Coalición global: que la ONU afronte las violaciones de los derechos humanos en China
Más de 300 organizaciones humanitarias de 60 países reclaman un mecanismo internacional que haga un seguimiento de las violaciones que comete Beijing. En la mira, la represión en Hong Kong, en el Tíbet y en Xinjiang. Se acusa a los chinos de promover un desarrollo “sin derechos”, tanto en el país como en el resto del mundo, y de utilizar la ONU para perseguir estos objetivos.
Beijing (AsiaNews) – Las Naciones Unidas debieran crear a la mayor brevedad un mecanismo internacional independiente para afrontar la cuestión de las violaciones de los derechos humanos por parte de China. El pedido figura en una carta abierta enviada a la ONU en el día de ayer, de parte de una coalición global formada por 321 grupos de la sociedad civil de más de 60 países. Para Sarah Brooks, representante del International Service for Human Rights en Bruselas, “el desprecio de China por los derechos humanos no afecta solamente a sus ciudadanos. Su apoyo a los dictadores,y los esfuerzos que hace para reescribir los estándares internacionales dificultan la tarea de defender los derechos humanos como nunca antes". Según Renee Xia, líder del Chinese Human Rights Defenders, China ha perseguido sistemáticamente a los defensores de los derechos humanos, como represalia por su cooperación con los operativos de la ONU para investigar las torturas, las desapariciones forzadas, las encarcelaciones y el retiro de las licencias a los abogados: ”La ONU no debiera tolerar más este trato”. Amnesty International: “Ningún Estado debiera estar por encima de la ley”. A continuación, publicamos el texto completo de la carta.
Las organizaciones firmantes nos unimos para solicitar un mecanismo internacional a fin de afrontar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno chino. Y exhortamos a las Naciones Unidas a actuar resueltamente para alcanzar este objetivo.
El 26 de junio de 2020, en un acto sin precedentes, 50 expertos de la ONU solicitaron “medidas enérgicas para proteger las libertades fundamentales en China”. Ellos subrayaron [el alcance] masivo de las violaciones de los derechos humanos perpetradas en Hong Kong, en el Tíbet y en Xinjiang; la supresión de informaciones en el contexto de la pandemia de Covid-19 y los ataques contra los defensores de los derechos, contra periodistas, abogados y criticos del gobierno en todo el país.
Nuestras organizaciones también están preocupadas por el impacto que tienen las violaciones de China en el resto del mundo. Beijing ha tomado como blanco a los defensores de los derechos humanos en el exterior, ha suprimido la libertad académica en otros países y está implicada en la censura en Internet y en la vigilancia digital.
Condenamos la promoción que China hace de un desarrollo sin derechos y la degradación ambiental que deriva de ello, perpetrada por industrias dedicadas a la extracción, respaldadas por el gobierno. Repudiamos asimismo el trato racista que reciben las personas en el territorio chino, o por parte de actores estatales en otras partes del mundo.
Estamos consternados por los esfuerzos que China lleva adelante para tergiversar el mandato del Consejo de derechos humanos de la ONU, promoviendo la “cooperación” en lugar de la “responsabilidad” [por las violaciones cometidas], y oponiéndose a la iniciativas para favorecer el control de las graves violaciones de los derechos y de los crímenes internacionales en los países de todo el mundo.
China ha utilizado su escaño en el Comité de la ONU para denegar - sin ningún fundamento - la acreditación de las Organizaciones no gubernamentales (ONGs), y acreditar aquellas ONGs que tienen lazos con el gobierno.
China ha tratado de denegar el acceso de los defensores de los derechos humanos a las oficinas de la ONU; ha denunciado a los que participan en los eventos de las ONGs, [rotulándolos] como “terroristas”; y ha amenazado a los delegados de estas organizaciones para disuadirlos de participar en los eventos colaterales de las Naciones Unidas que abordan las violaciones de los derechos, incluyendo los abusos en Xinjiang.
Cuando el Alto Comisionado de la ONU de Derechos Humanos - a través de procedimientos especiales - y decenas de Estados exhortaron a China a respetar las normas internacionales en materia de derechos humanos, Beijing sostuvo que se trataba de “observaciones inapropiadas” que “interferían gravemente” con su soberanía.
Un Estado que intenta colocarse por encima de cualquier tipo de regulación representa una amenaza de primer orden para los derechos humanos. El hecho de que China - un Estado con un poder global extraordinario - espere recibir semejante trato, nos afecta a todos.
Por tanto, respaldamos el reclamo de los expertos de las Naciones Unidas que convocan a una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos para examinar el alcance de las violaciones cometidas por el gobierno chino, e instituir un mecanismo de la ONU, imparcial e independiente, para seguir de cerca, analizar y elaborar informes anuales sobre ese tema.
Exhortamos al secretario general de la ONU a designar un enviado especial, siendo consistente con su llamamiento por los derechos humanos, y pedimos al Alto Comisionado de derechos humanos que cumpla con su mandato independiente de monitorear e informar públicamente sobre las violaciones de los derechos humanos en China.
Respaldamos el pedido de que los Estados miembros y las agencias de la ONU utilicen todas las interacciones con las autoridades chinas a fin de que el gobierno respete sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Escribimos en un espíritu de solidaridad y colaboración global, y les urgimos tomar acciones rápidamente para contrarrestar y remediar las graves violaciones de los derechos humanos cometidas por las autoridades chinas. Ningún Estado debiera estar por encima de la ley.
17/12/2016 13:14