Conmemoración de los difuntos en Orissa: La muerte no es el final de la vida (Fotos)

de Purushottam Nayak

Oración por los obispos fallecidos y por las víctimas de la persecución. "No dudemos en ayudar a aquellos que han muerto, y ofrezcamos oraciones por ellos".

Cuttack-Bhubaneshwar (AsiaNews) - Hoy la Iglesia Católica celebra la fiesta de los difuntos, durante la cual los fieles recuerdan a sus extintos. En Bhubaneshwar, capital de Orissa, la misa fue celebrada en la Pro-Catedral de San Vicente por Mons. John Barwa, arzobispo de la diócesis. Ante más de 300 fieles, dijo: "Cuando ofrecemos misas y recitamos oraciones por las almas de los difuntos, recibimos la gracia. Jesús, único Dios, murió, resucitó y vive con nosotros en cada momento de nuestras vidas".

El obispo oró por el eterno descanso de sus predecesores, monseñor Henry Sebastián D'Souza, el primer arzobispo de Cuttack-Bhubaneshwar, quien murió en junio de este año, y mons. Raphael Cheenath, quien murió recientemente en Bombay, considerado el mayor defensor de los mártires de Orissa.

Mons. Barwa recordó la importancia de la conmemoración de los muertos: "No debemos olvidar nunca la gracia infinita que fluye desde el sacrificio de la Eucaristía, que produce beneficios para todos". "No dejeis - añadió - de ayudar a quienes han muerto, y de ofrecer oraciones por ellos."

El obispo subrayó que "la misa ciertamente trae frutos beneficiosos. Estos frutos caen sobre la Iglesia en general para los fieles en vida, pero también para las almas del purgatorio. Esta es la razón por la cual en la celebración eucarística se hace una mención especial por las almas de los vivos y los muertos".

Raju Digal, miembro ejecutivo de la Sociedad de San Vicente de Paul, dijo: "Oremos especialmente por las almas de las víctimas de la violencia sectaria [del 2008, efectuada por radicales hindúes contra los cristianos del distrito de Kandhamal, ndr], nuestros parientes, nuestros seres queridos, que están siendo perdonados por Dios y son recompensados con la felicidad eterna".

El Pbro. Joseph Kalathil, ex vicario general de la arquidiócesis, dijo que "los cristianos pueden ser separados, desde el punto de vista físico, por la barrera de la muerte. A pesar de todo, permanecen unidos entre sí en la Iglesia y se apoyan mutuamente con la oración".