Crean nuevas provincias en el Extremo Oriente ruso: se refuerza el centralismo de Putin
En los nuevos entes, los cargos son nombrados directamente por el Kremlin. No se tuvo en cuenta la opinión de los habitantes locales, que están cansados de que se los trate como esclavos. Las protestas continúan en Jabárovsk. Los amigos de Putin, como el oligarca Abramovich, venden los recursos locales a los chinos, sin fomentar el desarrollo de la región.
Moscú (AsiaNews) - El Ministerio ruso para el Desarrollo del Extremo Oriente y el Ártico ha decidido reorganizar los territorios bajo su responsabilidad. Los habitantes de las zonas afectadas, en polémica con el gobierno central desde hace tiempo, recibieron la noticia con mucha desconfianza. La población local nota un reforzamiento del "poder vertical", la línea política que Putin adopta en su reinado, a tal punto que nadie ha consultado el parecer de los habitantes respecto a esta decisión.
El Kremlin ha dividido las numerosas regiones del distrito federal del Extremo Oriente en cuatro nuevas provincias: la zona más allá del Baikal, Islas, Fronteras y Norte. El ministro Aleksej Čekunkov justificó la medida por razones económicas, y aseguró que esto permitirá actuar de forma "más adecuada y eficaz".
Čekunkov subrayó que la creación de las nuevas "provincias económicas" no conlleva ningún cambio a nivel administrativo. Vladimir Putin había asegurado lo mismo en el año 2000, cuando fue elegido presidente. Sin embargo, en aquel momento, el gobierno creó nuevos distritos federales pero sus dirigentes no fueron elegidos por el voto popular, sino nombrados directamente por el Kremlin. De modo que las provincias sólo añaden un nivel superior de burocracia local, sin la posibilidad de elegir candidatos que sean del agrado del pueblo, y quizás no del todo sumisos a la voluntad del hombre fuerte de Moscú.
A partir del año 2012 -al final del mandato del presidente Dmitri Medvédev- los gobernadores regionales volvieron a ser elegidos por los votantes, y en los últimos años varios de ellos adoptaron posturas autónomas e incluso contrarias a las políticas del Gobierno central.
El caso más clamoroso es el de Sergei Furgal: en 2018 ganó con el 70% de los votos las elecciones a gobernador de Jabárovsk, una de las ciudades más importantes del Oriente Extremo ruso. La victoria de Furgal fue una humillación inesperada para el candidato de Putin. A continuación, lideró una feroz lucha contra la corrupción y el intrusismo de la burocracia moscovita. Detenido por cargos muy graves, que muchos consideran totalmente artificiales, Furgal lleva más de un año en una celda. Los ciudadanos de la región de Jabárovsk lanzaron una intensa campaña de protesta, que aún no ha terminado a pesar de las numerosas medidas represivas adoptadas por el gobierno.
Ahora los nuevos dirigentes de las provincias serán designados por la oficina presidencial y asumirán funciones de mayor nivel que cualquier organismo regional. Como escribe el periodista Vadim Štepa en Sibrealii.org, "se trata de una forma típicamente imperial de gobernar provincias lejanas, diseñada precisamente para contrarrestar protestas similares a las de Jabárovsk. Sin embargo, los habitantes de estas zonas están cansados de que se los trate como esclavos, y estas medidas no harán más que incrementar sus sentimientos anti-moscovitas".
Desde el punto de vista económico, hoy el Extremo Oriente ruso se parece más a una colonia que a una provincia. El centro acapara todas las materias primas, sin invertir en el desarrollo tecnológico y social de los territorios. Recientemente, RF Group se negó a abrir una fábrica de celulosa en Extremo Oriente, pese a que el proyecto había sido confirmado con anterioridad. La empresa justificó su decisión por el escaso rendimiento económico previsto. Este importante conglomerado pertenece a Roman Abramovich, un oligarca y amigo de Putin que vive en Londres (donde es dueño del equipo de fútbol Chelsea, ganador de la última Champions League).
En lugar de procesar la celulosa localmente, lo que crearía beneficios y puestos de trabajo para los lugareños, los inmensos recursos madereros de los grandes bosques orientales se exportan a China a bajo costo. La operación le garantiza a Abramovich una renta más segura.
Cabe recordar que una de las razones que llevaron al repentino colapso de la URSS fue precisamente la intolerancia de las "provincias lejanas" -bálticas, caucásicas o asiáticas- con el centralismo moscovita soviético. En los años 60, el poeta disidente y premio Nobel Josif Brodsky escribió: "Si te toca nacer en un imperio / es mejor vivir en una provincia lejana, junto al mar". El poeta aplicó esta definición a su ciudad natal, Leningrado (actual San Petersburgo). En la época soviética, la segunda ciudad del país se sentía abandonada por la capital, que también hoy parece perseguir el sueño medieval de Moscú como "Tercera Roma".
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