Católicos indios festejan la canonización de Sor Mariam Thresia (Video y fotos)

de Anna Chiara Filice

La religiosa es la fundadora de la congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Kerala. Hoy, más de 1.500 religiosas trabajan en la India, Alemania, Italia y Ghana. De origen noble, la santa elige una vida de penitencia y oración. Abre la primera escuela para niñas en el Estado. La religiosa intuye el valor de la familia para romper con la discriminación de casta.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Muchos católicos indios expresan una “alegría inmensa” por la canonización de una religiosa india, y están orgullosos de ser “apóstoles en el mundo”. Ayer, en la Plaza San Pedro, en Roma, el Papa Francisco canonizó a Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan, fundadora de la congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia . Estuvieron presentes más de 1.000 fieles indios, cuya mayor parte se encuentra viviendo en Roma, y cerca de 300 religiosas de la congregación, provenientes de toda la India.

En diálogo con AsiaNews, los fieles laicos, las familias y las hermanas de la congregación destacan la actualidad del apostolado de la santa, que vivió entre 1876 y 1926. Sor Lisa Chf cuenta; “Primero, Sor Mariam Thresia se dio cuenta de la necesidad del servicio a las familias, en medio de los pobres y dalit, con personas de todos los sectores sociales y religiones. Mientras el mundo combatía la Primera Guerra Mundial, ella ya trabajaba en favor de la educación de las mujeres, para romper las barreras de casta y lograr armonía entre las religiones”.

Mariam Thresia nació el 26 de abril de 1876 en Puthenchira, localidad del distrito de Thrissur (Kerala), en la noble familia de los Chiramel Mankidiyan. A los tres años y medio empieza a llevar una vida de penitencia, ayunando cuatro días a la semana, rezando el Rosario y orando por los pecados del mundo. De Thanda, su madre, que murió cuando ella tenía 12 años, aprende la fe y el intenso amor por Cristo y decide abandonarse a Jesús. Sor Mary, dominicana del Rosario de Santa María en Madhya Pradesh, cuenta que en su breve existencia, la religiosa “pasó por tribulaciones y visiones, recibió los estigmas, y se los ofreció al Señor por amor a los pobres, enfermos y moribundos”.

Siendo aún adolescente, Sor Miriam opta por la vida solitaria. Quien entonces se desempeñaba como obispo le propone el convento de las carmelita en Ollur, pero ese tipo de vida no se adapta bien a ella. El Pbro. Joseph Vithayathil, que había sido su exorcista a pedido del obispo, ya que este último no creía en los éxtasis de la religiosa, obtiene el visto bueno para la construcción de una eremita en Punthenchira. “Ekanthabhavan”, la “Casa de la soledad”, se convierte en el primer convento de las hermanas de la Sagrada Familia, que luego es elevada al rango de congregación de la Iglesia siro-malabar, en 1914. Hoy en día, cuenta con 1.500 hermanas que se desempeñan en Kerala, en el norte de la India, en Alemania, Italia y Ghana; tienen 176 casas distribuidas en nueve provincias.

John, Lisa, Ginza, Paul y Linda, son originarios de la diócesis siro-malabar de Changanassery (Kerala) y viven en Roma, en el barrio Prenestino. “Para nosotros es importantes estar aquí, hoy – dicen – , en el día en que el Papa hace ssanta a una religiosa que es de nuestra región”. Lisa cuenta que la familia, que fue elegida por Santa Mariam Thresia como lugar ‘especial’ de su apostolado, “es importante para transmitir los valores cristianos. Enseñamos el Evangelio a nuestros hijos y lo compartimos en la comunidad, vamos a misa los domingos y estamos juntos”. John agrega: “Los valores son valores. El respeto de la dignidad humana y la fe son valores universales”.

Sor Geena Chf y Sor Lisa Chf nacieron en Kerala, pero trabajan en la provincia de Punjab. Ellas recuerdan que “Nuestra madre amó a todos, sin distinción de casta o religión. Para ella, los pobres, abandonados, marginados, todos son hijos de Dios. Mostraba compasión y misericordia hacia todo ser humano”. En Kerala, la hermana fue una pionera en la educación para las niñas: “Durante la Primera Guerra mundial, ella creó la primera escuela femenina del Estado, dando a las jóvenes la oportunidad de estudiar por primera vez, y salirse de un sistema de discriminación y sumisión”. Las muchachas con las que trabajaba “eran dalit, no podían salir de casa. Con la gracia de Dios, la madre siempre logró romper el sistema de las castas. Su ejemplo es muy actual en la India moderna: empoderar a las mujeres, garantizarles educación, incluirlas en todos los sectores sociales”. Su contribución fundamental, afirman, “fue comprender el valor del testimonio a través de la familia, porque sin la familia no se puede incidir en la sociedad. Motivamos a las familias a mandar a los hijos a la escuela, a no dar a las niñas en matrimonio, a no hacer discriminaciones en base al origen”.