Concluyen hoy los diálogos sobre el nuclear iraní. Se piensa (y se espera) que continúen
Viena (AsiaNews/Agencias)- Irán y EEUU tratan de encontrar caminos para superar las dificultades en los negociados sobre el nuclear, cuya conclusión está fijada para hoy a las 24 hs. John Kerry, secretario de Estado Usa, y Mohammed Javad Zarif, ministro iraní de Exteriores, han tenido encuentros en la vigilia para allanar divergencias.
El problema es lo que se discute de al menos 12 años: tener la seguridad que el programa nuclear iraní tenga finalidades pacíficos (como lo afirma Teherán) y no bélicos (como afirman sus enemigos, sobre todo Usa, Israel y Arabia saudita). Por esto, la comunidad internacional decretó el embargo comercial contra Irán y sanciones financieras que han puesto a dura prueba a su economía.
De hace un año, después de la llegada a la presidencia de Hassan Rouhani, se reiniciaron los diálogos en los cuales Teherán aceptó la reducción de los procesos de enriquecimiento del uranio y mayores controle por parte de la Agencia Onu del átomo; en cambio hubo una disminución de las sanciones.
Según voces en Viena, los puntos sobre los cuales no se llegó todavía a un acuerdo son por una parte, el nivel de enriquecimiento que debería alcanzar Irán que, en todo caso no quiere renunciar a la energía nuclear, por el otro la velocidad con las cuales las sanciones deberían ser eliminadas.
La puesta en juego es grande porque permitiendo a Irán volver a las relaciones económicas tranquilas con el mundo, podría abrir nuevos espacios para las inversiones occidentales; cambiaría la configuración del Medio Oriente: transformar la vida de los iraníes marcados por decenios por los problemas producto del embargo.
Una posibilidad para la conclusión de hoy- sugerida ya sea de parte iraní que estadounidense- es que se defina un cuadro de acuerdo que habrá que precisar después por un año, alagando de hecho los negociados.
El acuerdo pondría fin a las políticas de sospecha y de venganza recíprocas entre Irán y el occidente, que han caracterizado los últimos 35 años, después del episodio de los rehenes en la embajada americana en Teherán.
El poder quitar las sanciones a Irán, abriría nuevas colaboraciones con la comunidad internacional sobre el conflicto sirio- en el cual Teherán es aliado de Bashar Assad- y sobre la lucha contra el Estado islámico, además que sobre la política libanesa gracias a la influencia de Teherán sobre los Hezbollah.
A este cuadro virtual se oponen Israel y Arabia saudita. Israel- sobre todo benjamín Netanyahu- ha hecho del miedo de Irán y de la bomba atómica el elemento fundamental de sus victorias electorales, si bien diplomáticos y expertos de la Onu aseguran que Teherán está muy lejos de la producción de una bomba nuclear.
Arabia saudita teme no sólo la influencia iraní en el mundo islámico: el chiísmo de Teherán es culturalmente más elevado y abierto que en sunnismo wahabita y más atento a los problemas sociales. Pero Riad teme también a Irán como concurrente en la producción de petróleo. En el caso de un desbloqueo de las relaciones económicas con la comunidad internacional, Teherán debería aumentar la producción de bruto, reduciendo la feta de exportación de Arabia saudita, en un momento en el cual el precio del barril desciende cada día más.
También en Irán hay enemigos al acuerdo: son los Guardias de la revolución, acostumbrados al conflicto con el occidente y a vivir del contrabando florecido alrededor del embargo.
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