Con el desfile de Beijing, Xi Jinping muestra los músculos para hacer olvidar las Bolsas
Beijing (AsiaNews) – En la víspera del gran desfile militar con el cual China conmemorará el fin de la guerra con Japón, el gobierno chino ha lanzado una serie de medidas destinadas a evitar toda forma de disenso público y a frenar los desastres vinculados a la economía y a la explosión que devastó la ciudad de Tianjin. Los expertos esperan un “anuncio importante” de parte del presidente Xi Jinping, quien debería presentar al país una reforma del Ejército de liberación popular. Mientras tanto halcones, perros y monos se dedican a perseguir a las aves en la capital, para garantizar que el cielo esté lo más despejado posible.
En el mes de agosto de 2015 las reiteradas caídas de las bolsas de Shangai y Shenzen eliminaron casi 5.000 millones de dólares del mercado global. La explosión en el puerto de la ciudad meridional de Tianjin mató a 158 personas y amenaza con la posibilidad de un envenenamiento masivo por cianuro y otras sustancias químicas contenidas en los contenedores que estallaron por los aires. Todos estos hechos, dicen los analistas, amenazan con alejar la atención del mensaje de fuerza y unidad nacional que Xi intenta propagar con el imponente desfile de mañana.
El 3 de septiembre, de hecho, China festeja el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero fundamentalmente, la conclusión de la segunda guerra chino-japonesa. Con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, el gobierno de Tokio no sólo firmó su rendición incondicional en el conflicto mundial, sino que retiró también los ejércitos invasores apostados hasta ese entonces en China y Corea. Desde hace tiempo que los historiadores debaten el aporte chino a esta liberación, y recientemente se ha vuelto a discutir acerca del compromiso de los nacionalistas de Chiang Kai-shek contra los comunistas de Mao Zedong.
A Beijing, para conmemorar el evento, arribaron algunos jefes de Estado y de Gobierno además del Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Brillan por su ausencia los dirigentes del mundo occidental, que se han negado a rendir homenaje a la "demostración de fuerza" del Dragón; está presente, en cambio, Vladimir Putin, y ha sido una sorpresa la asistencia de la líder surcoreana Park Geun-hye.
La plataforma es perfecta para presentar al mundo el "sueño chino". Xi Jinping hablará luego del desfile de aproximadamente 12.000 soldados en trajes de guerra y de equipamiento bélico ultramoderno. Para estar seguro de que nada opacará el clima, el gobierno central ordenó una redada contra los activistas por los derechos humanos y los disidentes, e impuso la suspensión de las actividades en aproximadamente 12.000 empresas presentes en el parque industrial de la capital.
Ha restringido el uso de automóviles para los residentes y ha vaciado los cuarteles centrales, y hoy el South China Morning Post define a Beijing como "una ciudad fantasma". Se han utilizado perros, halcones y monos para ahuyentar a las aves migratorias que llenan los cielos en esta época del año. Se prevé el vuelo acrobático de 200 aviones de combate, y un pájaro de 1.8 kgs de peso que impacta con un artefacto aéreo que va a 700 kilómetros por hora puede derribarlo. Se cerraron siete parques públicos, varios hospitales y la línea metropolitana más importante permanece suspendida. Se han bloqueado también los dos enormes aeropuertos de Beijing.
Según varios analistas, Xi podría aprovechar el desfile para anunciar una reforma de modernización del Ejército del Liberación Popular. Li Jlie, experto en barcos de guerra, dice: “Muchos esperan esta reforma, y el desfile dará un nuevo empuje a la moral de los soldados y al patriotismo. Son ocasiones perfectas para anunciar planes ambiciosos”.
Xi – presidente, Secretario del Partido y Jefe de la Comisión Central de Defensa - debería indicar una agilización del aparato partidario: “El presidente – concluye Li – guiará la transformación del Ejército hacia un moderno y más ágil cuerpo de combate. Que esté en grado de ganar una guerra”.