China, extiende las manos sobre las economías de Asia Central
Beijing (AsiaNews) - En los últimos meses China ha firmado una serie de
acuerdos comerciales con los países de Asia Central, Kazajstán y Tayikistán a
la cabeza, con el principal objetivo de contrarrestar la influencia rusa en la
región. La confirmación viene de la página web East Asia Forum, que
pública la inversión que el país ha decidido destinar en Kazajstán.
Durante la visita del 14 de diciembre de 2014 a la capital de Kazajstán, con motivo de
la primera reunión del Consejo de Jefes de Gobierno de la Shangai Cooperation
Organization, el primer ministro chino Li Keqiang anunció un nuevo acuerdo
económico entre los dos países, que es una inversión de 14 mil millones
dólares. En enero de 2015, a
continuación, durante un foro sobre inversión, Beijing y Astana también han
accedido a participar en empresas conjuntas en la industria manufacturera y
otras industrias clave, como la minería, el petróleo, química, gas y
transporte.
Kazajstán es el mayor receptor de inversión china entre los países de Asia
Central que formaban parte de la Unión Soviética. De hecho, entre 1991 y 2013, el
país ha recibido un total de 22 mil millones de dólares.
Según los expertos, estos acuerdos llegan en un momento crucial para la
economía kazaja, que sufrió recientemente una profunda crisis. Debido a la
situación política en Rusia y la caída en los precios del petróleo, en
Kazajstán las previsiones de crecimiento han bajado de 5,1 a 1,5%. Lo que es más, la
desaceleración de la economía china ha provocado una disminución de la demanda
de metales y otras materias primas, lo que resulta en la caída de los precios.
Durante el primer semestre de 2014 las exportaciones de hierro en forma de
prima a China cayeron un 41%. Todo esto ha llevado al gobierno en Astana para
anunciar un nuevo programa de inversión en infraestructura que tiene por objeto
atraer la inversión china en el sector manufacturero, a continuación, como fue
el caso con el acuerdo de enero.
Además de Kazajstán, China ha decidido invertir en Tayikistán. El 25 de febrero
de 2015, el Parlamento de Tayikistán ha ratificado un acuerdo entre el gobierno
y la la Tajik-Sino
Mining Company (de propiedad china) que prevé la explotación
del yacimiento de mineral de Zarnisori Shimoli. Lochin Fayzullozoda,
vice-presidente de la
Comisión Estatal de la inversión y la gestión de la propiedad
estatal, dijo que el gobierno de Beijing ha asignado 200 millones de dólares
para la ejecución del proyecto. Bajo el nuevo plan, el depósito mineral -
ubicada en la región administrativa de Sughd (en el noreste del país), también
interesado en
las inversiones de la Banca Mundial para un proyecto de mejora de las
carreteras - serán objeto de tratamiento de dos millones de toneladas
de plomo en bruto y será producido 20.000 toneladas de plomo al año.
Fayzullozoda añadió, además, que el proyecto creará más de 2.000 nuevos puestos
de trabajo en la zona.
El objetivo de Beijing es aumentar la influencia de China en la región, aprovechando
las oportunidades ofrecidas por la recesión de Rusia y el aislamiento
diplomático de Moscú causada por la guerra en Ucrania. Con el aumento de la
inversión y el establecimiento de empresas conjuntas con Kazajstán, China
también puede tener acceso al inmenso mercado constituido por la Unión Económica
Euroasiática (UEE), que entró en vigor el 1 de enero de 2015.
Algunos críticos de la integración económica entre China y los países
extranjeros argumentan que la inversión china podría ser muy arriesgada. Por
ejemplo, China podría transferir a Kazajstán empresas obsoletas y altamente
contaminantes que ha decidido cerrar en su territorio, causando serios
problemas ambientales.
Otros expertos afirman que el fortalecimiento de la cooperación económica entre
China y los países vecinos hace muy difícil la emigración de la minoría
musulmana uigur procedente de la región de Xinjiang. Incorporada en el
territorio de la China
comunista en 1949. La región de Xinjiang está habitada por la etnia uigur, que
hablan un dialecto turco, profesa la religión musulmana y se considera mucho
más cerca de las poblaciones de Asia Central en lugar de a la tradición
cultural de China.
El grupo étnico siempre ha promovido la creación de un estado autónomo, el Turquestán
Oriental, y expresó su pleno apoyo a los grupos separatistas en el momento de
la disolución de la
Unión Soviética en 1990, ha acogido con entusiasmo la creación de
los estados musulmanes independientes en Asia Central. El gobierno de Beijing,
por su parte, ha reprimido las manifestaciones y los activistas han sido encarcelados,
alentando los asentamiento en la región de los han, mayoritarios en China.
Desde los atentados del 11 de 2001 en Estados Unidos, Beijing ha representado a
los grupos separatistas uigures como afiliados a los terroristas de al-Qaeda,
acusando a sus miembros a recibir entrenamiento en campamentos militares en
Afganistán y luego volver a casa y amenazando el territorio chino. También en
el último período China teme que los uigures pueden adoptar la ideología y las
tácticas de los extremistas del Estado Islámico (EI).
La política discriminatoria contra esta minoría ha provocado una migración
masiva, que pasa de los territorios de Asia Central y Meridional, especialmente
a través de Tailandia y Malasia.
Según los expertos, por lo tanto, los acuerdos comerciales que China ha firmado
con los países de Asia Central fortalecería la integración y la cooperación en
la economía y ayudan a contener una hipotética amenaza del terrorismo islámico
en Xinjiang.