El arzobispo maronita de Damasco reza para que se ponga fin al ataque a Kiev. Los sirios, subraya, "apoyan a Rusia de palabra, pero en sus corazones están cerca del pueblo ucraniano". El valor de compartir y ayudarse entre las familias pobres. En Irak, ayuno y oración por los que sufren "conflictos y pandemias". En Jerusalén, una misa de reconciliación.

Damasco (AsiaNews) - Las "consecuencias" de un conflicto que se prolonga desde hace 11 años y de las injustas sanciones impuestas [por Occidente] de forma indiscriminada son visibles "sobre una población reducida a la desesperación y a la miseria". E incluso la familia, que hasta ahora era un signo de "estabilidad" en la vida, se ha "roto" bajo la tensión de "un éxodo continuo, una dispersión forzada de los pueblos y continuas dificultades". Esto es lo que escribe el arzobispo maronita de Damasco, monseñor Samir Nassar, en su mensaje con motivo de la Cuaresma - enviado a AsiaNews- y cuyo título es ya emblemático de la situación actual en Siria y en la región: "La alegría de ser pobres".

El prelado, que conoce bien el drama de la guerra porque lo ha vivido en primera persona en los últimos años, no oculta sus temores ante el ataque lanzado por Moscú contra Kiev y los riesgos de escalada ya expresados por los responsables y líderes cristianos de la región. En estos días de inicio de Cuaresma rezaremos con fuerza por la paz", dice el arzobispo maronita de Damasco y comenta que el pueblo sirio "apoya a Rusia de palabra [su entrada junto al ejército sirio ha resultado fundamental para el destino del presidente Assad], pero en su corazón está cerca [del sufrimiento] del pueblo ucraniano". 

En su mensaje, Mons. Nassar recuerda los acontecimientos relacionados con el camino sinodal y el encuentro previsto para mediados de mes, una cita fundamental para "curar las sangrientas heridas" de la Iglesia siria que "nos han ayudado a recuperar nuestra identidad".  Y la misión "de escucha, amor, perdón y unidad" para un "pequeño rebaño" que se apoya en "la devoción mariana y la eucaristía" para romper barreras y apoyar la renovación. "Las familias pobres -continúa el prelado- comparten lo que tienen con familias aún más pobres: pan, medicinas, alojamiento, lo que necesitan para la escuela, ropa de invierno. Este testimonio, concluye, representa "un hermoso ejemplo de solidaridad y de puesta en común" porque "las alegrías de uno se convierten en las alegrías de todos" a través de "una mirada, un gesto, una lágrima, una oración". 

El patriarca caldeo de Bagdad, el card. Louis Raphael Sako, insta a la gente a ofrecer el ayuno y la oración de Cuaresma por los que sufren "el conflicto, la corrupción, la pandemia de Covid-19", invitando a ocuparse de los desplazados, los pobres, los enfermos y los que no tienen trabajo. "Los invito a mirar a estos hermanos y a pensar en cómo ayudarles para aliviar su sufrimiento", escribe. Por último, el cardenal recuerda las divisiones en la sociedad iraquí y entre los cristianos, exhortándolos a "caminar juntos (sinodalidad)", como Cristo y el Papa Francisco piden, porque esto es lo que brota "de nuestra fe, la unidad en la diversidad" y la pertenencia "a un destino común".

Con motivo del inicio de la Cuaresma y coincidiendo con la jornada de oración y ayuno del 2 de marzo por la paz en Ucrania, el primado latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, celebra la misa del Miércoles de Ceniza en la concatedral del patriarcado. Y a lo largo de la Cuaresma, los sábados por la tarde [a excepción del 26 de marzo y el 2 de abril] habrá una entrada solemne al Santo Sepulcro, al final de una procesión desde la sede patriarcal. Son días de eventos y celebraciones "muy concurridas" subraya su beatitud, en los que no faltarán intenciones especiales "por la reconciliación entre las Iglesias" y por "el fin de los conflictos" empezando por el de Ucrania. 

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