kamrun Nahar, declaró: "Mi hijo no cometió ningún delito. Sólo intentaba ayudar".

Incluso un niño de cuatro años, Abdul Ahad, fue asesinado por una bala el mismo día. Encerrado con sus padres en un piso de la zona de Rayerbagh, recibió un disparo en el ojo tras salir al balcón atraído por los ruidos del exterior. "Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Perdí a mi querido hijo. ¿Qué más puedo decir al respecto?", declaró el padre a los medios de comunicación locales.

Riya Gop, una niña de seis años de Narayanganj, también estaba jugando en el tejado de su casa cuando fue alcanzada en la cabeza por una bala. Tras ser trasladada al Dhaka Medical College, murió cinco días después, el 25 de julio.

Los enfrentamientos del 20 de julio también llegaron por la tarde a Savar, uno de los suburbios de la capital. Saad Mahmud, de 14 años, recibió un disparo en la pierna izquierda tras empujarse cerca de la zona de los disturbios.

En relación con los recientes actos de violencia, se han presentado unos 200 casos en diversas comisarías de Daca. Hay más de 213.000 acusaciones, la mayoría de ellas contra desconocidos. Según documentos judiciales, la policía ha detenido a más de 2.500 personas, entre activistas políticos y estudiantes, en los últimos 12 días.

Mumtaz Nahar, madre de Nahid Islam -una de las coordinadoras del movimiento por la reforma de las cuotas-, pidió la liberación de su hijo: "Los niños están a salvo con sus padres. ¿Qué seguridad hay en la oficina del DB? Devuélvanme a mi hijo". Nahid y otros tres líderes de la protesta fueron detenidos por la policía y llevados a la oficina de la Policía Metropolitana de Daca (DB). La madre, prosiguió, teme que vuelvan a torturar a Nahid durante la detención.

Mientras tanto, seis coordinadores del movimiento estudiantil, también detenidos en Daca, anunciaron anoche el fin de las manifestaciones en un vídeo enviado a los medios de comunicación. Un anuncio que, como señalaron muchos universitarios en las redes sociales, probablemente se hizo bajo coacción tras las amenazas de la policía.

Los cristianos de Bangladés celebraron ayer un acto en memoria de las víctimas. Nirmol Rozario, secretario del Christian Religious Welfare Trust y presidente de la Asociación Cristiana de Bangladés, hizo un llamamiento a la oración en un comunicado de prensa, en el que también expresó sus condolencias a las familias de los estudiantes y rezó por los heridos, condenó la violencia y pidió una investigación exhaustiva de cada muerte.