Colombo: la solidaridad de los pobres, la respuesta más bella a la crisis
El testimonio de una familia de ciegos que comparte lo que recibe con todo el pueblo. P. Basil Rohan Fernando: "Su honestidad me conmovió". En medio de la emergencia alimentaria, ocho mil familias reciben un apoyo a través de los paquetes de ayuda de las diócesis.
Colombo (Asia News) - "No es necesario comprar zapatos nuevos para todos: algunos pueden seguir usando los que tienen. Además, no queremos calcetines nuevos, podemos seguir usando los viejos". Sri Lanka está de rodillas por la crisis económica -que se ha sumado al ya duro calvario de la pandemia. Y en esta situación, el testimonio de solidaridad más bello proviene de los pobres. Es lo que cuenta el padre Basil Rohan Fernando, director nacional de las Obras Misionales Pontificias, tomando como ejemplo una familia de ciegos que vive con sus hijos en el pueblo de Nayanagam.
"Los conocí casi por casualidad, en 2008", continúa el padre Fernando. "Fue cuando volvía a Colombo, manejando en mi coche: vi a dos niños pequeños y a dos adultos de pie, al lado de la carretera. Uno de los niños agitaba un paño para que la gente se detuviera a comprar ropa. Cuando me acerqué, el niño le dijo a su padre: "Papá, hay un cura". Empezó a llamarme y a decirme "que Dios te bendiga". Recién ahí me di cuenta de que ambos padres eran ciegos", comenta.
"Llevaban días sin comer", recuerda el sacerdote. "Así que fui a un supermercado cercano y compré todo lo que pude, para ellos. Los vi irse a casa felices. Les dejé mi tarjeta, y los invité a que me llamaran, para proporcionar libros a los niños, para el nuevo curso escolar. Al cabo de unos días, la madre me llamó y me dijo: ‘Gracias padre, pero en lugar de libros sólo para nuestros hijos, ¿no podría comprar zapatos para todos los niños del pueblo que tienen que ir a la escuela?'. “Su honestidad me conmovió".
En Nanyanagam había 45 niños, pero al final se compraron 30 pares de zapatos. "Algunos pueden seguir usando los viejos”, me dijeron. Y el padre Fernando agrega: "Lo que me llama la atención es esto: saben que quiero ayudarlos, pero nunca aprovechan la ayuda para ellos. Quieren que toda la comunidad se beneficie con la ayuda".
Así que ahora también llegará una beca para un joven de Nayagam que quiere ser médico, además del pago de las facturas de electricidad para sostener a algunas familias, ayudas para gastos de funerales y bodas. Durante el Covid, esta comunidad no podía salir a buscar comida, por lo que las Obras Misionales Pontificias comenzaron a distribuir paquetes de alimentos a 70 familias. Y esta ayuda continúa hasta hoy.
"Para combatir el hambre provocada por la crisis económica en Sri Lanka", dice el padre Fernando, "hemos gastado más de 120 millones de rupias (unos 330.000 euros) para alimentar a 8.000 familias en las 12 diócesis de Sri Lanka. Pero el resultado más importante es el mensaje que transmite esta historia. “Cuando tenemos más, debemos compartir, porque todos son nuestros hermanos y hermanas”, comenta el padre Basil Rohan. “Esto es lo que he aprendido en mis 25 años de sacerdocio entre los últimos".
