Con la caída de Assad, ¿qué futuro tienen los ayatolás iraníes?
Con la caída del régimen de Asad, se plantean interrogantes sobre la posibilidad de que también haya un cambio de gobierno en Teherán, que parece cada vez más debilitado. Como explica a AsiaNews el Prof. Pejman Abdolmohammadi, docente de Relaciones Internacionales de Oriente Medio en la Universidad de Trento, en la nueva visión estadounidense de la región, los hutíes y las milicias chiítas en Irak son los próximos elementos del llamado "Eje de la Resistencia" iraní que podrían ser blanco de los ataques.
Después de las turbulencias que llevaron a la caída del régimen de Assad en Siria, muchos han comenzado a preguntarse si también es posible la caída del régimen de la República Islámica en Irán, que ha resultado el actor más debilitado por los recientes acontecimientos en Oriente Medio. Los próximos en ser atacados serán los hutíes y las milicias Hashd al-Sha'abi en Irak, las otras fuerzas pro-iraníes que operan en Oriente Medio, pero después será el turno de Teherán, al que responden estas fuerzas, dice el profesor Pejman Abdolmohammadi, docente de Relaciones Internacionales de Oriente Medio en la Universidad de Trento e investigador del ISPI (Istituto per gli Studi di Politica Internazionale): "Hasta ahora, han caído tres, Hamas, Hezbollah y las milicias pro-chiítas en Siria, conocidas como Haramyun. Faltan dos para terminar de debilitar a Irán: los hutíes en Yemen y las Hashd al-Sha'abi, las Fuerzas de Movilización Popular, que agrupan una serie de milicias principalmente chiítas.
Lo que está ocurriendo en Oriente Medio, según el profesor, es la verificación de un cambio de paradigma que comenzó con la primera presidencia de Donald Trump. "Inicia en aquel momento una tendencia política, económica e incluso de inteligencia contra el Islam político radical y moderado. Desde la década del '70 tanto republicanos como demócratas consideran que la presencia de leadership vinculadas al Islam político podría favorecer de alguna manera un aumento de la influencia en Oriente Medio. Aunque las doctrinas de George H. W. Bush y Barack Obama eran diferentes, se movían dentro del mismo paradigma", explica a AsiaNews.
La llegada de Donald Trump cambia las cartas sobre la mesa: "Llega la visión de un Estados Unidos diferente, que también quiere un sistema diferente en Oriente Medio y que tiene otros intereses globales, en primer lugar contrarrestar y contener a China de manera muy firme, cosa que no era un objetivo del 'viejo' paradigma, e incluso muchas veces buscaba la colaboración con Beijing", sigue diciendo el profesor.
Esta nueva tendencia comienza cuando Estados Unidos se retira del acuerdo nuclear que se había firmado en 2015 entre Irán y los cinco países del Consejo Permanente de las Naciones Unidas (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) más Alemania. Y después continúa con los asesinatos selectivos de los últimos años: desde el general iraní Qassem Soleimani (en 2020), el principal arquitecto de lo que Irán llama el "Eje de la Resistencia", formado por proxy iraníes en Oriente Medio, hasta el de Ismail Haniyeh en Teherán, que, junto con la explosión de buscapersonas de los miembros de Hezbolá, dejó en claro al mundo la fragilidad de la República Islámica. En este caso, se trató de acciones perpetradas por Israel, que continúa llevando adelante los objetivos del nuevo paradigma estadounidense impuesto por Trump en Oriente Medio.
"Con la llegada del covid y la presidencia de Biden, se produjo una desaceleración", señala Abdolmohammadi, y en algunos casos una vuelta al modelo de relación clásico ("un ejemplo concreto - comenta el experto - es el descongelamiento de seis mil millones de dólares de fondos a Irán" en 2023).
Pero la nueva tendencia es la que ha llevado al debilitamiento de Irán que vemos hoy. Y ahora, tras la caída del régimen aliado de los Assad en Siria, Teherán "hará todo lo posible para sostener al régimen, cuya primera preocupación, como todos los regímenes, es su propia supervivencia", sigue diciendo el profesor de Relaciones Internacionales.
En este sentido se deben leer las declaraciones más recientes de Irán que, por ejemplo, la semana pasada mantuvo conversaciones en Ginebra con algunos países europeos para volver a un acuerdo nuclear. Al comentar los acontecimientos en Siria, el líder supremo de la República Islámica, Ali Jamenei, se negó a reconocer el fracaso del "Eje de la Resistencia", y dijo que "los territorios que han sido capturados en Siria serán liberados por la valiente juventud siria. No tengan ninguna duda de que eso va a pasar".
No hay que olvidar que la creciente debilidad de Irán en el escenario internacional ha ido acompañada por crecientes levantamientos populares a nivel interno: "La República Islámica es un actor racional, y hasta ahora siempre ha sabido negociar y mediar en el cada vez más extendido disenso de la sociedad en su contra", dice Abdolmohammadi. También lo ha hecho "proyectando a nivel interno el poder construido entre 2003 y 2017 por las milicias pro iraníes en Oriente Medio. Pero después del asesinato de Soleimani, llegó otro fuerte golpe para la República Islámica: las protestas "mujer, vida, libertad". Los nuevos iraníes - comenta el profesor - salieron a las calles durante todo un año y lucharon por la libertad, no por una nueva nación islámica, porque en realidad la sociedad iraní hoy es fuertemente laica, por lo menos en un 80%. La revolución cultural ya se ha consumado".
"Si el proyecto no se ha completado hasta ahora es porque - sigue explicando el investigador - las protestas fueron reprimidas por la fuerza, ningún actor global ha apoyado a los jóvenes iraníes, y por último Hamás, con una acción demente, llevó a cabo los ataques del 7 de octubre. En ese momento fue cuando Israel rechazó el viejo paradigma y decidió decapitar a las leadership de los satélites iraníes".
Y mientras tanto (de manera un tanto paradójica) se ha creado "una unidad de propósito entre el gobierno israelí, la mayor parte de la sociedad iraní y una parte del mundo árabe sunita. Mientras que la única potencia a la que le gustaría salvar a la República Islámica es China junto con una parte de los demócratas estadounidenses y europeos (el mundo cercano a Borell y Mogherini", continúa Abdolmohammadi. Sin embargo, muchos creen que Beijing, en parte por tradición, en parte por cultura, no tiene interés en intervenir en los asuntos de otros países. "Es una hipótesis, pero yo creo que un Irán democrático y estable no le conviene a China, que prefiere un Oriente Medio caótico para vender productos que no encontrarían salida en otra parte y comprar energía barata. Basta pensar en el hecho de que el 90% del petróleo iraní se vende a Beijing".
A menos que surjan nuevas variables, si este nuevo paradigma continúa, es probable que el círculo se cierre con la caída del régimen en Irán. "Ésa es la intención", comenta el profesor Abdolmohammadi. "No puede haber un nuevo Oriente Medio sin un nuevo Irán laico-democrático. Aunque un Irán libre sería una espina en el costado para toda la región, por eso podemos esperar que haya fuerzas que contrarresten esta visión. Irán, con el Islam político de cuño sciita ha favorecido dentro del nuevo paradigma la islamización política de las sociedades mediorientales. Al mismo tiempo, hoy Irán tiene el potencial para convertirse en su opuesto".
17/12/2016 13:14
02/01/2024 10:17