Crisis inmobiliaria e hipotecaria en China
Los compradores de viviendas no quieren pagar las hipotecas de los proyectos de vivienda sin terminar. Las autoridades alientan a los bancos a ofrecer préstamos a los constructores para terminar las obras. También supone riesgos para el sistema bancario: una mezcla que amenaza al gobierno comunista.
Roma (AsiaNews)- Los problemas de endeudamiento de los constructores inmobiliarios chinos comenzaron el año pasado cuando estalló la crisis del gigante China Evergrande. Tras la corrida bancaria en Henan, las constructoras insolventes provocaron una ola de protestas a nivel nacional. Ante los edificios inacabados y los retrasos en las entregas sin un plazo definido, los compradores de viviendas anunciaron que suspendían el pago de las hipotecas.
La tendencia se está difundiendo por todo el país y ha obligado a las autoridades reguladoras a pedir a los bancos que aumenten los préstamos a las constructoras.
Pero los compradores de más de trescientos proyectos de vivienda en 91 ciudades de China han decidido boicotear los pagos de las hipotecas, lo que amenaza extender la crisis inmobiliaria al sistema bancario. Los compradores de viviendas han arremetido contra los proyectos de vivienda inacabados en los que participan las principales empresas inmobiliarias chinas, como Evergrande y Greenland.
La mayoróa de los proyectos de vivienda sin terminar se encuentran en Henan, donde este mes las autoridades reprimieron las protestas de las víctimas. Según informan diversos medios de prensa, las autoridades locales han manipulado el "código sanitario" del sistema de seguimiento del Covid de los compradores de viviendas sin terminar para impedir posibles protestas. La administración provincial también aplicó esta técnica a los titulares de cuentas corrientes de bancos locales en crisis que querían retirar sus depósitos.
Según la actual normativa inmobiliaria china, cuando los constructores endeudados no pueden terminar los proyectos, los compradores de viviendas siguen obligados a pagar la hipoteca. Los analistas señalan que las turbulencias en el sector inmobiliario afectan a la clase media y amenazan la estabilidad social, porque los compradores de viviendas salen a la calle y dejan de pagar sus préstamos.
El 14 de julio en Xi'an (Shaanxi), cientos de compradores de viviendas protestaron frente a la sede local de la Comisión de Control de Bancos y Seguros. Las autoridades censuraron la protesta en las redes sociales y en los medios de prensa nacionales. Los manifestantes acusan a los bancos y reguladores de no supervisar a los constructores.
Según el Banco Mundial, las inversiones inmobiliarias en China cubrieron el 13% del PBI en 2021. Tomando en cuenta la cadena de suministros, el porcentaje llega al 30%. Las familias chinas suelen concentrar todos sus esfuerzos en comprar una casa. Una encuesta del Banco Central de China muestra que el 70% de los bienes de las familias chinas consisten en bienes inmuebles, mientras que la hipoteca es el principal componente de sus deudas.
Con el estancamiento económico y la obsesión por el alto desempleo, la confianza de los chinos en el mercado inmobiliario y bancario se está desmoronando. La idea de negarse a pagar la hipoteca crece como una avalancha y este tipo de discusiones se ha convertido en un tema delicado en las redes sociales.
Los analistas financieros consideran que los edificios sin terminar y las corridas bancarias han desencadenado raras protestas que podrían constituir un desafío antes del 20º Congreso del Partido Comunista de China el próximo otoño, cuando se espera que el líder supremo Xi Jinping obtenga su tercer mandato.
Los que se nieguen a pagar los préstamos serán incluidos en la lista negra del sistema de crédito social. A los "insolventes" se les podría negar el acceso a los servicios bancarios y prohibirles tomar trenes o aviones de alta velocidad. Los expertos afirman que los compradores de viviendas han pagado los ahorros de toda su vida y optan por el "default" porque no tienen otras alternativas.
El colapso de Evergrande ya ha mostrado las consecuencias: las instituciones de crédito han sufrido por los préstamos incobrables; estallaron protestas esporádicas de clientes y compradores de viviendas; los trabajadores de la construcción no han cobrado su salario y los proveedores quebraron. Según un informe de Bloomberg, al menos 24 de las principales empresas inmobiliarias chinas están al borde del colapso. El mercado del sector atraviesa un período de estancamiento. Las estadísticas oficiales muestran que las ventas de viviendas cayeron un 31,8% interanual en el primer semestre de 2022.
A fines de 2021 la superficie total de edificios sin terminar en 24 ciudades importantes era de 25 millones de metros cuadrados, es decir, el 10 % de la superficie en construcción vendida. La autoridad de regulación bancaria ha alentado a las instituciones de crédito a ofrecer préstamos a los constructores. Según Bloomberg, las autoridades podrían permitir a los compradores de viviendas que retrasen el pago de sus hipotecas sin perjudicar su crédito social a fin de estabilizar el mercado.
Los analistas señalan que las medidas temporales de estímulo al sector inmobiliario se adoptaron para garantizar la estabilidad social y económica antes del XX Congreso del Partido. El riesgo sistemático todavía acecha si el descontento sigue creciendo y cada vez más gente salen a la calle a protestar. El juego de pedir prestado y construir ha llegado a su fin.
01/02/2024 11:22
21/12/2023 15:01