Cristianos e hindúes juntos para fomentar una cultura que promueve la ecología humana

El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, escribe a los hindúes por el festival de Diwali: "El cuidado de la Creación tiene una relación increíble con la paz del mundo, es necesario un esfuerzo conjunto de nuestras religiones - y de todas las personas de otras religiones y tradiciones de buena voluntad - para promover el crecimiento del árbol de la paz". El festival hindú de las luces es celebrado por muchos fieles el 11 de noviembre.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El cuidado de la Creación tiene "un vínculo increíble" con la preservación y la creación de la paz en el mundo, por lo que es necesario que los cristianos y los hindúes - junto con personas de otras tradiciones religiosas y de buena voluntad - se esfuercen por "fomentar una cultura que promueve la ecología humana. De esta manera, habrá armonía entre nosotros y en nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza y con Dios, y esto "favorecerá el crecimiento del árbol de la paz" (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007)". Es la esperanza expresada en el comunicado enviado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los hindúes por el festival de Diwali.

Celebrada por todos los hindúes y conocido como Deepavali o "fila de lámparas de aceite", que representa la victoria de la verdad sobre la mentira, la luz sobre las tinieblas, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. La celebración real dura tres días que marca el comienzo de un nuevo año, la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas, y la adoración a Dios. Este año el festival será celebrada por muchos hindúes el 11 de noviembre.

El mensaje intitulado "Cristianos e Hindúes: Promovamos juntos la ecología humana", firmado por el presidente y secretario del Consejo Pontificio, Cardenal Jean-Louis Tauran y el padre Miguel Ángel Ayuso Guixot, subrayaron como el Papa, en su encíclica Laudato Si’, "ha abordado recientemente la crisis ecológica ambiental y humana que amenaza nuestro planeta". La ecología humana "se refiere a la relación y la responsabilidad de los seres humanos con la tierra y la atención a las ‘virtudes ecológicas’. Entre ellas podemos enumerar el uso sostenible de los recursos de la tierra a través de la adopción de políticas, nacionales e internacionales, respetuosas de los vínculos y la interdependencia entre los seres humanos y la naturaleza. Estas cuestiones son importantes no sólo hoy por la salud de nuestro planeta, que es el hogar de la familia humana, sino también para las generaciones futuras".

No es tiempo de subestimar esta problemática: "el egoísmo humano, evidente en el consumismo y las tendencias hedonistas de ciertos individuos y grupos, alimenta un insaciable deseo de ser ‘amo’ y ‘conquistadores’ en lugar de ‘guardianes’ y ‘custodios' de la naturaleza. Todos estamos llamados, independientemente de las creencias religiosas o la identidad nacional, a vivir con una mayor responsabilidad hacia la naturaleza, para el tratamiento de las relaciones vitales y, sobre todo, para reorganizar nuestra forma de vida y las estructuras económicas de acuerdo a los desafíos ecológicos a que nos enfrentamos. Su tradición subraya la ‘unidad' de la naturaleza, de la humanidad y de la divinidad. La fe cristiana enseña que el mundo creado es un don dado por Dios a todos los seres humanos. Como custodios del mundo creado, estamos llamados a cuidar de él de una manera responsable y decidida".

Dado el "vínculo inseparable" entre nuestra armonía con la creación y la paz entre ellos, subraya el texto, "debemos, juntos y como individuos, esforzarnos conscientemente en 'el cuidado de la naturaleza, en la defensa de los pobres, para construir una red de respeto y fraternidad" (Laudato Si’, 201). La promoción de la ecología humana requiere la formación y la educación en todos los niveles, en la conciencia y la responsabilidad ecológica y la sabia custodia de los recursos de la Tierra, comenzando por la familia".

Por último, la esperanza de que esta situación vaya a mejorar las relaciones mutuas: "Unidos por nuestra humanidad y la responsabilidad mutua, así como por los valores y creencias que compartimos, podemos, hindúes y cristianos, junto con personas de todas las otras tradiciones religiosa y buena voluntad, nutrir una cultura que promueve la ecología humana. De esta manera, habrá armonía en nosotros y en nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza y con Dios, y esto "favorecerá el crecimiento del árbol de la paz" (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007)".