Crimea y los conflictos mundiales actuales

de Vladimir Rozanskij

Representantes de asambleas parlamentarias de 70 países del mundo reunidos en Praga para la "Plataforma Crimea". Cada vez está más claro que lo que comenzó en 2014 ya no es un problema regional, sino un conflicto cuya solución hay que encontrar todos juntos. Para que pueda ser realmente el comienzo de un mundo diferente.

Praga (AsiaNews/Agencias) - La actual "Plataforma Crimea" en Praga, con representantes de 70 asambleas parlamentarias de todo el mundo, recuerda a todos lo que, en casi diez años desde la ocupación y anexión de la península del Mar Negro a Rusia, muchos ya han logrado olvidar. Los acontecimientos de 2014 fueron, de hecho, el comienzo de la era de los conflictos globales, en los que cada vez estamos más implicados en tantas dimensiones.

La reacción de Occidente a la anexión de Crimea fue más bien cautelosa, y las primeras sanciones contra Rusia se decidieron solo después de los primeros enfrentamientos en el Donbass, una actitud que el publicista ucraniano Vitalij Portnikov califica de "impunidad clásica", considerando además que las sanciones eran solo personales, contra "algunos funcionarios", animando a otros Estados a tomar medidas similares sin arriesgar más.

Hemos pasado así, casi sin darnos cuenta, a una era completamente distinta, en la que nadie busca soluciones diplomáticas a las crisis, y a la fuerza militar se responde con presión económica. Los conflictos latentes y "congelados" pueden estallar en cualquier momento y desde cualquier lugar del mundo, como demuestran las guerras del Cáucaso Sur y de Oriente Próximo, y en todas partes adquieren características globales: no sólo Rusia contra Ucrania, sino Oriente contra Occidente, el "Occidente global" contra el "Sur global", Palestina e Israel como choque de civilizaciones, religiones y culturas.

Portnikov observa que "hemos acabado en el callejón sin salida de las civilizaciones", empezando por los débiles intentos de "encontrar un lenguaje común con Rusia" justo cuando Moscú pisoteaba de forma demostrativa y arrogante todas las normas del derecho internacional. Se pensó ingenuamente que Vladimir Putin estaría satisfecho con la "sagrada Crimea", y que dejándole tomarla todo se arreglaría fácilmente, con unas pocas multas-sanciones a los amigos del presidente.

El aumento de la representación en la Plataforma indica claramente que ya no se trata de un problema regional, sino que todos los países están tomando conciencia de la implicación global, y de que la solución debe encontrarse entre todos. A estas alturas está claro que no habrá vuelta atrás a la situación anterior a 2014, y los propios ucranianos son los primeros en reconocerlo. El "nuevo orden mundial" evocado por Putin y Xi Jinping en Beijing es una necesidad también reconocida por Joe Biden en Washington, y Crimea fue una señal de que el viejo orden, establecido tras la Segunda Guerra Mundial, había llegado a su fin.

Todos los participantes reiteraron que el uso de la fuerza no es aceptable en ningún lugar, y que la agresión debe evitarse de cualquier manera. Además de las numerosas víctimas, se destruyen edificios, casas y objetivos culturales y sociales, y se infligen daños irreparables al medio ambiente. El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyj, ha asegurado que la flota militar rusa ya no puede operar en la parte occidental del Mar Negro y se está retirando gradualmente de Crimea: "es un éxito histórico", ha dicho.

El presidente de la Verjovnaja Rada de Kiev, Ruslan Stefančuk, en previsión de la posibilidad de restablecer la soberanía ucraniana en la península, pidió a todos los participantes que contribuyan a "formar una política exterior de los países democráticos capaz de utilizar todos los instrumentos para el restablecimiento de la paz, garantizar la justicia para las víctimas y el castigo irrevocable para los culpables". Esta es la "fórmula de la paz" propuesta por Ucrania en los 10 puntos repetidamente ilustrados por Zelenskyj, que debería realizarse precisamente empezando por Crimea, la primera tierra ocupada, y la primera que tras la liberación tendrá que mostrar la cara de un mundo diferente.