Colombo: prevenir el retorno de Rajapaksa para evitar otra guerra civil
El resultado de las elecciones administrativas arriesga invertir el proceso de reconciliación nacional. Con el presidente Sirisena mejoró la relación entre gobierno y las minorías étnicas. El peligro es “un círculo vicioso en el cual el nacionalismo singalés en el sur alimente y apoye el resurgir del nacionalismo Tamil en el norte”.El resultado de las elecciones administrativas arriesga invertir el proceso de reconciliación nacional. Con el presidente Sirisena mejoró la relación entre gobierno y las minorías étnicas. El peligro es “un círculo vicioso en el cual el nacionalismo singalés en el sur alimente y apoye el resurgir del nacionalismo Tamil en el norte”.
Colombo (AsiaNews)- El resultado de las elecciones administrativas en Sri Lanka, que ha visto triunfar al ex presidente Mahinda Rajapaksa, pone en vista el proceso de reformas y de reconciliación nacional iniciado por el actual gobierno con enorme esfuerzo después del fin de la guerra civil. La victoria de Sri Lanka Podujana Peramuna (Sri Lanka People’s Front, Slpp – Ndr) tomó de sorpresa a todos. Los líderes de la oposición han afirmado que el mandato de la población (a Maithripala Sirisena en 2015) llegó a su término (…).
La situación es crítica. El rendimiento de los partidos del gobierno (en coalición en la United People’s Freedom Alliance, guiada por el Sri Lanka Freedom Party di Sirisena, Ndr) pone una interrogación sobre el proceso de reconciliación nacional al cual el país se dirigió desde las elecciones presidenciales de 2015. Antes del cambio en el vértice, las relaciones con las minorías étnicas y la comunidad internacional estaban en un estado de empeoramiento. La situación se cambió con el actual gobierno. En los últimos 3 años la relación entre el gobierno y los grupos étnicos mejoró en manera significativa. Los partidos de las minorías se convirtieron en socios del gobierno ya sea uniéndose a ellos o con un recíproco apoyo.
El modo con el cual el actual gobierno tejió el proceso de reconciliación fue una combinación de reformas institucionales y justicia de transición. Esto ha llevado, por un lado, a una mayor coparticipación del poder; por el otro, a comprometerse en la realización de las promesas hechas en el Consejo de las Naciones Unidas por los derechos humanos. (…) Por los compromisos tomados con el UNHRC, el gobierno continuó restituyendo los terrenos que les fueron expropiados por el ejército (durante la guerra civil, Ndr) y a cancelar las leyes sobre el terrorismo y las desapariciones forzadas. Luego creó la Oficina para las personas desaparecidas.
El gobierno procedió a lo largo de dos carriles, si bien lentamente, antes de las elecciones administrativas. (…) El lento camino de las reformas llevó al desencanto de la población tamil, que fue la primera víctima en las últimas fases de la guerra. El desencanto se tradujo al nivel político con el ascenso del Tamil Congress en el norte de Sri Lanka (…).
Existía la esperanza que una vez concluidas las elecciones locales, el gobierno habría reiniciado el proceso de reconciliación que la campaña electoral había dejado en pausa. Pero, los resultados del voto ponen en luz este reinicio. El partido de la oposición SLPP guiado por Rajapaksa realizó su campaña diciendo que el gobierno traicionó al interés nacional en favor de los Tigres tamil y de la comunidad internacional. Esto ha estimulado las cuerdas de la mayoría singalés que fue en masa a las urnas para votar al SLPP. El peligro es que todo esto haga iniciar el círculo vicioso en el cual el nacionalismo singalés en el sur alimente y apoye el resurgir del nacionalismo tamil en el norte.
Prescindiendo de quien llegue al poder, el interés nacional es que el proceso de reconciliación continúe. (…) En los últimos 3 años las relaciones entre el gobierno y las minorías étnicas y comunidad internacional mejoraron y mucho. La comparación con otras situaciones en el mundo en el cual la reconciliación fracasó, Sri Lanka se convirtió en modelo de reconciliación post-guerra para reforzar e imitar. No se debe permitir que la situación retroceda a cómo estaba en el precedente régimen, durante el cual Sri Lanka recibió la condena internacional y sanciones económicas. Dentro del país las minorías veían al gobierno como un opresor y no como un protector. Evitar la recaída en el círculo vicioso implica que el proceso de reconciliación nacional debe continuar sin que haya cambios bruscos.
A la luz de las actuales condiciones post-voto, en el cual la sobrevivencia del gobierno esté en riesgo, será difícil para la administración continuar el recorrido de la reconciliación, sobre todo si la oposición lo obstaculiza. La aplastante victoria del SLPP en las zonas en los cuales domina el electorado singalés demuestra que el partido es demasiado fuerte para ser puesto de lado de las decisiones nacionales sobre cuestiones tan sensibles y controvertidas como el conflicto étnico. Todo esto sugiere que el gobierno, aunque luche para permanecer en el cargo por los próximos dos años, debe involucrarse en un diálogo constructivo con el SLPP sobre el futuro del proceso de reconciliación. Por primera cosa, el gobierno debería identificar y entrar en contacto con (los exponentes) moderados del Sri Lanka People’s Front.
*activista cristiano y director ejecutivo del National Peace Council (Npc) de Sri Lanka