Coro de críticas de Beijing, por la ley de EEUU sobre la democracia en Hong Kong
La “ley sobre los derechos humanos y la democracia en Hong Kong” prevé sanciones contra personalidades del gobierno de Hong Kong y China que atenten contra los derechos humanos y la libertad del territorio. Aún se aguarda la aprobación de Trump. Para Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores, esta ley es una “locura”. Para Xie Feng, diplomático de Beijing en el territorio, es “una violación de los asuntos internos de China”.
Hong Kong (AsiaNews) – Se ha elevado un verdadero coro de críticas, provenientes de varias personalidades del gobierno chino, a raíz de la decisión del Senado de los EEUU, de aprobar la ley sobre Hong Kong y la democracia.
La ley ya fue aprobada por la Cámara de Representantes, y solo resta la aprobación del presidente Donald Trump para su entrada en vigor.
La “ley sobre los derechos humanos y la democracia en Hong Kong” prevé sanciones contra aquellas personalidades del gobierno de Hong Kong y China que atenten contra los derechos humanos y la libertad del territorio. Además, solicita a la Secretaría de Estado que se proceda a verificar la autonomía y el estado de derecho en Hong Kong. En el caso de que el territorio esté siendo gestionado como sucede en China, éste perdería las condiciones especiales de que goza actualmente en el comercio con los EEUU.
La ley fue solicitada a viva voz en las manifestaciones contra la ley de extradición, desplegadas en los últimos 6 meses, y siempre fue blanco de una lluvia de críticas de Beijing.
Hoy, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, al hablar con el ex Secretario de Defensa de los EEUU, William Cohen, definió dicha ley como “una locura”, que sacude la confianza recíproca entre Beijing y Washington.
En tanto, ayer, Xie Feng, el máximo diplomático chino en Hong Kong, reprendió al cónsul general de los EEUU, Hanscom Smith, declarando que la aprobación de la ley es una afrenta “a la voluntad de la comunidad internacional” y una violación de los asuntos internos de China”.
Hace dos días, en Beijing, el viceministro de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu, envió un mensaje de crítica a William Klein, consejero de la embajada de los EEUU para asuntos políticos, amenazando con represalias.
El Comité de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional Popular (el Parlamento chino), unido a la Conferencia Política consultiva del pueblo chino también condenaron la ley.
La Oficina de Enlace entre China y Hong (Liaison Office) declaró que las protestas violentas en la ciudad no deberían ser toleradas en una sociedad civil, y que los políticos de los EEUU cometen un error al “maquillar sus actos terroristas”.
La votación en apoyo de la ley ha presenciado una importante alianza entre republicanos y demócratas. La Cámara de Comercio de los EEUU en Hong Kong ha puesto en guardia sobre las “posibles consecuencias no-deseadas y contraproducentes”. En efecto, cabe la posibilidad de que las sanciones y los aranceles culminen penalizando a las compañías chinas, pero también a la población de Hong Kong.