Continúa el trabajo del Sínodo Pan-ortodoxo
En los próximos dos días se discutirá acerca del reconocimiento de la Iglesia católica como verdadera Iglesia. En los días anteriores, fueron aprobados textos sobre la misión de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo, sobre el ayuno, los impedimentos para el matrimonio, las declaraciones de autonomía de las Iglesias. Nacen las conferencias episcopales, formadas por obispos de diversos ritos y naciones.
Creta (AsiaNews) - A dos días de su conclusión, continúa desarrollando su trabajo el Sínodo pan-ortodoxo en la Academia Ortodoxa de Creta, un sitio bellísimo “que sólo los monjes de cualquier confesión saben elegir”, tal como fue declarado por un representante católico.
La desconfianza inicial –debida a la ausencia de algunas Iglesias- se disolvió, y todos los delegados participan en las discusiones, que son guiadas con paciencia y equilibrio por el patriarca ecuménico Bartolomé.
La función de Bartolomé
Con discreción, este último alienta a todos los presentes a participar en las discusiones, sin respetar jamás los rígidos cánones que reglamentan la duración de las intervenciones. Y siempre tiene una buena palabra para todos. Se percibe, tal como fuera destacado por el mismo Bartolomé en su alocución inicial, que la esencia de la Iglesia es sinodal.
Al recordar este rasgo, explicó él, no es que se repite “una simple tradición canónica que estamos preservando, sino que se afirma una fundamental verdad teológica, que fue aplicada por la Iglesia desde su origen apostólico mismo”. También recordó, con amargura, que el IV Sínodo ecuménico supo juzgar como ofensiva la actitud de quien falta el respeto a su propia firma. La alusión es a las Iglesias ausentes, no obstante, con anterioridad, éstas habían firmado y suscripto su participación.
En los primeros sínodos ecuménicos fueron afrontadas cuestiones dogmáticas; este sínodo pan-ortodoxo, en cambio, afronta temáticas referidas al ejercicio de la fe, acerca de cuál ha de ser la respuesta de la Iglesia ortodoxa a los problemas de la sociedad contemporánea.
El Patriarca Bartolomé siempre ha subrayado que “la contribución y la respuesta que debe dar el cuerpo ortodoxo debe ser colegiada, y no de las Iglesias a título individual”. Por eso, él ha consumido enorme energía para convocar a este Sínodo.
“Debemos demostrar –dijo Bartolomé- que somos una sola Iglesia, no obstante, respetando las diversidades culturales, y no una confederación de Iglesias. La Iglesia expresa el mensaje salvífico de la persona humana, del mundo".
El teólogo Ioannis Zizioulas, metropolita de Pérgamo, agregó que no debemos olvidar “el sentido escatológico de la vida de la persona humana”.
Las decisiones tomadas
Entre las temáticas que han sido hasta ahora discutidas, figuran: la misión de la Iglesia ortodoxa en la sociedad contemporánea; la diáspora; la proclamación de la autonomía de una Iglesia; el ayuno; el impedimento para el matrimonio religioso.
En lo que se refiere a la misión de la Iglesia en la sociedad contemporánea, con algunas modificaciones al margen, fue aprobado el texto de Chambésy que fuera firmado por 14 representantes de las Iglesias en enero de 2016.
El texto es muy interesante, ya que ha sido diseñado con el aporte de diversos pensadores ortodoxos que no son de extracción clerical.
También lo es el texto sobre la diáspora, es decir, sobre la administración de los fieles ortodoxos esparcidos en todo el mundo debido a la migración, que se encuentran fuera de las fronteras nacionales . Hasta ahora, cada Iglesia nacional nombraba a sus propios obispos en cada país extranjero, por lo cual, en un país extranjero existe la paradoja de que hay varios obispos ortodoxos que provienen de naciones diferentes. De este modo, la distinción nacional prevalece sobre la unidad confesional. Es el legado del llamado filetismo, que ya fuera condenado por el Sínodo de Constantinopla en 1872, en el cual se produce una confusión entre patriotismo y nacionalismo.
Por esa razón, por el momento se prefiere dejar las cosas como están, pero procediendo a instituir las conferencias episcopales en cada uno de los países extranjeros, presididas por el representante de Constantinopla o por algún otro obispo, respetando el orden de los cánones jerárquicos de las Iglesias ortodoxas .
Para la concesión de la autonomía a una Iglesia dentro de un país de tradición ortodoxa, la concesión competerá, de ahora en más, a la Iglesia de ese país, respetando, no obstante, las normas ya establecidas en la tradición ortodoxa.
Sobre el ayuno se ha creado una contraposición entre conservadores y progresistas. Los primeros son de extracción monástica, los segundos tienen una experiencia más pastoral. Al final, sin retocar demasiado los textos, se impuso el tradicional espíritu ortodoxo de la economía eclesiástica, por el cual – sin salirse de las reglas establecidas - se permite al obispo evaluar la singularidad coyuntural y conceder excepciones.
La misma política se ha aplicado sobre el tema de los impedimentos para el matrimonio. En particular, en lo referido a la cuestión de los sacerdotes casados y viudos. En principio, aquí también permanecen los cánones existentes – que prohíben un nuevo matrimonio - pero incluso en este caso, se permitirá que el Obispo, en función de su experiencia pastoral, evalúe los casos individuales y conceda excepciones.
Las relaciones con la Iglesia Católica
La cuestión crucial de los próximos dos días será el texto sobre la relación entre el mundo ortodoxo y la Iglesia católica.
Dentro de las Iglesias ortodoxas hay obispos de diversos orígenes, que piensan que son los sucesores del obispo Marco Eugenico de Éfeso (1392-1444), que estaba en contra de la unidad entre Roma y Constantinopla. Estos son susceptibles de crear obstáculos para el reconocimiento de la Iglesia de Roma como verdadera Iglesia, malogrando que las respectivas Iglesias participen en el diálogo ecuménico.
Incluso con la influencia de los personajes de este tipo, autorreferenciales y temerosos a la apertura universal de la fe cristiana, hay una sensación generalizada, sin embargo, de que este Sínodo pan-ortodoxo es el comienzo de una serie de sínodos sucesivos que serán programados y convocados porque está arraigada la convicción de que sólo el diálogo directo puede ayudar a superar las posiciones a la defensiva sobre consideraciones anacrónicas. El hielo milenario se ha derretido.
30/07/2016 13:00