Colombo: electores desmoralizados elegirán el ‘Mal menor’
Mañana el pueblo de Sri Lanka irá a las urnas para elegir su nuevo presidente. Entre los nombres de los dos principales desafiantes- Ranasinghe Premadasa y Gotabaya Rajapaksa- sobresale un tercero, Anura Kumara Dissanayaka. El gobirno de Sirisena “traicionó todas promesas electorales”. Aumenta la corrupción y las deudas; empeorada la economía y las condiciones de los pobres, se teme una nueva guerra civil; el país es un “campo de juego” para las potencias mundiales.
Colombo (AsiaNews) – En la vigilia de las elecciones presidenciales que se realizarán mañana, la población de Sri Lanka perdió la esperanza e “irá a votar por el mal menor”. Lo refieren a AsiaNews algunos expertos, que sostienen que sea difícil hacer previsiones sobre los resultados que saldrán de las urnas. Sobre un total de 35 candidatos, entre los cuales dos monjes budistas y sólo una mujer, los expertos consideran que el voto será casi del todo polarizado sobre dos candidatos principales desafiantes: Sajith Premadasa, de 52 años, hijo del presidente asesinado Ranasinghe Premadasa, y Gotabaya Rajapaksa, de 70 años, hermano del ex dictador Mahinda. En general, el pueblo no está entusiamado ni por el uno ni por el otro, desilusionado de continuas promesas que no vienen mantenidas.
Mañana irán a las urnas cerca de 15,5 millones de electores, en un país todavía marcado por los trágicos atentados del domingo de Pascua, que provocaron 263 víctimas. Algunos de los entrevistados rechazan responder a la pregunta “¿Quién ganará?”; en general, no surgen escenarios positivos por la pregunta: “¿Cuál cambio prevé que habrá?”
Según el profesor Sumanasiri Liyanage, economista, “las previsiones del experto Vijeysandaran dan como ganador a Gotabaya Rajapaksa. En 2015 Maithripala Sirisena ganó con un descarte de 400 mil votos. Mañana ya solo el tercer nombre como candidato, el de Anura Kumara Dissanayaka del Janatha Vimukthi Peramuna (JVP, partido comunista marxista-leninista – ndr), debería conquistar entre 400 mil y 700 mil votos”. Para él, “el gobierno de Sirisena (2015-2019) fue un fracaso en todos los frentes. Fracasó en el afrontar cada cuestión, además la corrupción aumentó. La mayor parte d los tamil y los musulmanes debería votar por Premadasa y no por Rajapaksa. En todo caso, no sucederá ningún cambio”.
Para Rehan Derrick Fernando, hermano jesuita que está haciendo un doctorado en Texas, “debería ganar Anura Kumara. Es la primera vez que un partido de izquierda emerge en el panorama político de Sri Lanka. De todos modos, es difícil hacer previsiones porque no hay un gran apoyo entre los electores del nordeste, si bien los tamil tiene familiaridad con las políticas de izquierda. Por el contrario, los cingaleses del occidente apoyan los partidos de mayoría corruptos y se esperan favores de estos políticos corruptos”. Según el jesuita “si uno de los partidos mayores debiese ganar, no hay duda que vendría una guerra civil. Trabajé en muchas áreas del nordeste devastadas por el conflicto y estoy convencido de lo que afirmo. Si en cambio debiese afirmarse Anura Kumara, las personas normales quizás tendrían un futuro mejor. No digo que el país se convertiría en un paraíso, pero al menos la corrupción desaparecería”.
Kumudu Kusum Kumara, ex profesor ya jubilado, dice: “No cambiará nada. La única cosa que hemos alcanzado en el pasado en nombre del cambio, fue sólo un mayor caos. No estuvimos en grado de encontrar una solución duradera a nuestro gran problema nacional, o sea sobre el conflicto entre el Estado y las comunidades étnicas, entre tamiles y musulmanes y entre estos últimos y los elementos nacionalistas de la mayoría budista cingalés”. Desde el punto de vista económico, continúa. “nos hemos confiado en las políticas del neoliberalismo, que han empeorado aún más la economía. El así llamado desarrollo focalizado sobre los mega proyectos con préstamos extranjeros a largo plazo no trajeron beneficios a los pobres, mientras nos han hundido en las deudas que la gente debe repagar con impuestos más elevados. La disparidad se gasto se agrandaron. La malnutrición aumentó en las fajas más débiles de la sociedad. Desde el punto de vista geopolítico, el país se convirtió en un campo de juego para las potencias internacionales”. La democracia, “entendida como igualdad de los ciudadanos y soberanía popular, llegó a su final. Una clase política corrupta se adueñó del gobierno, alentando los ideales hacia el propio interés. Los intelectuales, que habrían debido custodiar el poder, se convirtieron en apéndices de los partidos. Las personas temen perder aún más la libertad obtenida con dificultad en 2015. En el este las personas temen por la propia seguridad. La gente votará el mal menor, no el programa mejor”.
20/11/2019 16:39
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