La violencia estalló en los suburbios de la ciudad después del asesinato de un ruso por un hombre que puede ser un inmigrante de Asia central. La Iglesia ortodoxa, en solidaridad con los lugareños indignados, pide a las autoridades infligir un castigo ejemplar a los inmigrantes que no respeten las reglas de la vida civilizada.

Moscú (AsiaNews/Agencias) - Moscú está en estado de alerta máxima por el riesgo de más disturbios étnicos, después de que al menos 29 personas resultaron heridas ayer en enfrentamientos entre ultranacionalistas, que habían ido a una verdadera cacería de los inmigrantes, y la policía que quería detener el vandalismo en el suburbio suroccidental de la ciudad de Biryulevo.

Fuentes médicas anónimas dijeron a Interfax que 23 manifestantes resultaron heridos, ocho de ellos que requieren hospitalización, así como seis oficiales de Omon, unidad móvil especial del Ministerio interior ruso.

La manifestación comenzó como una protesta contra el asesinato de un ruso de 25 años de edad, presuntamente por un hombre con los rasgos "no eslavicos", probablemente originario de Asia central. Durante la protesta, los jóvenes nacionalistas corearon consignas xenófobas, rompieron las ventanas de un centro comercial, considerado como un lugar de encuentro para los inmigrantes en el Cáucaso y atacaron a la policía.

Rápidamente, la situación degeneró y se convirtió en un motín, extendiendose a las calles adyacentes. Al final, 380 personas fueron detenidas. La violencia desató las campanas de alarma en el centro de Moscú, donde las autoridades cerraron la Plaza Manezhnaya de la capital, bajo las murallas del Kremlin, donde en el invierno de 2010 se dio lugar una gran reunión de nacionalistas y extremistas de derecha por la muerte de un fanático del futbol,  Yegor Sviridov, a manos de  un inmigrante.

Muchos temen ahora que la situación podría empeorar. Algunos, como el presidente del Comité adjunto para las minorías nacionales, Mikhail Starshinov, propone establecer una especie de milicia distrital conformada por los residentes locales "para defender a sus conciudadanos".

Las tensiones entre los eslavos, centro-asiáticos y rusos del Cáucaso estallan periódicamente no sólo en Moscú sino también en otras ciudades de la Federación rusa. Hay fuerte insatisfacción popular con la afluencia masiva de inmigrantes a Moscú y la inmigración fue un tema central en las elecciones últimas para la Alcaldía de la capital ganada por un partidario del Kremlin, Sergei Sobyanin.

El Arcipreste Vsevolod Chaplin, presidente del Departamento sinodal para las relaciones entre la Iglesia y la sociedad, dijo que la iglesia entiende la indignación de la gente. Por lo tanto, llamó a las autoridades a dar un castigo ejemplar a los inmigrantes que no respeten las reglas de la vida civil y exhortó a las comunidades minoritarias para librarse de los perpetradores de tales crímenes antes de que estalle la violencia. (N.A.)

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