Cox’s Bazar: Caritas, en favor de los Rohinyás y contra la deforestación
Los árboles de los bosques son utilizados como material de construcción y como leña. Las familias que viven en los campos de Ukhia y Teknaf queman cerca de 2.250 toneladas de leña por día. Ya hay un área de cincuenta mil acres convertida en desierto. Desde junio, los voluntarios de Caritas distribuyen plantas arbóreas y semillas de hortalizas, además de plantar varias especies de árboles. La Corte penal internacional quiere procesar al Myanmar.
Cox’s Bazar (AsiaNews) – Salvar de la desforestación las colinas y bosques situados en torno a los campos de refugiados Rohinyás: es el objetivo de la última iniciativa de Caritas Bangladés, que apunta a sustituir los árboles derribados para la construcción de refugios, instalando prados, hortalizas y plantas en el lugar.
Tras huir de la violencia perpetrada por el ejército birmano en el Estado de Rakhine, cerca de un millón de rohinyás se han instalado a vivir en los altos que rodean Cox`s Bazar, al otro lado de la frontera. Las organizaciones locales e internacionales abocadas a tareas de socorro los han ayudado, brindándoles materiales de plástico para la construcción de pequeñas viviendas donde alojarse.
Sin embargo, en un comienzo, muchos refugiados recogían leña de los bosques cercanos, para utilizar en sus viviendas. Ello condujo a una deforestación profunda. A modo de ejemplo: las familias rohinyás que viven en los campos de refugiados de Ukhia y Teknaf queman 2.250 toneladas de leña por día, exclusivamente para cocinar. Coast Trust, una ONG local, afirma que “al paso que vamos, los bosques del lugar podrían desaparecer antes de concluirse el 2019”.
Un año atrás, Ukhia y Teknaf eran colinas tapizadas de verde; tras la llegada de los rohinyás, una zona de cinco mil hectáreas de extensión quedó transformada en un desierto. Anteriormente estas zonas eran habitadas por elefantes selváticos, pero ahora se ha convertido en tierra estéril. El paisaje exuberante, verde, forrado de colinas, rápidamente se vio transformado en extensiones de tierra roja aplanada, cubiertas de tiendas de tela que se pierden hasta el horizonte.
Desde el pasado mes de junio, el brazo social de la Iglesia católica se ha puesto manos a la obra para remediar esta situación. James Gomes, el director regional de Caritas Chattogram, en diálogo con AsiaNews, declara; “Estamos trabajando en Cox's Bazar para prevenir un desastre natural. Las autoridades locales nos pidieron salvar el ambiente en que viven los Rohinyás, y para esto, estamos plantando varios tipos de césped, hortalizas y plantas”. Los voluntarios también se ocupan de su manutención.
“También hemos puesto en marcha otro proyecto orientado a la protección del medio ambiente: estamos distribuyendo garrafas de gas entre los refugiados, para que no derriben más árboles”, agrega Gomes. El ambientalista Dipok Shorma reitera: “En Cox's Bazar, ya se destruyó un bosque de cincuenta mil acres. Sin embargo, ellos continúan removiendo incluso hasta los terrones de césped de los prados para llevarlos a sus casas. Todo esto debe detenerse ya mismo”.
Los voluntarios de Caritas han distribuido plantas arbóreas a 15.000 familias, a cuyo número pronto se sumarán otras 27.000. En las colinas, ya fueron plantados más de 5 millones de plantones, y están llegando otros 3 millones. A éstos se agregan árboles de guayaba, limoneros, mangos, árboles de caoba, etc. Por otro lado, Caritas ha distribuido semillas de plantas para los jardines de las casas y para el cultivo de verduras. James Gomes espera que “de aquí a un año, nuestros esfuerzos se vean coronados por resultados muy positivos”.
Mientras en Bangladés continúa la emergencia humanitaria, la Corte Penal Internacional (ICC) ayer deliberó sobre su jurisdicción para intervenir sobre la presunta deportación de los Rohinyás al país, de considerarse éste un crimen de lesa humanidad. La decisión del Tribunal de La Haya allana el camino al fiscal Fatou Bensouda para examinar si se tienen pruebas suficientes como para presentar acusaciones contra el Myanmar.
Si bien Naipyidó no es un Estado miembro de la ICC, Bangladés sí forma parte de ésta. Debido a ello, la deportación desde el otro lado de la frontera constituye elemento suficiente para conferir la competencia del caso a la citada Corte. Según expertos en el tema, con esta decisión, el Ministerio Público “no tiene más opción que presentar un reclamo” para iniciar una investigación preliminar. Myanmar niega haber cometido atrocidades contra los Rohinyás, y afirma que sus militares han tenido un accionar justificado contra los militantes islamistas. Hasta ahora, el gobierno siempre declaró que no tenía intenciones de cooperar con el tribunal internacional.
Las autoridades birmanas afirman que están listas para dar curso al proceso de repatriación de las personas que huyeron, según fue estipulado en los acuerdos con Bangladés. Sin embargo, los Rohinyás no confían en el gobierno, y su retorno no parece ser algo inminente.
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