Daca, guerra contra la droga: 103 despachantes muertos y 12.000 arrestados

de Sumon Corraya

La campaña comenzó el 3 de mayo. Los defensores de los derechos humanos elevan su voz ante los homicidios extra-judiciales. La lucha emprendida contra la droga en Bangladés es comparable a la que lleva adelante el presidente Duterte en las Filipinas. En todo el país, hay entre siete y ocho millones de adictos.

Daca (AsiaNews) – Ya es de cuando menos 103 personas asesinadas, si se suman despachantes y traficantes, y de 12.000 arrestados, el saldo de la campaña contra la droga lanzada por el gobierno de Daca a principios de mayo. El elevado número de muertes ha empujado a criticar la represión del tráfico de sustancias estupefacientes en Bangladés, y a compararla con la que lleva adelante el presidente Rodrigo Duterte en las Filipinas, levantando la sospecha de que se estarían llevando a cabo homicidios extra-judiciales. Por su parte, expertos que trabajan en el área de recuperación de toxico-dependientes, reciben favorablemente la iniciativa del gobierno.

El objetivo de las autoridades es detener la difusión de una píldora puntual, llamada “yaba”, un estupefaciente de bajo costo que combina metanfetamina y cafeína. También conocida como la “droga de la locura”, su consumo provoca alucinaciones, euforia, agresividad y dependencia. El año pasado, se secuestraron cerca de 40 millones de píldoras, pero en el mercado bangladesí se estima que circulan entre 250 y 300 millones de pastillas.

La policía informa que en las últimas 24 horas fueron muertos 10 despachantes. Las muertes se produjeron durante operativos conducidos por el RAB (Rapid Action Battalion), una fuerza de élite de la policía, o en tiroteos entre policías y narcotraficantes.

La campaña de la lucha contra la droga comenzó el 3 de mayo pasado, pero los homicidios se produjeron a raíz de los operativos llevados a cabo en las últimas dos semanas, en todo el territorio del país. Asaduzzaman Khan, ministro del Interior, ha declarado que “la guerra contra la droga seguirá hasta que logremos obtener el control total”. Mientras tanto, son 12.000 las personas acusadas de despacho de drogas, que están siendo procesadas en tribunales especiales. Algunas de estas personas -si bien aún no se ha confirmado el número exacto- deberán descontar penas en prisión, que oscilarían entre 7 días y seis meses.

En Bangladés, se calcula que existen cuando menos siete millones de toxico-dependientes. Patrick Rodrigues, católico, dirigente del Bangladesh Rehabilitation and Assistance Center for Addicts (BARACA), uno de los proyectos pioneros de Caritas Bangladés, comenta a AsiaNews: “Creo que la decisión del gobierno de arrestar a los traficantes y a sus corredores, es positiva. Pero las autoridades deben ser neutrales. Si no arrestan también a los políticos de los partidos [que los sostienen], la operación no tendrá frutos de verdad”. Él prefiere no hacer comentarios sobre las víctimas, sino que sostiene: “Las autoridades saben quiénes son los traficantes y los despachantes. Si realmente quisieran hacerlo, podrían detenerlos a todos”. Luego informa que entre los cristianos hay numerosos adictos que se niegan a emprender un camino de recuperación.

Amdadul Haq, musulmán, profesor en la North South University de Daca, considera que “la situación en Bangladés es incluso peor que en las Filipinas. Los datos del 2016 muestran que [en este último país], el número de adictos a las drogas era de 1,8 millones. En Bangladés, en cambio, se cuentan entre siete y ocho millones de adictos”. El docente aprecia los esfuerzos del gobierno central, pero subraya que la policía debiera arrestar también a los jefes de la droga.