Covid-19: Caritas de Phan Thiết ayuda a los agricultores de las minorías más pobres
El país se encuentra afectado por la cuarta ola de la pandemia. Apoyo económico, pero también cultural, educativo y de salud. El drama de los daños causado por los fertilizantes químicos. Un programa para orientar a los agricultores locales hacia una agricultura sostenible.
Phan Thiết (AsiaNews) - La Caritas de la diócesis local ha distribuido alimentos y brinda apoyo a largo plazo a los agricultores de las minorías más pobres, que sufren las consecuencias de la pandemia de Covid-19. La iniciativa se lleva a cabo en colaboración con Misereor, la organización de cooperación de la Conferencia Episcopal Alemana.
La cuarta ola de contagios afecta a 26 provincias. Desde que comenzó la pandemia entre finales de 2019 y principios de 2020, Vietnam ha registrado más de 4.200 casos, con 37 muertes. En la última semana se contabilizó un promedio de 114 infecciones por día.
Los agricultores que ayuda Caritas viven en las aldeas de Suối Máu, Tân Quang Hamlet y Bon Thop. Pertenecen en su mayoría a las etnias K'Ho y Gia Rai. La diócesis colabora con ellos por medio del Proyecto de desarrollo administrado por el pueblo, que incluye actividades de apoyo económico, cultural, social, educativo y de salud.
La crisis económica vinculada a la pandemia ha perjudicado gravemente a los agricultores locales, muchos de los cuales en este momento se encuentran sin trabajo. El problema se suma al drama de los fertilizantes químicos. Además del empobrecimiento de las tierras agrícolas, el uso continuado ha causado graves daños a la salud de la población local, con numerosos casos de cáncer.
Esta situación de degradación ha hecho que los jóvenes pierdan el amor por la agricultura y la tradición cultural de la zona. Para revertir la tendencia negativa, Caritas de Phan Thiết ha puesto en marcha un programa para orientar a los agricultores hacia una agricultura "sostenible", con el fin de obtener productos saludables respetando el medio ambiente.
Los agricultores locales se ven obligados a solicitar préstamos para seguir desarrollando su actividad. En un workshop que organizó Caritas a fines de abril, uno de ellos explicó que sin embargo las deudas siguen creciendo y su familia no puede pagarlas. Afirmó que este año cambiará su método de trabajo: “Ya no usaremos fertilizantes, son demasiado peligrosos. Yo mismo no me atrevería a comer los productos que cultivo utilizando productos químicos”.