Daca, testimoniar el Evangelio visitando a los presos
En Bangladés hay más de 88.000 personas detenidas, cuando en realidad, la capacidad máxima es de 40.000 . En la cárcel también hay 175 cristianos reclusos, y 40 de ellos son extranjeros. Ayer se realizó la primera reunión del comité central de la pastoral en las cárceles, que funciona bajo la esfera de la Comisión Justicia y Paz.
Daca (AsiaNews) – La Conferencia Episcopal de Bangladés quiere trabajar con mayor dedicación en el servicio a las personas presas. Es lo que declara, en diálogo con AsiaNews, Mons. Bejoy N. D’Cruze, obispo de Sylhet y presidente de la Comisión episcopal para la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso. Con este objetivo, ayer se realizó la primera reunión del comité central de la pastoral carcelaria, que funciona bajo la esfera de la Comisión Episcopal Justicia y Paz (EC-JP).
Según el obispo, “lo que las pistolas no pueden, las religiosas sí pueden hacerlo. Visitar a los detenidos es importante; algunos de ellos son discapacitados mentales, persona vulnerables. La Biblia nos enseña a visitar a los presos. Es nuestra responsabilidad moral llevar adelante el servicio”.
En el encuentro del comité central estuvieron presentes 15 personas, y entre ellas, dos sacerdotes, tres religiosas y dos obispos. El Pbro. Liton Hubert Gomes, secretario de la EC-JP y presidente de la oficina dedicada a la pastoral en las cárceles, cuenta que “en Bangladés hay 88.211 detenidos, cuando la capacidad máxima es de 40.664. El 44% de los reclusos descuenta condenas vinculadas a [la venta y tráfico de] drogas”.
Según el sacerdote, “la situación en que se ven obligados a vivir los detenidos es lamentable, por la falta de comida, agua, medicamentos y otras necesidades esenciales. Nuestro servicio brinda inmensas potencialidades para predicar el mensaje de Dios”. Él no oculta la existencia de “numerosos desafíos en nuestro trabajo: por ejemplo, los guardias de la cárcel suelen oponerse a nuestro ingreso; en las prisiones hay un ambiente terrible, faltan fondos”.
A lo largo de estos años, Mons. Bejoy ha visitado 14 prisiones. “Los detenidos – cuenta – se ponen felicen aún con lo poco que reciben, como cuando les llevamos aceite de mostaza, durante el invierno [se usa para curar el resfriado, ndr]. Creo que debemos dedicar mayor atención a estas personas. Los obispos también son concientes de ello. Queremos visitar las cárceles durante las festividades religiosas y llevar nuestro servicio, no solo a los cristianos, sino también a los detenidos de otros credos”.
En las cárceles hay 175 cristianos detenidos, cuya mayor parte es de fe católica, y 40 de ellos son extranjeros. De estos presos cristianos, 15 son mujeres. “A través de la pastoral – sostiene el obispo – también podemos llevar las enseñanzas del Evangelio a fieles de otras religiones. Podemos ser testigos de Jesucristo. Cuando amamos a los prisioneros, Dios Todopoderoso también nos ama. Tenemos mucha fuerza y coraje: usémolos para atender a estas personas vulnerables. Son pequeños gestos, que traen una gran alegría”.