Covid-19: migrantes de Sri Lanka repatriados, acusados de ser 'propagadores del virus'
Al menos 45,900 migrantes en Medio Oriente y los países del Golfo esperan ser repatriados. No tienen trabajo, salario ni indemnización. Los que ya volvieron a su tierra natal son acusados de propagar el coronavirus y todos los rechazan. En 2019, gracias a las remesas de los migrantes, el país recibió 6.700 millones de dólares, equivalentes al 8.03% del producto interno bruto. Ahora Sri Lanka se está convirtiendo en un país que recibe migrantes, sobre todo chinos e indios.
Colombo (Asia News) - Decenas de miles de ciudadanos de Sri Lanka, trabajadores migrantes, están esperando para regresar a su país debido a la crisis económica que desencadenó la pandemia. Tras el confinamiento obligatorio y el cierre de muchas empresas, 11.268 migrantes fueron repatriados desde 14 países y otros 45.900 esperan el mismo destino. Su situación en los países a los que emigraron es difícil. Ante la falta de trabajo, las embajadas se encargan de proporcionarles alojamiento y comida mientras esperan regresar a Sri Lanka. Muchos de ellos han trabajado durante años en Medio Oriente y en los países del Golfo como empleadas domésticas, albañiles o camareros, aunque también hay personas con trabajos de nivel medio. El problema más grave es que fueron despedidos sin recibir su último salario y sin ninguna indemnización. Hasta el momento, las embajadas no han podido acordar con los gobiernos extranjeros para resolver este problema. Mientras tanto, los migrantes se ven obligados a volver con las manos vacías, pagando de su propio bolsillo el vuelo de regreso. Las organizaciones de derechos humanos y de los migrantes están pidiendo al gobierno de Colombo que establezca un "mecanismo de justicia urgente" para compensar a los migrantes por el robo de sus salarios y la pérdida de sus trabajos. Pero hasta ahora su solicitud no ha sido atendida.
Los que ya regresaron al país, comenzaron inmediatamente a buscar oportunidades de trabajo en el exterior. Los que se quedan, a menudo sufren la ira y el desprecio de la población local. En efecto, los medios generalmente presentan a los migrantes como responsables de la propagación del Covid-19 en el país, acusándolos de ser los "que contagian” a la población. Un solo ejemplo: una maestra de jardín de infantes, oriunda de Colombo, regresó recientemente de un país del Golfo. Aunque ha seguido todas las indicaciones del Ministerio de Salud para la cuarentena, ha sido aislada y rechazada por sus vecinos. Hasta el momento, en Sri Lanka murieron 68 personas debido a la pandemia.
Las organizaciones no gubernamentales están presionando para que el país establezca estructuras para gestionar los derechos de los migrantes en el exterior y dentro del país.
Según la Oficina de Empleo en el Exterior (Sri Lanka Bureau of Foreign Employment, Slbfe), hay cerca de 1,2 millones de ciudadanos de Sri Lanka que trabajan en otros países. En 2019, gracias a las remesas de los migrantes, el país recibió 6.700 millones de dólares norteamericanos, equivalentes al 8.03% del producto interno bruto.
Francis Solomantine (foto 2), un inmigrante que trabajó muchos años en Dubai, comenta: “El gobierno debería crear una mayor conciencia sobre la cohesión social y la coexistencia, para ayudar a integrarse a los migrantes que regresan. Al mismo tiempo, debe construir formas de colaboración con las empresas para facilitar la reinserción de los migrantes en el tejido económico”.
La promoción de políticas a favor de los migrantes y sus derechos humanos también es importante para el futuro. Sri Lanka está dejando de ser un país en desarrollo de posguerra, con migrantes que van al exterior, para convertirse en un país con economía de libre mercado que recibe a trabajadores migrantes, como los chinos e indios empleados en las gigantescas infraestructuras nacionales: autopistas, puertos y aeropuertos.
14/08/2020 12:59