Ciclón Mocha, ACNUR: 'En Rakhine los desplazados se encuentran en condiciones críticas y en peligro por las minas'

Hay cerca de 200 víctimas confirmadas. La situación sobre el terreno sigue siendo complicada debido a la destrucción de varios puentes y estructuras de refugio. Incluso algunos monasterios budistas que ofrecían protección también fueron arrasados por las aguas. La organización internacional de refugiados informó a AsiaNews que la principal preocupación en este momento es la propagación de enfermedades relacionadas con el agua y el desplazamiento de artefactos explosivos debido a las inundaciones.

Sittwe (AsiaNews) - Se han confirmado al menos 200 víctimas en Myanmar, especialmente entre los desplazados de Rakhine, tras el paso del ciclón Mocha, que en la última semana azotó el país, ya devastado por un brutal conflicto civil, y las zonas vecinas de Bangladés donde se concentran los refugiados rohingya.

En el estado birmano occidental está trabajando el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "El impacto del ciclón ha sido devastador y la ciudad de Sittwe -la capital- es la más afectada", explicó a AsiaNews Fabien Faivre, responsable de relaciones exteriores de la organización.

“Casas, refugios e infraestructura pública han sufrido graves daños. Estamos muy tristes por los informes locales sobre los muertos y muy preocupados por los desaparecidos, incluso entre los desplazados internos. Las personas con las que hemos hablado necesitan alimentos, refugio, atención médica y agua potable, pero la principal preocupación en este momento es la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y el peligro por el desplazamiento de minas terrestres debido a las inundaciones”, comentó el trabajador humanitario. Aunque ACNUR había “almacenado material para refugios y artículos de primera necesidad, como mantas, colchones, utensilios de cocina y mosquiteros” antes del ciclón, ahora, “en todos los campamentos de desplazados internos los alojamientos han sufrido graves daños y requieren ayuda inmediata para repararlos o reconstruirlos. Las infraestructuras y los centros comunitarios no se han librado".

Los trabajadores humanitarios consideran que la situación logística sigue siendo muy complicada: “Varios puentes que permiten el acceso a los campamentos de desplazados han quedado destruidos y dificultan el movimiento. Las comunidades afectadas por el ciclón están tratando de reparar sus casas a pesar del aumento de los precios de los productos básicos, como las chapas de aluminio y el hierro para construir techos -sigue diciendo Faivre-. La situación de los desplazados ya era dramática incluso antes de la tormenta: "La devastación del ciclón Mocha agrava las dificultades de unas 200.000 personas desplazadas en Rakhine, de las cuales 155.000 rohingya están en esta condición desde 2012. Ya eran extremadamente vulnerables y ahora dependen casi totalmente de la asistencia humanitaria. Viven en condiciones muy precarias, sobre todo en las zonas costeras, y por lo tanto estuvieron aún más expuestos al ciclón Mocha. Debido a su condición de marginación -que ya supone impedimentos para obtener la ciudadanía, limitaciones para los desplazamientos y el acceso a los servicios básicos como educación y atención sanitaria- las dificultades que enfrentan son aún mayores”.

En efecto, en el estado de Rakhine se concentra la población rohingya, en su mayoría de religión islámica. El gobierno central de Myanmar prácticamente ha convertido a esta etnia en apátrida y el Tatmadaw, el ejército birmano, ha llevado a cabo campañas de represión contra ella desde 2017. Las milicias étnicas locales, lideradas por el Ejército de Arakan (AA), tras varios enfrentamientos armados con los militares habían anunciado en 2022 una tregua, que “se mantiene, pero es frágil”, aclara Faivre. Entre los desplazados de Rakhine hay cerca de 75.000 que huyeron de la violencia “entre el Arakan Amry y el Tatmadaw”, prosigue el funcionario de ACNUR. “La mayoría de ellos se refugiaron en monasterios budistas que quedaron arrasados por el ciclón. Ellos también se han vuelto más vulnerables. Con la frágil tregua entre el AA y el Tatmadaw y el desplazamiento de las minas terrestres debido a las inundaciones, cada vez les resulta más difícil regresar a sus lugares de origen".

Y Rakhine no es el único lugar afectado: “También ha tenido un fuerte impacto en el noroeste del país, donde arrasó e inundó las casas, los cultivos y los campos; y en el estado de Kachin, donde los vientos y las lluvias han destruido los campamentos de desplazados”.