Conversación en el Espíritu: el método del Instrumentum Laboris del Sínodo
Se presentó en el Vaticano el documento que guiará los trabajos de la Asamblea de octubre, fruto de la consulta que comenzó en todo el mundo en 2021. Entre las numerosas cuestiones sobre las cuales se deberá reflexionar, figuran el tema de la inculturación, el papel de la mujer (incluido el diaconado), la relación entre el diálogo interreligioso y las persecuciones y las modalidades concretas de un ejercicio sinodal de la autoridad en la Iglesia. “Pero lo que importa es desarrollar un método para caminar juntos”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - De un término "en sí mismo abstracto o teórico" a "una experiencia concreta". Pautada por un método, en el que incluso discutir "problemas, resistencias, dificultades y tensiones" se convierte en un momento de comunión. Tal es el rostro de la sinodalidad que se desprende del Instrumentum Laboris para la primera sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se presentó hoy en una conferencia de prensa en el Vaticano con vistas al encuentro que reunirá en Roma durante tres semanas a obispos y (por primera vez, por decisión del Papa Francisco) 70 delegados laicos, consagrados y sacerdotes provenientes de todo el mundo.
El Instrumentum Laboris es la síntesis de ese camino de escucha al que el pontífice convocó a toda la Iglesia desde 2021 para reflexionar sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Se invitó a cada diócesis a dar voz a todos, con especial atención a los pobres y a los que habitualmente no tienen voz en las comunidades cristianas. Y las reflexiones que se fueron recogiendo confluyeron en documentos de síntesis elaborados primero a nivel nacional y luego puestos en común en asambleas especiales que se llevaron a cabo en los últimos meses a nivel continental (las de Asia en Bangkok, el pasado mes de febrero).
El resultado final es el texto que hoy se dio a conocer y que servirá de guía para la reunión de octubre. Se trata de un itinerario que incluye las cuestiones sobre las cuales deberán confrontarse los delegados. Pero partiendo de dos puntos fundamentales que precisamente la fase inicial que ha durado más de dos años en todo el mundo ha puesto de manifiesto con fuerza.
Por un lado, algunos "signos característicos" de una Iglesia sinodal: una comunidad que escucha, que sabe pedir perdón, que no teme a las diferencias internas y -sobre todo- que tiene claro el desafío de mantener unida la vocación de amar a todos con la fidelidad a la verdad. Por otro, una manera de proceder, la "conversación en el Espíritu": un método que se ha probado en las etapas locales del proceso sinodal, donde el silencio y la oración se entrelazan con la confrontación. En este espíritu, después de dar la palabra a cada uno, el primer paso no es aclarar el propio pensamiento sino partir de lo bueno que ha dicho el otro. Y es un camino que ayuda a evitar rupturas, a buscar de manera comunitaria los pasos a los que el Espíritu Santo llama a la Iglesia.
Sólo después de haber delineado claramente este marco en su primera parte, el Instrumentum Laboris esboza en la segunda parte tres "cuestiones prioritarias" para la Iglesia de hoy, a partir de los términos señalados por el mismo Papa Francisco en relación con el tema: una comunión llamada a irradiar, la corresponsabilidad de todos en la misión y los caminos de una participación que también tenga en cuenta la sinodalidad en el ejercicio de la autoridad. Para cada una de estas tres dimensiones, el Instrumentum Laboris desarrolla cinco fichas llenas de preguntas que, al recorrerlas, plantean muchas cuestiones extremadamente concretas que el camino sinodal ha sacado a la luz.
Por ejemplo, todo el tema de la relación entre la cultura occidental y las otras culturas dentro de la Iglesia, o la cuestión de las formas de discriminación dentro de las mismas comunidades eclesiales. La cuestión del papel de la mujer en una Iglesia sinodal se plantea con fuerza (y el Instrumentum Laboris afirma expresamente que “la mayoría de las Asambleas continentales y las síntesis de numerosas Conferencias Episcopales piden que se considere nuevamente la cuestión del acceso de la mujer al diaconado”). Entre las preguntas sobre la relación con otras religiones, se plantea "cómo dar testimonio del Evangelio en países donde la Iglesia es minoritaria sin debilitar el testimonio de fe, pero también sin exponer a la ligera a los cristianos a amenazas y persecuciones". En cuanto a las modalidades sobre el ejercicio de la autoridad en la Iglesia, se menciona la posibilidad de “procedimientos de selección más participativos, especialmente para los obispos”.
Tantas preguntas, por lo tanto, a las que, sin embargo, el Sínodo no necesariamente dará respuestas de inmediato. “En este caso el tema es la sinodalidad, no los temas individuales -destacaron en la conferencia el secretario general del Sínodo, card. Mario Grech, y el relator general, card. Jean-Claude Hollerich-. Lo importante es que la Asamblea indique una forma de caminar juntos y escuchar, incluso en temas en los que hay opiniones diferentes, lo que el Espíritu Santo está diciendo a la Iglesia”.
Mientras tanto, en la Asamblea de octubre también habrá una novedad a nivel físico: debido al número de participantes, pero también a la forma de trabajar, no se realizará en el aula sinodal sino en la sala Pablo VI, la gran sala donde el pontífice celebra las audiencias generales. Y aquí también, en algunas sesiones, se adoptará el método de mesas de debate que ya se usó en las Asambleas continentales: pequeños grupos de obispos, sacerdotes y laicos que reflexionan juntos. Incluso en el Vaticano.
09/10/2021 17:41
26/04/2023 15:58