Cuestión nuclear iraní: Trump cancela el acuerdo y ordena sanciones ‘al más alto nivel’
Atacando el pacto “decadente y corrupto” de la era Obama, el líder de los EEUU amenaza con tomar represalias contra todo aquél que “ayude” al gobierno iraní. La República islámica es “sponsor del terrorismo” y apoya a grupos como Hezbollah, Hamas y al Qaeda. Pero la Unión Europea asegura que el JCPOA seguirá vigente.
Washington (AsiaNews) - “Los Estados Unidos se retiran del acuerdo nuclear iraní”, un pacto “decadente y corrupto” que debe ser renegociado. Con estas palabras, el presidente de los EEUU Donald Trump puso la palabra fin al acuerdo en materia nuclear iraní (el JCPOA) suscripto en 2015 por su predecesor, Barack Obama, pese a los llamamientos de la ONU, de la Unión Europea y de los máximos expertos a nivel internacional. Concluido su discurso, el inquilino de la Casa Blanca se volvió a las cámaras de televisión y colocó su firma sobre el memorándum que impondrá “nuevas” y más duras “sanciones al régimen” de Teherán. “El nivel de sanciones más alto” –resaltó- “y todas las naciones que ayuden al gobierno iraní serán sancionadas”.
Tal como fuera anticipado en la vigilia por fuentes cercanas a la administración de los EEUU, y según surgió de los coloquios llevados a cabo días atrás con los principales líderes internacionales, el presidente Trump hizo borrón y cuenta nueva sobre el más importante logro diplomático de su predecesor, Obama. Y agregó que las sanciones también afectarán a “los gobiernos que ayuden” a la dirigencia del gobierno de Teherán.
Una amenaza bastante poco velada que va dirigida a los colaboradores europeos –entre ellos Alemania, el Reino Unido y Francia- que habían tratado de salvar un pacto a través del cual se interrumpió –tal como ha sido certificado por los expertos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)- la escalada atómica de Teherán. Por consiguiente, Trump ha mantenido la palabra dada durante la campaña electoral, cuando se refirió a éste como el “peor acuerdo jamás firmado”; y de nada valieron los esfuerzos diplomáticos de estos últimos días y las amenazas del gobierno iraní, que ya ha anunciado que habrá de dar “respuestas durísimas” a los Estados Unidos.
En los primeros tramos de su discurso, Trump resaltó que Irán “es sponsor del terrorismo, exporta misiles, siembra terror en el Oriente Medio y apoya a grupos como Hezbollah, Hamas y al Qaeda”. Quizás esto fue dicho olvidando que la red del terror fundada por Osama bin Laden fue formada por milicianos radicales sunitas, entre cuyos enemigos más acérrimos se cuenta justamente el islam chiita que en la República islámica de los ayatolás encuentra su máxima expresión religiosa y política.
Al referirse a la “administración anterior”, el presidente Trump luego afirmó que “teóricamente debía haber suscripto un acuerdo que apuntase a proteger a los Estados Unidos y a los aliados del peligro de una bomba nuclear”. Sin embargo, ésta permitió –fueron las palabras del líder de los EEUU- “a Irán enriquecer uranio y llegar al riesgo de una bomba nuclear”. Por otro lado, él afirma tener pruebas de que “el régimen iraní ha continuado sus investigaciones en el campo nuclear”, y por eso “el acuerdo no estuvo bien hecho”.
En realidad, el JCPOA brindó esperanza a la población iraní, dado que permitió el repunte de la economía gracias al retorno a la venta del petróleo en los mercados internacionales, y al fin del embargo que anteriormente regía sobre las importaciones y exportaciones. De renovarse las sanciones, estas pequeñas mejorías quedarían enterradas, e incluso azotarían a cualquiera dispuesto a comerciar con Irán, bloqueado toda transacción económica y financiera. Un escenario que, a mediano y largo plazo, terminaría sustrayendo más de 500.000 barriles de petróleo crudo de producción iraní, a un mercado sobre el cual ya rige una crisis. El punto principal del entendimiento del 2015 es la eliminación de las sanciones económicas y financieras internacionales impuestas a Irán a causa de su tan discutido programa nuclear. A cambio del mismo, Irán ha aceptado limitar su programa nuclear y permitir algunos controles periódicos efectuados por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en sus instalaciones nucleares, las cuales estarían orientadas a fines exclusivamente civiles y no militares, como temen los países occidentales.
Hoy, en tanto, las cúpulas de gobierno europeas han confirmado una vez más la voluntad de mantener vigente el acuerdo. La Unión Europea reafirma que “el acuerdo en materia nuclear iraní tiene que mantenerse y debe ser preservado”. Días atrás, el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres se había dirigido al presidente de los EEUU Donald Trump, en un llamamiento, pidiéndole no abandonar el acuerdo. En una entrevista concedida a la BBC, el jefe de la diplomacia de la ONU se refirió al riesgo real y firme de que se produzca un conflicto, en caso de que el acuerdo no se mantenga.
Previo a ello, el premier israelí Benjamín Netanyahu, durante un discurso televisivo difundido en cadena nacional, se refirió a archivos “secretos” que comprobarían la actividad nuclear de Teherán, en violación del acuerdo. Fue inmediata la réplica de la República islámica, que calificó al Primer Ministro de “mentiroso”.
En el frente diplomático internacional, cada vez se vuelve más neto el trazado de dos bloques: por un lado, Europa (junto a Rusia y a la ONU) que quiere preservar el JCPOA; por otro, los Estados Unidos (con Israel y Arabia Saudita) que quieren tomar nuevas medidas represivas contra Teherán, por considerarla fuente de “inestabilidad” en la región y “patrocinador” del terrorismo (según Washington). El presidente Hassan Rouhani ha aclarado que no tiene ninguna intención de aceptar “nuevas restricciones” más allá del pacto oportunamente suscripto; además, el programa implementado es de naturaleza pacífica y se orienta al desarrollo de energía.
24/05/2018 11:45
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