Daca, el colapso del suministro eléctrico pone en peligro la vida y la productividad

de Sumon Corraya

Un empresario habla de ocho a diez horas al día sin luz. Y el aumento del precio del combustible dificulta el uso de los generadores eléctricos. Las pérdidas afectan tanto a las ciudades como a las zonas agrícolas. El gobierno asegura que actuará en las próximas dos semanas, las empresas temen una fuga de compradores y clientes extranjeros.

Daca (AsiaNews) - Entre ocho y diez horas sin electricidad al día. El precio del combustible para hacer funcionar el generador sigue aumentando. El aumento progresivo de los costos y los retrasos en la entrega de las impresiones. Es un desafío cotidiano, pero al mismo tiempo un retrato despiadado de las condiciones que se viven hoy en Bangladesh, tal y como se desprende del relato de Bablu Ratno, un católico que se dedica a gestionar maquinaria de imprenta. Una carrera de obstáculos en la que el primer problema es hacer frente a los cortes de electricidad.

Los apagones afectan tanto a las ciudades como a las zonas agrícolas. La Junta de Electrificación Rural (REB), organismo encargado de la distribución de electricidad en la mayoría de los pueblos del país, recibe un 30% menos de energía de la que necesita por día. En muchas zonas, el suministro energético se redujo a la mitad de la demanda y, en algunas, los cortes perduran por más de 10 horas, lo cual interrumpe la cadena de producción u obliga a los trabajadores a hacer vigilias nocturnas.

Dhaka Electric Supply Company (DESCO) y Dhaka Power Distribution Company (DPDC) son las dos entidades que suministran electricidad a la capital. Los responsables de ambas organizaciones confirmaron que las pérdidas de energía se producen al menos tres veces al día en la mayoría de las zonas, de modo que entre las dos empresas han perdido unos 600 megavatios (MW) por hora.

Combinada con la crisis del combustible, la escasez de energía ha provocado un colapso de la producción industrial, y los altos directivos del sector temen una grave interrupción de la producción y el consiguiente bloqueo de las exportaciones, pérdida de clientes y compradores extranjeros, y enormes multas por incumplimiento de contratos. En este contexto, hay un gran desperdicio de materias primas, los salarios de los trabajadores disminuyeron y la falta de gas y electricidad ha paralizado muchas industrias. Desde hace dos semanas, la mayoría de las fábricas de las principales zonas de producción se enfrentan a una situación de emergencia, con cortes que se producen entre tres y cuatro veces al día.

La crisis energética amenaza con convertirse en breve en una crisis industrial y de producción. En el pasado, los compradores extranjeros solían ir a Bangladesh para adquirir ropa, sobre todo después de las dificultades de Sri Lanka. Muchos clientes de China y Vietnam siguen interesándose por Bangladesh. Pero si las mercancías no pueden entregarse a tiempo debido a la escasez de energía, pronto abandonarán el país y se trasladarán a otros lugares. Rony Costa, trabajador textil, confirmó a AsiaNews que la producción en el sector de la indumentaria ha disminuido drásticamente. "Estoy preocupado por una situación que es terrible -dijo-. Pido al Gobierno que tome cuanto antes medidas decisivas" para resolver el problema, concluyó este católico de 42 años.

El gobierno está tratando de remediar la situación y asegura que tomará medidas decisivas para resolver la emergencia, pero persisten las dudas sobre estas garantías. Nasrul Hamid, Ministro de Energía y Recursos Minerales, aseguró que la cuestión debería resolverse en las próximas dos semanas gracias "al trabajo de los dos últimos meses". "Sin embargo", concluyó, "hay varios retos que debemos abordar", como el marco económico y el suministro de petróleo y gas, que "requieren esfuerzos específicos".