Condenado a cadena perpetua un líder budista por haber criticado la corrupción del Partido
Beijing (AsiaNews) - El Tribunal Intermedio del Pueblo de Zhuhai ha condenado a cadena perpetua al líder budista Wu Zeheng, activista democrático conocido desde 1989 por sus actividades pacíficas en favor de los derechos humanos. La sentencia confirma y se suma a los cargos presentados en su contra por parte del Estado: organización de un culto ilegal para socavar el imperio de la ley (12 años); violación (prisión); fraude (14 años); producción y venta de alimentos nocivos (6 años). Activistas de derechos humanos, chinos y de ultramar, concuerdan: la decisión es un escándalo, quiere socavar tanto la libertad religiosa como los derechos políticos de la población.
El Tribunal multó a Wu con 7,15 millones de yuanes, los que ahora tendrán que ser pagados por los miembros de su grupo religioso, el Huazang Dharma. Este fue fundada a principios de los años noventa del siglo pasado y cuenta con miles de seguidores. Wu, también conocido como "Maestro Zen Xingwu", siempre lo ha llamado "un movimiento de oración inspirada en el budismo que cree en la justicia y la libertad". Según las autoridades, en cambio, es un grupo subversivo.
En el 2000, el religioso había enviado una carta abierta a los dirigentes del Partido Comunista de China para criticar la corrupción dentro del PCC y las continuas violaciones de la libertad religiosa de los ciudadanos. Condenado a 11 años por este texto, ha sido torturado en prisión. Después de la liberación ha sido objeto de acoso constante por parte de la policía, que ha intentado por todos los medios de desacreditar el grupo y enviar los líderes de la cárcel. Junto con Wu, el Tribunal de Zhuhai también condenó a tres de sus colaboradores: Meng Yue, Yuan y Ming Zhao Weiping. Todos recibieron entre 3 y 4 años de prisión.
Renee Xia, director internacional del Chinese Human Rights Defender Forum (grupo internacional que supervisa la situación de los derechos humanos en China), dijo: "Esta decisión es un insulto. Wu es víctima de la represión religiosa más que de persecución política. Este caso demuestra una vez más el asalto del gobierno contra los grupos y clérigos individuales, cuya influencia creciente es vista por las autoridades como una amenaza".