Covid 19, Seúl ofrece ayuda a Pyongyang (que por ahora no responde)

de Guido Alberto Casanova

El presidente surcoreano Yoon: "Independientemente de las condiciones políticas, no escatimaremos esfuerzos para proporcionar vacunas, medicamentos, suministros médicos y personal sanitario". Las autoridades norcoreanas admitieron más de un millón de casos de "fiebre". La crisis llega en un momento delicado después de los nuevos lanzamientos de misiles y de las noticias sobre una nueva prueba nuclear, que sería inminente.

Seúl (AsiaNews) - Finalmente, el Covid-19 ha llevado también al país menos preparado y más vulnerable de todos a la devastación sanitaria, económica y social de la pandemia. Corea del Norte debe afrontar su primera oleada oficial de infecciones. Según los datos difundidos por Pyongyang, el país registró más de un millón de casos de "fiebre" en una semana, expresión que los analistas consideran un eufemismo para referirse al Covid y que también se debe a la escasa capacidad de diagnóstico del régimen.

La información comunicada por Corea del Norte es notoriamente escasa y la propaganda del régimen tiene el monopolio de la información sobre lo que ocurre en el país, que sigue siendo de difícil acceso para los periodistas extranjeros. Sin embargo, la semana pasada el sitio web NK News informó que las autoridades norcoreanas habían ordenado a los residentes que se quedaran en casa debido a un problema nacional no especificado. Unos días después la cadena de televisión norcoreana KCTV emitió imágenes de Kim Jong Un con una mascarilla quirúrgica mientras hablaba de las "máximas medidas de contención" en la lucha contra el Covid.

La noticia es particularmente preocupante dada la debilidad del sistema de salud y el estado general de desnutrición de la población. Por otra parte, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, Corea del Norte aún no ha recibido ninguna vacuna y ninguno de sus ciudadanos ha sido vacunado. El fin de semana, Kim describió el contagio como un "gran desastre".

Las dificultades de Pyongyang no pasaron desapercibidas, especialmente para sus vecinos. En Seúl, la oficina presidencial de Yoon Suk-yeol, que asumió el cargo hace apenas una semana, anunció el 13 de mayo su intención de ofrecer asistencia sanitaria a Corea del Norte. Yoon explicó que quiere enviar vacunas y suministros médicos más allá del paralelo 38. Ayer, en su primer discurso ante el Parlamento surcoreano, Yoon afirmó que "está abierta la puerta a la ayuda humanitaria, independientemente de las consideraciones políticas y militares de las relaciones intercoreanas", y añadió que "si las autoridades norcoreanas responden positivamente, no escatimaremos esfuerzos para proporcionar vacunas, medicamentos, suministros médicos y personal sanitario".

Sin embargo, los intentos del Ministerio de Unificación de entablar conversaciones sobre esta cuestión han sido infructuosos hasta ahora. Un portavoz del ministerio confirmó hoy que "el Norte no ha respondido si tiene intención de aceptar el mensaje o no", pero los funcionarios piden paciencia. Una fuente de la oficina presidencial dijo a Dong-a Ilbo que "esperaremos y veremos, mientras examinamos lo que podemos hacer en cooperación con la comunidad internacional".

El brote de la epidemia en Corea del Norte llega en un momento especialmente delicado para la estabilidad de la península. En las últimas semanas, Pyongyang ha aumentado sus provocaciones: el último lanzamiento de misil se produjo hace apenas cinco días, cuando los medios de comunicación norcoreanos anunciaban las primeras noticias sobre el brote. Además, en este último tiempo salieron a la luz varios informes que indican la inminencia de una séptima prueba nuclear y es probable que el tema se discuta en los próximos días cuando el presidente estadounidense Joe Biden visite a Yoon.

Sin embargo, no hay garantías de que la apertura del nuevo presidente en materia sanitaria pueda favorecer la recuperación de las relaciones diplomáticas intercoreanas. Con sus fronteras cerradas desde enero de 2020, el régimen de Pyongyang vive aislado desde hace más de dos años y probablemente confía poco en Yoon, que en su campaña electoral propuso una política dura contra el Norte. De hecho, la petición de ayuda de Pyongyang a China parece dejar pocas esperanzas en las buenas intenciones de Seúl.