Crisis ucraniana: Minsk, en la cuerda floja entre la guerra y la paz

de Vladimir Rozanskij

Hasta ahora, los rusos utilizaron el territorio de Bielorrusia para lanzar misiles y como atajo para intentar la toma de Kiev. Tanto los críticos como los partidarios de Lukashenko están en contra de la participación en el conflicto. Moscú estaría presionando para que Bielorrusia intervenga directamente.

Moscú (AsiaNews) - Las Fuerzas Armadas de Bielorrusia no participan en la guerra de Rusia contra Ucrania, pero los rusos lanzan cohetes desde el territorio bielorruso y desde allí han iniciado parte de las maniobras de invasión. Los expertos militares y comentaristas llevan semanas discutiendo la posibilidad de una intervención explícita de los soldados de Minsk en el conflicto. El vocero del ministro de Defensa ucraniano, Aleksandr Motuznjak, declaró en un debate televisado que Bielorrusia ha concentrado unos 4.000 soldados en sus fronteras con Ucrania, y que Rusia podría añadir más tropas e iniciar un nuevo ataque.

El experto bielorruso Valerij Karbalevič habló con los corresponsales de Currentime.tv para comentar la posibilidad de la participación bielorrusa en la guerra. Hizo una distinción entre "el aspecto militar y el político”, y explicó que se nota “un incremento de la preparación para actos de guerra con el desarrollo de la propaganda política". En los últimos días, el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko declaró que Polonia pretende ocupar el oeste de Ucrania, "y no podemos permitirlo".

Sin embargo, la decisión está en manos del dictador de Minsk, que siempre ha sabido aprovechar las debilidades de los demás, y sobre todo las de Moscú. 'Una cosa es unirse al vencedor y otra muy distinta fusionarse con un país derrotado', señala Karbalevič. Por un lado, hay que tener en cuenta las consecuencias negativas de las sanciones económicas y, por otro, las reacciones -decididamente desfavorables- de la sociedad bielorrusa a la participación en la guerra de Rusia. Tanto los que están a favor como los que están en contra de Lukashenko se alinean: están en contra del conflicto.

En Bobruysk, en los últimos días, el propio presidente bielorruso dijo que "nadie sabe cómo terminará esta guerra, y no se pueden hacer predicciones". Esto sorprendió a todos, porque hasta ahora siempre había asegurado que Rusia ganaría sin lugar a discusión, gracias a su enorme superioridad militar -y también atacaba a Zelensky por su terquedad, ya que se niega a rendirse.

Los expertos consideran que las maniobras conjuntas entre rusos y bielorrusos de los últimos meses no son suficientes para hacer predicciones, porque la capacidad bélica de cualquier ejército sólo se revela en el transcurso de la batalla. “Como ocurre con los deportistas”, según Karbalevič, “por mucho que se entrenen, su fuerza se revela durante la competición”. Bielorrusia parece estar bien abastecida por los rusos, sobre todo en equipos de artillería y misiles, mientras que los tanques son los que quedaron del último período de la URSS, y sólo algunas unidades especiales parecen estar a la altura del desafío.

Muchos afirman que Putin empuja a Lukashenko a entrar en la guerra, pero el presidente bielorruso desmiente estas presiones. Sin embargo, desde principios de año los dos se han reunido ya cinco veces, y en cada encuentro las conversaciones duran varias horas. Luego de cada reunión, Lukashenko ha dicho: "hablamos de las importaciones y del comercio". Sin embargo, está bastante claro que la participación de Bielorrusia se vuelve crucial si se produce otro intento de tomar Kiev y toda Ucrania. Mientras la operación militar siga limitada al Donbass, Bielorrusia puede permitirse el lujo de sentarse y esperar los acontecimientos.