Continúan las purgas de Erdogan: 4500 empleados públicos expulsados

De ellos, 2585 son empleados del ministerio de Educación, 893 de la Gendarmería, 10 de la Corte de Casación, otros 10 del Alto consejo electoral y 88 de la cadena televisiva TRT. También fue despedido uno de los docentes más autorizados en Derechos Internacional. Se eleva a 41.000 el número de personas arrestadas tras el golpe fallido.

Estambul (AsiaNews/Agencias) – Las autoridades turcas han despedido a cerca de 4.500 empleados suplentes del sector público, en el marco de las purgas promovidas por el gobierno tras el golpe de Estado fallido, ocurrido en julio pasado. Según un decreto-ley publicado en el Boletín Oficial, entre las 4.464 personas expulsadas hay 2585 empleados del ministerio de Educación, 893 de la Gendarmería, 10 de la Corte de Casación, otros 10 del Alto consejo electoral y 88 de la cadena de televisión pública TRT.

Entre los funcionarios despedidos también habría 330 académicos miembros del Consejo superior de educación (YÖK); de ellos, se destaca el nombre de Ibrahim Kaboglu, uno de los más insignes docentes de Derecho constitucional de toda Turquía.

Los despidos se insertan en el marco de la investigación emprendida por las autoridades contra (presuntos) exponentes y simpatizantes del movimiento que encabeza el predicador islámico Fethullah Gülen, quien se encuentra exiliado en los Estados Unidos. Según el presidente Recep Tayyip Erdogan y la cúpula de gobierno, él sería el cerebro del intento del golpe de Estado en Turquía , que provocó la muerte de 270 personas y miles de heridos.

En respuesta al golpe fallido, en los últimos meses, las autoridades turcas arrestaron a más de 41.000 personas, que incluyen docentes, militares, intelectuales, opositores políticos, empresarios, periodistas, activistas y simples ciudadanos. También fueron suspendidos del servicio o despedidos unos 100.000 funcionarios del sector público.

Occidente y los grupos activistas que defienden los derechos humanos vuelven a emitir un alerta por las purgas que están siendo llevadas a cabo en el país, en flagrante violación de los derechos humanos de los ciudadanos. La opinión generalizada es que las autoridades se aprovechan del estado de emergencia –y de la reciente ola de atentados- para eliminar cualquier voz que disienta o se oponga al presidente. En este contexto, el país de dirige a una modificación a nivel institucional, por la cual la nación pasará de ser una República parlamentaria al presidencialismo, que, como consecuencia, provocará una ampliación de los poderes de Erdogan.